No hay nadie en el Capitolio y la tempestad se acerca

Las tormentas políticas que se avecinan durante esta campaña electoral podrían ser letales tanto para Joe Biden como para Donald Trump

En estos días de receso y temperaturas que sobrepasan los 35 grados, el Capitolio se encuentra casi desierto. (EFE)
En estos días de receso y temperaturas que sobrepasan los 35 grados, el Capitolio se encuentra casi desierto. (EFE)
Frank Calzón

18 de agosto 2023 - 14:05

Washington/En estos días de receso y temperaturas que sobrepasan los 35 grados, el Capitolio se encuentra casi desierto. Los senadores y congresistas se han marchado y no hay reporteros en los pasillos con sus cámaras y micrófonos importunándolos. Los turistas visitan los museos en vez de congregarse en los salones abarrotados a escuchar a funcionarios que tratan de eludir las preguntas difíciles de algún político pertinaz.

En un sistema bipartidista es difícil encontrar un rincón donde la corrupción se pueda esconder por mucho tiempo, sobre todo si no hay censura de prensa y existen programas de radio y televisión contestatarios.

A unas cuadras del centro de la ciudad, los turistas extranjeros y nacionales de estados lejanos se toman fotos ante la Casa Blanca, como los guajiros cubanos de antaño lo hacían frente al Capitolio en la esquina del Parque Central en La Habana.

En Washington hoy no llueve, y la vigilia permanente en contra de las guerras y del inquilino de turno en la Casa Blanca está más concurrida que de costumbre. A la sombra de un marqués de Lafayette de mármol, el general francés que sirvió bajo las órdenes de Jorge Washington, varias docenas de cubanos demandan la libertad de los presos políticos entonando a toda voz Patria y Vida.

El ex presidente Trump tendrá que comparecer ante los tribunales, acusado de delitos como tratar de subvertir la democracia americana

Han pronosticado una tormenta antes del atardecer, como ocurre a menudo en agosto, así que la gente se apresura a irse a casa. Los washingtonianos dicen que, si a uno no le gusta el tiempo, puede esperar un par de horas y todo cambiará, algo así como los presidentes, que por ley no pueden serlo por más de ocho años.

Pero, a los periodistas que especulan sobre la campaña electoral que ya se desarrolla, lo que les interesa son las tormentas políticas que se avecinan y que pudieran ser letales, lo mismo para Donald Trump que para Joe Biden.

El ex presidente Trump tendrá que comparecer ante los tribunales, acusado de delitos como tratar de subvertir la democracia americana por sus denuncias vociferantes sobre los últimos comicios presidenciales. En los Estados Unidos, la administración de las elecciones está a cargo de los gobiernos estatales y en varios estados controlados por los demócratas los fiscales han iniciado las investigaciones, que varios analistas comparan a una "cacería de brujas". Los juicios en contra de Trump ocurrirán en medio de la campaña electoral y algunos serán televisados, aunque millones de republicanos creen que las acusaciones de los fiscales evidencian abusos de poder, y según las encuestas lo beneficiarán en las elecciones primarias para elegir al candidato republicano.

Así las cosas, en lontananza se escuchan los truenos y relámpagos de las tormentas que se avecinan y que pudiesen ser letales para la reelección del presidente Biden. La primera tempestad tiene que ver con el anunciado pago a Irán de un rescate de miles de millones de dólares por varios rehenes norteamericanos; y la segunda las grandes sumas de dinero que recibió la familia Biden de Gobiernos y entidades extranjeras, según testimonios ofrecidos en la Cámara de Representantes, donde son mayoría los republicanos.

Según el 'Wall Street Journal', la Administración se apresta a entregar miles de millones de dólares a los ayatolás en Teherán como rescate por cinco norteamericanos

De todos modos, se debe tener en cuenta que dentro de un año la opinión pública estadounidense podría concentrarse en asuntos hoy desconocidos. Pero las dos cuestiones son extremadamente peligrosas para el anciano ex senador de Delaware.

Según el Wall Street Journal, la Administración se apresta a entregar miles de millones de dólares a los ayatolás en Teherán como rescate por cinco norteamericanos presos. El Departamento de Estado dice que los fondos provienen de cuentas iraníes congeladas hace años, y que se usarán para comprar comida y medicinas, pero el Ministerio de Asuntos Exteriores en Teherán, insiste en que "la República Islámica de Irán decidirá cómo esos recursos serán utilizados".

Las negociaciones secretas son similares a las de 2016, cuando el presidente Barak Obama envió a los ayatolás 400 millones en francos suizos y otras monedas extranjeras en un avión de carga, el mismo día que Irán liberó a cuatro rehenes estadounidenses. Obama no podía enviar dólares porque estaba prohibido hacerlo por ley. Simultáneamente, Washington liberó a siete iraníes que tenía presos. Así fue como el acuerdo nuclear entre los dos países se hizo realidad.

El secretario de Estado, John Kerry, dijo entonces que habría inspecciones regulares para comprobar su cumplimiento, y que no existía condición alguna en cuanto al uso de los fondos por Irán. El acuerdo, promulgado como una orden ejecutiva, no necesitaba aprobación del Senado.

Irán utilizo aquellos miles de millones para financiar el terrorismo internacional y para ampliar su aparato represivo aún vigente hasta nuestros días. Este año Irán fue expulsado de la Comisión de Asuntos de la Mujer de Naciones Unidas, a pesar del apoyo de Rusia y Cuba. Poco después de la firma del acuerdo, ya Irán tenía un nuevo rehén, uno de los que serán liberados, como acaba de anunciar la Casa Blanca.

Irán utilizo aquellos miles de millones para financiar el terrorismo internacional y para ampliar su aparato represivo

El segundo asunto es el affaire Hunter: en múltiples ocasiones, Biden afirmó que no había hablado sobre asuntos de negocios con su hijo, quien lo había acompañado en muchos de sus viajes oficiales al extranjero.

Pero en los últimos días, funcionarios del FBI y antiguos socios de negocios de Hunter Biden declararon en el Capitolio que la familia Biden recibió más de 40 millones de dólares de China, Rusia y de entidades extranjeras, y que las transferencias de fondos a cuentas múltiples eran parte de un complejo entramado de compra de influencias y lavado de dinero.

Este es un asunto que los demócratas han logrado contener por años y parte de las supuestas pruebas aparecen en una computadora de Hunter Biden, que está en posesión del FBI.

Todo lo anterior es objeto de acalorados debates entre los políticos demócratas y republicanos, de editoriales, periódicos y comentarios en las redes sociales. Pero en Estados Unidos, hasta los niños de primaria saben que "todo el mundo es inocente hasta que se pruebe lo contrario".

Será interesante leer cómo Granma, el periódico del Partido Comunista en Cuba, informa sobre estos temas, y qué tienen que decir sus editorialistas al respecto.

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