Que haya dólares para todos para aliviar el descontento

¿Hasta dónde se extenderá el uso de las tarjetas magnéticas alimentadas con divisas extranjeras y qué medios tendrán los ciudadanos para hacerse de esas monedas?

La cola de clientes para entrar este lunes a la tienda Zona+ de Sancti Spíritus. (14ymedio)
La cola de clientes para entrar este lunes a la tienda Zona+ de Sancti Spíritus. (14ymedio)
Reinaldo Escobar

21 de julio 2020 - 18:28

La Habana/A raíz de las recientes medidas tomadas por el Gobierno de Cuba sobre las monedas libremente convertibles (MLC), se abren numerosas preguntas, entre ellas hasta dónde se extenderá el uso de las tarjetas magnéticas alimentadas con divisas extranjeras y qué medios tendrán los ciudadanos para hacerse de esas monedas.

Los primeros pasos se dieron el pasado octubre en el sector de equipos electrodomésticos, seguido ahora de un amplio surtido de alimentos, ferretería y productos de aseo. Casi al mismo tiempo se ha abierto la posibilidad de hacer, por esta vía, reservaciones en instalaciones turísticas.

Alejandro Gil, ministro de Economía, enfatizó que "estas medidas llegaron para quedarse", por lo que puede deducirse que no van a estancarse, sino a expandirse. De ahora en adelante, solo cabe esperar que los sectores elegidos amplíen sus ofertas y que surjan nuevas opciones donde gastar el dinero.

Alejandro Gil, ministro de Economía, enfatizó que "estas medidas llegaron para quedarse", por lo que puede deducirse que no van a estancarse, sino a expandirse

Entre las nuevas áreas que acepten el pago con tarjetas magnéticas abastecidas con MLC, pueden vaticinarse las de transporte, ropa y calzado, materiales de construcción e incluso algunos relacionados con el ámbito sanitario, como las cirugías estéticas, los implantes dentales y otros.

Si, como se ha anunciado, se permitirá la creación de pymes y estas contarán con un mercado mayorista al que accederán por la vía de las mencionadas tarjetas, se crearán empresas privadas que construyan viviendas, al tiempo que se permita la comercialización en manos privadas, nacionales o extranjeras, de productos hechos en el país con mano de obra cubana y materia prima comprada en MLC en el extranjero.

En el caso específico del transporte, la empresa Viazul, que vende sus pasajes a cubanos en CUC y a extranjeros en divisas mediante el pago con tarjetas, podría reformular sus ofertas y realizar sus ventas solo en MLC.

Como parte de las distorsiones financieras, algunas empresas estatales que hasta el momento han disfrutado del privilegio de que sus CUP se cambian a uno por uno con el CUC han sacado la cuenta de que les sale más barato pagar 51 CUC en un pasaje de La Habana a Santiago de Cuba que los 169 CUP que cuesta en los servicios de ómnibus nacionales de la empresa Astro. Cuando desaparezca el peso convertible, es altamente probable que los que pretendan viajar en Viazul, sean particulares o empleados estatales en funciones de trabajo, tengan que hacerlo exclusivamente pagando con tarjetas magnéticas.

La parte más inquietante es la que tiene que ver con los estímulos en CUC que se da a algunos trabajadores en el territorio nacional, que dejarán de serlo por la pérdida de la capacidad de convertirse en bienes y servicios que padecerá esa moneda

Para responder a la segunda pregunta, sobre los medios para conseguir MLC, hay que reconocer que las remesas de familiares pueden ser la principal fuente, pero no será la única.

En primer lugar, hay que considerar a los miles de cubanos que, dispersos por todo el mundo, se desempeñan como cooperantes o trabajadores en misiones internacionales. Personal sanitario, técnicos de deporte, maestros, asesores de diversas disciplinas, incluso militares en el extranjero que reciben parte de sus sueldos en monedas convertibles que pueden enviar a cuentas en la Isla. Aunque técnicamente pueden calificarse como remesas, ese dinero no proviene de cubanos que "abandonaron" el país y hoy son emigrantes o exiliados.

Lo poco que les queda a estos cooperantes, después que sus empleadores oficiales se quedan con más de la mitad de lo que establecen sus contratos, lo envían hoy a cuentas que se convierten en CUC en manos de sus familiares. Eso puede y debe cambiar.

Otro grupo de cubanos residentes en la Isla entran al país con divisas en efectivo. Hasta ahora, el límite establecido por la aduana es el equivalente a 5.000 dólares, que no tienen que ser declarados. Aquí se cuentan artistas que consiguen contratos de forma personal sin involucrar a las agencias oficiales o personas que reciben pagos por obras literarias publicadas o por labores académicas. Sin contar al emprendedor arriesgado que se pasa menos de 24 meses fuera de Cuba pintando casas, arreglando jardines o cuidando ancianos y regresa a "marcar la tarjeta" para no perder la residencia en la Isla. Muchos de ellos ya tienen una tarjeta magnética en un banco extranjero, que sirve ahora para comprar en las nuevas tiendas y pagar los nuevos servicios.

La parte más inquietante es la que tiene que ver con los estímulos en CUC que se da a algunos trabajadores en el territorio nacional, que dejarán de serlo por la pérdida de la capacidad de convertirse en bienes y servicios que padecerá esa moneda; mucho más cuando se elimine la dualidad monetaria.

El Banco Central de Cuba no solo atesora esos fondos sino que tiene la autoridad y los medios tecnológicos para colocar MLC en las tarjetas de trabajadores a los que se quiera estimular

Una norma aprobada en 2004 estableció que la estimulación en pesos convertibles "se aplica a entidades seleccionadas y está vinculada al cumplimiento y sobrecumplimiento de los planes de ingresos en moneda libremente convertible, disminución de gastos en divisas, producción de fondos exportables, sustitución de importaciones, aportes asignados y a otros indicadores de eficiencia y resultados".

Se podía perder ese derecho cuando el trabajador tuviera al menos una ausencia al trabajo.

En los 16 años transcurridos, el pago de estímulos en CUC se ha ampliado a otros sectores y constituye en la actualidad una de las razones fundamentales para calificar de tentadora una plaza en el sector estatal. Muchos se preguntan si el Estado está en disposición de cambiar la forma de estimular en la medida que el CUC pierde su valor real o desaparece.

Si el argumento para estimular en CUC era que ciertos trabajadores generaban divisas para el país, no resulta descabellado esgrimirlo para que ahora el estímulo se exprese en MLC. Los trabajadores que aparecen en la nómina de empresas mixtas o totalmente de capital foráneo saben que la agencia empleadora recibe monedas convertibles de manos de la gerencia extranjera y que a ellos les pagan un dinero que ya no se recibe en las nuevas tiendas.

Los recursos financieros para alimentar las tarjetas magnéticas no tienen que venir necesariamente de otro país. El Banco Central de Cuba no solo atesora esos fondos sino que tiene la autoridad y los medios tecnológicos para colocar MLC en las tarjetas de trabajadores a los que se quiera estimular.

Solo así se podría aliviar el descontento de quienes se sienten discriminados. Como beneficio colateral, habría más entusiasmo para trabajar.

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