Candelaria se queda sin medicamentos

El desabastecimiento ha aumentado en los últimos meses pese a las promesas de recuperación previstas para septiembre

Los clientes han llegado a abordar las farmacias entre gritos y empujones ante la escasez de medicinas. (14ymedio)
Las afueras del local eran un hervidero de clientes que intentaban llegar hasta el mostrador entre gritos y empujones. (14ymedio)
Bertha K. Guillén

13 de octubre 2017 - 16:32

Candelaria/La farmacia principal de Candelaria, en Artemisa, se ve como un avispero revuelto cuando proveen de nuevos medicamentos. Los enfermos crónicos de la localidad viven días de incertidumbre ante el desabastecimiento de un número creciente de fármacos, una situación que impacta también en el mercado informal.

"No hay Enalapril ni por la izquierda ni por la derecha", lamentaba una jubilada que aguardó durante varias horas de este miércoles para saber si habían llegado las demandadas píldoras, usadas por pacientes con hipertensión arterial. "Voy a tener que seguir a base de cocimientos de hierbas", lamentaba.

Desde 2015 el déficit de fármacos se ha agudizado debido a la falta de liquidez de las cuentas del país. El grupo de las industrias Biotecnológica y Farmacéuticas (BioCubaFarma) achaca los problemas a la escasez de materia prima por los impagos acumulados con los proveedores extranjeros.

"Hace seis meses teníamos 97 medicamentos en falta en esta farmacia. En los últimos tres meses la cifra alcanzó un número alarmante y ahora mismo nos faltan 157"

"No se contó con el financiamiento necesario para pagar las deudas contraídas", explicó a finales de 2016 a la prensa oficial Teresita Rodríguez Cabrera, vicepresidenta del Grupo. La funcionaria aseguró que la industria trabajaba para mejorar el suministro, pero un año después la situación ha empeorado.

"Hace seis meses teníamos 97 medicamentos en falta en esta farmacia", cuenta una empleada del dispensario de Candelaria que prefiere el anonimato. "En los últimos tres meses la cifra alcanzó un número alarmante y ahora mismo nos faltan 157".

Según esta fuente, los analgésicos, las pastillas para la hipertensión, el módulo para diabéticos, los antibióticos y los colirios se encuentran entre los más afectados, "justamente porque son los más demandados". La empleada sostiene que los directivos del ramo aseguraron que la situación se normalizaría a partir de septiembre, pero la esperada recuperación no termina de producirse.

"Hasta hoy solo llegan unos pocos medicamentos y en cantidades insuficientes", subraya la trabajadora.

Los fármacos que se venden previa presentación de una tarjeta de control, conocida como tarjetón, también se cuentan entre los más afectados. El Estado subvenciona todos los productos farmacéuticos y regula las cantidades que puede comprar cada consumidor, incluso cuando se trata de medicinas que no necesitan prescripción facultativa.

En los pequeños pueblos próximos a Candelaria varias farmacias han cerrado sus puertas permanentemente ante la falta de suministro, lo que sobrecarga a los dispensarios que se mantienen en funcionamiento.

La administración de la Farmacia Principal Municipal ha tomado medidas para aliviar las aglomeraciones cuando se abastece al local. Estas directrices buscan frenar, también, el acaparamiento de productos, muchos de los cuales terminan en el mercado negro.

Este miércoles, las afueras del local eran un hervidero de clientes que intentaban llegar hasta el mostrador entre gritos y empujones. En una trifulca donde salían airosos los más fuertes, las personas con discapacidades, las embarazadas y los más ancianos debieron replegarse para evitar ser víctimas de los codazos.

Los trabajadores de la farmacia respondieron cerrando herméticamente el establecimiento y llamando a la policía para que impusiera orden. Los compradores que insistieron por la pequeña ventanilla para hacer preguntas tampoco recibieron respuesta y durante horas ningún empleado tomó el teléfono.

La administración de la farmacia también determinó vender solo una receta de cada medicamento por persona, una decisión que molestó a quienes como Milagros, de 64 años, marcaron en la fila desde las nueve de la noche del martes y esperaban aprovisionarse "para un largo tiempo" hasta el próximo suministro.

Durante varios años las parroquias han suministrado a los más necesitados los productos que no requieren receta, pero la llegada de estos donativos también ha disminuido

A pocas cuadras de allí la iglesia católica tampoco da abasto para cubrir la demanda de medicamentos. Durante varios años las parroquias han suministrado a los más necesitados los productos que no requieren receta y provienen de donaciones llegadas desde el extranjero. En el último medio año, sin embargo, la llegada de estos donativos también ha disminuido.

"Hace meses que no entran más que vitaminas y alguna que otra cosa pero en pequeñas cantidades", asegura a 14ymedio Olimpia, encargada de la distribución de medicamentos en la iglesia de Artemisa. Las afectaciones que ha dejado el huracán Irma en varias provincias del país ha provocado que mucha de la ayuda se canalice hacia esas zonas.

En estas circunstancias, muchos candelarienses se conforman con intentar aliviar la picazón en la piel o bajar la presión arterial a través de las infusiones tradicionales que hace años dejaron de usar sus abuelas.

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