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Cubana o importada, la cerveza marca el ritmo de la economía en la Isla

El precio de una 'fría' en la Isla lo determinan factores como la escasez, las remesas y el dinero de origen informal

En los últimos meses las autoridades han tenido que importar mayores volúmenes de cerveza para poder cubrir la demanda. (14ymedio)
Zunilda Mata

22 de julio 2019 - 17:46

La Habana/"No tenemos Cristal ni Bucanero", repite la empleada de una cafetería estatal en La Habana. Sobre el mostrador, una lata de Hollandia y otra de Heineken resumen las ofertas de frías, a un precio de 1.50 y 1.75 CUC, muy por encima del producto nacional.

La cerveza, que hace tres décadas era casi un lujo o solo se consumía en ocasiones muy especiales como bodas, cumpleaños y carnavales, ha pasado a ser un acompañante frecuente del verano en la Isla, de los locales privados de servicios gastronómicos, las mesas de los nuevos ricos y el descanso de los turistas. "No hay nada mejor que una lager con este calor", sentencia Urbano Rodríguez, barman en la paladar La Grandiosa, en las playas del este de La Habana.

"Es el producto que más se vende, por encima de los refrescos, los cócteles y el agua embotellada, pero también en el último año se ha convertido en el más difícil de conseguir", confirma el empleado, que lleva 16 años en la venta privada de alimentos. "Hace un tiempo era fácil abastecerse de cerveza pero ahora tenemos que montar un operativo casi de espionaje en las tiendas para saber cuándo van a sacar".

os clientes del restaurante particular donde trabaja "se han tenido que acostumbrar a tomar cervezas importadas que siempre salen un poco más caras"

Rodríguez lamenta que "hay muy poca oferta de cervezas nacionales y cada vez que sacan en un mercado se acaban rápido". Los clientes del restaurante particular donde trabaja "se han tenido que acostumbrar a tomar cervezas importadas que siempre salen un poco más caras", apunta. En La Grandiosa, la Cristal y la Bucanero se venden a 1,50 CUC, pero una lata de Heineken supera los dos.

El precio de la cerveza viene determinado en la mayoría de países por varios factores, desde el nivel del negocio, los impuestos sobre el alcohol, la disponibilidad, el tipo de cerveza, que puede ser industrial o artesanal, pero también el sabor y la tradición de una determinada marca. Sin embargo, en la Isla ese precio lo determina factores como la escasez, las remesas y el dinero de origen informal.

Solo dos locales estatales de la veintena recorridos por este diario tenían cerveza nacional este fin de semana. El resto tenían el producto importado o carecían totalmente de él. Sin embargo, el mismo periplo por 20 establecimientos privados arrojó que en todos había Cristal o Bucanero, junto a cervezas importadas.

En los mercados estatales la cerveza nacional tiene un precio de 1 CUC pero los locales privados más exclusivos la venden por el doble, aunque el último año, en muchas ocasiones, solo han podido conseguir marcas de México, Panamá, Europa y algunos otros lugares lejanos del planeta.

"Claro está que los turistas quieren tomar cervezas cubanas pero si no hay, no hay y punto", puntualiza el barman. "¿A quién se le ocurre viajar hasta aquí para tomarse una cerveza holandesa o alemana?", cuestiona. "Nos echan la culpa a los privados de que acaparamos cajas y cajas de Cristal o Bucanero cuando las venden en las tiendas, pero qué vamos a hacer, si no mantenemos la oferta no vendemos".

Recientemente, en un artículo publicado en la prensa oficial de Cienfuegos se culpaba a los trabajadores por cuenta propia de "acaparar" la cerveza nacional para luego venderla a un precio superior. El texto denunciaba que el producto que se vende en los negocios privados cuesta hasta un "200% de su precio de venta, quizá al 250% de su precio de costo. Para alguien que no invirtió una gota de sudor en producirlas".

El precio de la cerveza en el sector privado provocó una agria controversia en torno a los responsables de la subida. Mientras la prensa oficial señala a los empresarios, los economistas independientes responsabilizan a la baja producción y a los intentos del Estado de controlar las tarifas.

El texto también culpaba a fuentes dentro del entramado administrativo de las tiendas estatales que avisan a los particulares sobre la venta de cervezas nacionales y se lucran vendiéndoles más que las cantidades permitidas. El producto ha sufrido desabastecimiento habitual en los últimos años, lo que ha obligado a regular su venta minorista a dos cajas (de 24 latas o botellas cada una) por persona.

Según el anuario estadístico correspondiente a 2018, la producción de cerveza ha crecido discretamente en la Isla para llegar a unos 2,6 millones de hectolitros a finales de 2018, pero la demanda parece haber aumentado más especialmente a partir de las flexibilizaciones que ampliaron el ejercicio del trabajo por cuenta propia y la llegada de un número mayor de turistas.

"Lo que ha ocurrido también es que la cerveza ha dejado de ser un producto de lujo para convertirse en algo que los cubanos sienten que se merecen y que debía acompañarlos cuando quieran. Se han dado cuenta de que no es un producto de élite sino casi una bebida proletaria, que tomar al salir del trabajo", apunta Erick Núñez, un joven que trabaja como contable en varios negocios privados.

"Eso ha sido un proceso lento, en el que ha influido la llegada de cubanos emigrados que invitan a sus parientes de la Isla a comer, pasar un fin de semana en la playa y hospedarse en hoteles, donde la cerveza es de las bebidas menos lujosa y más consumida", opina. "Lo que parecía algo inalcanzable pasó a ser algo que todos quieren".

Las opiniones del economista Pedro Monreal coinciden con esa hipótesis y en su blog El Estado como tal asegura que "en el caso de la cerveza ocurre lo mismo que con casi todos los productos: su demanda se encuentra relativamente divorciada de los ingresos que salen del bolsillo del trabajador. Parte de la explicación son las remesas".

Monreal explica que "existen especialistas que ubican el nivel de remesas en unos 3.000 millones de dólares anuales, pero bastaría con asumir la mitad de esa cifra -1.500 millones de dólares- para que esos ingresos por remesas recibidas superasen todos los salarios que se pagan en Cuba (34.262 millones de pesos en 2017)".

Es en ese punto donde entran en juego las remesas, el dinero proveniente de los negocios informales y las ganancias obtenidas a través del trabajo en el sector privado

El precio medio a nivel internacional de una cerveza es de 5,7 dólares según un estudio realizado en 2018 en 48 ciudades. La Habana queda muy por debajo de la media mundial, lejos de los 8 dólares de Hong Kong y los 7,70 en Zurich. Pero 1,50 o 2 CUC por una fría sigue siendo alto para quienes viven de su salario en la Isla, que deben pagar el sueldo de todo un día -o más- para refrescarse con una Cristal.

Es en ese punto donde entran en juego las remesas, el dinero proveniente de los negocios informales y las ganancias obtenidas a través del trabajo en el sector privado. Son esos ingresos los que "están jalando hacia arriba el precio de algunos productos, incluyendo la cerveza", opina Erick Núñez. "Es un símbolo de estatus, un marcador de solvencia económica y como tal se comporta".

"Así ha pasado con otras mercancías, que comenzaron siendo el feudo exclusivo de unos pocos que podían pagarlas y ahora tienen una demanda cada vez mayor", apunta el contable. "En esa lista podemos poner desde los pañales desechables para niños, que antes eran algo de una élite y ahora hasta el más humilde trata de buscarse su dinerito para comprar y también el aceite vegetal para cocinar".

"Las remesas desempeñan un papel positivo en la economía cubana", acota Pedro Monreal que opina que "el problema es que es una demanda 'extra' que el modelo económico no ha podido aprovechar para generar una oferta "extra" equivalente" y señala a los problemas de producción como la fuente del desabastecimiento y la subida de precios del producto en el sector privado.

Una fuente de la Cervecería Bucanero S.A. (CBSA), el más importante productor nacional, asegura a este diario que "después de problemas con las materias primas hace un par de años, la producción se ha estabilizado y se está cumpliendo el plan"

Una fuente de la Cervecería Bucanero S.A. (CBSA), el más importante productor nacional, asegura a este diario que "después de problemas con las materias primas hace un par de años, la producción se ha estabilizado y se está cumpliendo el plan". El funcionario de la empresa mixta explica que "el desabastecimiento se debe a un aumento del consumo y a malas prácticas en la distribución".

Esto coincide con el criterio del economista Elías Amor, residente en España, que cuestiona la explicación dada en los medios oficiales sobre la falta de cerveza en los establecimientos gestionados por el Estado. Si "se acaba en las tiendas estatales es porque los responsables de la planificación comunista son incapaces de detectar las necesidades y mucho menos de incrementar la oferta".

"Los cubanos que quieren disfrutar de una cerveza fría saben dónde pueden encontrarla, aunque tengan que pagar un precio más alto", asegura Amor. "No se puede castigar a nadie por ello. Los dueños de establecimientos privados hacen lo que tienen que hacer: dar servicio, aunque el precio sea más elevado".

En el pequeño cuarto de almacenaje del restaurante La Grandiosa, esta semana alternan algunas cajas de cerveza Cristal con otras de la marca Heineken. "En verano se nos acaba más rápido, casi que tenemos que contar con el doble de lo que normalmente disponemos en otros meses", dice Urbano Rodríguez. "Porque la playa sin cerveza es un infierno". Palabra de barman.

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