A oscuras
La Habana/El municipio de La Habana Vieja fue objeto el año pasado de la renovación de su vetusto sistema soterrado de acueducto y electricidad. Las calles fueron horadadas para la sustitución de tuberías y cables. Más allá del desorden y el polvo, esos trabajos han llevado ambos preciados servicios a los vecinos, servicios sin los cuales es impensable vivir en una ciudad moderna. Pero no en todas partes ha sido felicidad semejante obra.
Los vecinos de la calle Bernaza #2, entre Obispo y O'Reilly, fueron víctimas de un accidente provocado por la Empresa Eléctrica en la faena de los cambios. Una sobrecarga arruinó los equipos electrodomésticos; apenas se salvaron algunos resguardados con estabilizadores. El corrientazo no respetó ni siquiera a muchos equipos a quienes sus propietarios les adicionaran un protector de voltaje.
Una sobrecarga arruinó los equipos electrodomésticos; apenas se salvaron algunos resguardados con estabilizadores y el edificio se mantuvo a oscuras durante varios días
El edificio se mantuvo a oscuras durante varios días y los vecinos se organizaron para reclamar. La Empresa Eléctrica acusó a la empresa Aguas de La Habana, pero ésta demostró su inocencia, por lo que la Empresa Eléctrica se vio obligada a reponer "cuando existan las disponibilidades" los equipos quemados y poner cables nuevos solo hasta los relojes contadores amparándose en lo establecido. De reloj en adelante, es decir, hasta cada vivienda, quedó bajo litigio, por lo que la mayoría de los vecinos, viendo avanzar el almanaque sin luz, decidió resolver por su cuenta y pagar a los propios trabajadores de la Empresa Eléctrica para conectar sus viviendas. Con los cables puestos por fuera, casi todos los vecinos hace meses restauraron rústicamente las bondades de la electricidad. Pero hay vecinos tozudos, o que sin los 100 CUC que les costaría pagar el trabajo por la izquierda de los electricistas y con fe en el poder de la justicia, han decidido llevar el caso por las vías institucionales.
Las instituciones que los tienen hace seis meses sin electricidad no responden. La delegada del Poder Popular se personó el día del accidente, pero de seguro está enfrascada en otros de los muchos problemas de su electorado; silencio a las cartas al Poder Popular Municipal y Provincial; silencio a las cartas a la sección de quejas de los periódicos Juventud Rebelde y Granma; silencio a la carta enviada a una sección similar del Canal Habana y a las cartas a la Empresa Eléctrica; toda esa correspondencia ha sido víctima del síndrome de oscuridad de estos vecinos, quienes no tienen ni un acuse de recibo. Solo la Fiscalía se dio por enterada para dictaminar que los vecinos tienen razón y la Empresa Eléctrica es responsable, sin que eso haya significado un cambio para los afectados.
Hasta en un hecho que no deja de tener ironía, el recibo de electricidad que debía aparecer en cero, por dos meses ha llegado con un "gasto aproximado" que después del accidente producido por la Empresa el pasado noviembre, se aplica a los vecinos del edificio que sí se conectaron a la electricidad. Nuevos viajes a la Oficina Básica Eléctrica (OBE) de Habana Vieja a explicar lo que en esa oficina debieran tener muy presente por la obviedad.
Hay vecinos tozudos, o que sin los 100 CUC que les costaría pagar el trabajo 'por la izquierda' de los electricistas y con fe en el poder de la justicia, han decidido llevar el caso por las vías institucionales
Uno de los vecinos cifra sus esperanzas en lograr una entrevista con el ministro de la Industria Básica, ente superior de la Empresa Eléctrica. Se iba a valer de una amiga que tiene un amigo que es amigo del ministro, pero tras meses esperando por esa improbable gestión, se presentará en el ministerio y solicitará allí la cita para la entrevista. Le han asegurado que aunque se demore, el ministro atiende casos como el suyo, así que se siente optimista de solucionar el apagón en que vive.
Después de conocer este evento, pueden hacerse algunas inferencias, que van más allá de quién es responsable y cuáles son los plazos para la subsanación:
-La mayoría de los vecinos no tiene confianza en las instituciones y decide resolver por su cuenta
-Los escuálidos mecanismos de queja de que puede disponer el ciudadano no funcionan
-La capacidad de resignación de algunos es digna de estudio y podría explicar ciertos comportamientos sociales más allá de una simple rotura