¿Pero realmente hay un embargo de Estados Unidos?

Diez ideas en torno a una política de sanciones que cumple ahora 60 años

Una bandera estadounidense ondea en un bicitaxi este lunes en La Habana. (EFE)
Mientras que la revolución comunista se nutría del ingente subsidio anual de la URSS en plena guerra fría, nadie habló del embargo. (EFE)
Elías Amor

03 de febrero 2022 - 14:28

Valencia/A propósito del embargo, que la prensa oficial castrista ha convertido en el anatema, parece interesante realizar algunas reflexiones que, por motivos obvios, van a ser muy distintas de las que lanza la propaganda comunista.

Lo cierto es que, aprovechando el aniversario 60 de la disposición que supuso el comienzo de esta política de Estados Unidos que se mantiene a lo largo del tiempo, pero que muy poco recuerda a su origen, la prensa oficial ha organizado un aquelarre de propaganda que no deja de llamar la atención.

Por ello, sin ánimo de pontificar en un asunto del que se han escrito miles de artículos, libros, documentos, informes, declaraciones, etcétera, mi propuesta para esta entrada del blog gira en torno a un decálogo sencillo y fácil de exponer relacionado con el embargo.

1.- Del embargo nadie se acordó desde 1960 hasta 1990.

Mientras que la revolución comunista se nutría del ingente subsidio anual de la URSS en plena guerra fría, nadie habló del embargo o bloqueo, salvo los días que coincidieron con la llegada de misiles soviéticos a Cuba, y que la marina de Estados Unidos obligó a dar la vuelta. Cuando se acabaron los millones, entonces, con el Período Especial a cuestas, se desempolvó el viejo argumento del embargo. Y así hasta hoy.

2.- Hay un embargo interno mucho más gravoso.

Es el embargo que practica el régimen comunista a los cubanos, impidiendo que puedan tener un sistema económico moderno y eficiente en que se puedan ejercer derechos de propiedad, la libre elección, la acumulación de patrimonio y riqueza, el mercado como instrumento de asignación de recursos y la libre empresa. Este embargo es el que mantiene a la economía cubana empobrecida y sin futuro.

3.- No existe el embargo como tal, Cuba mantiene relaciones económicas con todo el mundo.

Basta observar las cifras de las relaciones comerciales, exportaciones e importaciones, las inversiones extranjeras, los viajeros de turismo, etcétera. Cuba no tiene límites para establecer relaciones económicas con quien quiera, siempre y cuando tenga alguna necesidad y algo que ofrecer a cambio. Incluso con Estados Unidos, en forma de alimentos y equipos médicos por 200 millones de dólares al año, y lo más importante, envío de remesas por valor de 5.000 millones de dólares procedentes de los cubanos que tuvieron que huir del régimen. Eso nada tiene que ver con un embargo o bloqueo.

4.- No ha existido móvil o reconocimiento de los hechos que dieron lugar a las reclamaciones.

Se podrá argumentar que el régimen revolucionario ofreció pagar las expropiaciones a sus legítimos propietarios con "bonos basura" respaldados por la cuota azucarera con Estados Unidos que en aquel momento nadie iba a cumplir. Pero es que nunca ha habido reconocimiento expreso del daño causado a los legítimos propietarios por las confiscaciones, y mucho menos una disposición oficial del régimen a pagar el valor de lo expropiado, como en cualquier país del mundo. Los derechos que fueron objeto de nacionalizaciones no han muerto y sin duda, su exigencia y reconocimiento, serán un renglón fundamental para el retorno a la democracia de Cuba.

5.- Estados Unidos sigue siendo el único defensor de la democracia en Cuba.

A capa y a espada, dando refugio a casi dos millones de cubanos que huyeron de la falta de libertades y de prosperidad del régimen comunista, haciendo posible que muchos pudieran cumplir con sus sueños. Gracias a Estados Unidos es posible decir al régimen de La Habana lo que es, y lo que representa, observando el comportamiento vergonzante y veleidoso de otras democracias, como las europeas, que a veces están en contra y a veces a favor. Estados Unidos siempre ha estado en su sitio y eso es de reconocer. Incluso hasta llevando a cubanoamericanos a las instituciones políticas de la nación, lo que es un orgullo y un reconocimiento del valor de la minoría en esa gran nación.

6.- Los cubanos de tres generaciones se han criado con el embargo y saben por qué.

Escapar del país ha sido la única salida para aquellos que detestan un modelo económico y social impuesto por la fuerza y que se resiste a cambiar y evolucionar. Por eso la gente en cuanto puede salir del país se instala en Estados Unidos, porque a pesar de que se les ha educado en la maldad del imperio, Estados Unidos sigue siendo y será, referencia principal para muchos cubanos. Por mucho que le duela al régimen comunista.

7.- La ideología y la propaganda cada vez tienen menos capacidad para argumentar el embargo.

Se apaga el discurso oficial. Las nuevas generaciones de cubanos no se creen el lenguaje oficial y la propaganda obsoleta que destila, y a pesar de los continuos ataques que recibe Estados Unidos y sus instituciones en Cuba por la prensa oficial o cualquiera que desee desahogarse, los cubanos sueñan con vivir en el vecino del norte, donde, además, tienen conocidos, familiares, amigos, que les pueden ayudar a salir adelante. Es curioso, pero a ningún haitiano, hondureño o salvadoreño se le ocurre migrar a Cuba, todos aspiran a establecerse en Estados Unidos.

8.- El histrionismo en Naciones Unidas lleva a cálculos hilarantes e irresponsables.

Si el cálculo de los daños del embargo estimado en 144.000 millones de dólares fuera cierto, el régimen revolucionario estaría haciendo el ridículo más absurdo proponiendo esa cifra. Pensemos que eso representa, en 60 años, unos 2.400 millones de dólares anuales, menos de la tercera parte de lo que recibe Cuba, cada año, en forma de remesas de los Estados Unidos. Puestos a dar cifras, podrían haberse esmerado un poco más.

9.- El embargo existe porque el régimen comunista así lo quiere.

No cabe la menor duda. Ha generado ríos de tinta que han permitido a Cuba tener algo que decir en el mundo, ocupar un espacio mediático en algún informativo. Y, sobre todo, que la escuchen aquellos que quieren caer en la trampa. El David y Goliat de la biblia funciona en política, y si se tiene en cuenta que ni el paso de la guerra fría, la globalización o la cuarta revolución industrial han alterado los mensajes, no cabe duda de que, los autores conceptuales del embargo, que tuvo en Fidel Castro un maestro excepcional, han tenido éxito en ir adaptando el concepto a los tiempos. El régimen necesita el embargo, como necesita identificar a Estados Unidos como enemigo. Es rentable.

10.- El embargo ha servido para que unos cubanos vivan mucho mejor que otros, dentro de Cuba.

De eso no hay duda. La cúpula dirigente vive ajena a las penalidades de una economía improductiva, y las prebendas son más que suficientes para justificar el falso sometimiento a las órdenes del partido único. Los que tienen acceso a dólares, alrededor del 30% de la población cubana con familiares en el extranjero, incluso pueden vivir mejor y el régimen creando las tiendas en MLC dice claramente que los quiere convertir en privilegiados para tener acceso a esas divisas.

Todas estas consideraciones podrían llevar a plantear la cuestión principal que no es otra que esta: ¿Pero realmente hay un embargo de Estados Unidos a Cuba? Revisen otras situaciones similares a lo largo de la historia, y verán cuanta diferencia se puede producir, y qué técnicas tan magistrales se pueden utilizar para aprovechar las cosas. Lo mejor de todo esto es que el embargo, si es que existe, tiene fecha de caducidad: una Cuba democrática y libre. Y esto, jamás en la vida, lo han reconocido los revolucionarios comunistas. ¿Por qué será?

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Nota de la Redacción: Este artículo se publicó originalmente en el blog del autor, Cubaeconomía.

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