"Si se convierte en una muralla, ¿qué será de la vista que tenemos?"

El proyecto de alzar el muro del malecón para evitar inundaciones divide a los habaneros

Malecón. (14ymedio)
Con los pies colgados, los muchachos se ríen, conversan, se hacen 'selfies' mientras escuchan música en sus celulares. (14ymedio)
Luz Escobar

30 de julio 2020 - 17:06

La Habana/El grupo, de más o menos de 8 o 9 muchachos, estaba sentado este miércoles en el muro del malecón a las seis menos cuarto de la tarde. Con los pies colgados hacia el mar, se ríen, conversan, se hacen selfies mientras escuchan música en sus celulares.

"Salimos ahora del Coppelia y vinimos a sentarnos aquí, para nosotros los jóvenes no hay muchas opciones, casi siempre nuestros paseos terminan aquí. ¿Qué opinan de la idea de un malecón más alto, como proponen las autoridades, sin posibilidad de ver el mar o de acodarse? Uno de los muchachos responde con otra pregunta: "¿Nunca escuchaste eso de que este es el 'sofá' de los cubanos?"

"Más alto así que uno no pueda ni sentarse no sería lo mismo, dejaría de ser un entretenimiento para nosotros. Entiendo que serviría de protección para muchas familias que viven aquí frente al mar, pero cuando la cosa es grande, las inundaciones no las para nada", comenta a 14ymedio Lorena Fonseca, otra de las jóvenes del grupo mientras señala unas latas que flotan en agua y otras encajadas en el arrecife.

"Mira, retrata eso también. La gente no cuida nada, deberían escribir también sobre eso, hay gente muy cochina que no entiende que el mar hay que cuidarlo", dijo.

La noticia de que la altura del muro del malecón de La Habana se podría elevar durante el proceso de restauración que realiza el Gobierno de la ciudad junto a la Oficina del Historiador fue noticia hace un par de años. La polémica no ha parado y la preocupación renace tras la emisión de varios reportajes sobre las obras y al hacerse visible la presencia de maquinaria pesada en algunos tramos.

La arquitecta Perla Rosales comentó a Efe que el propio Historiador Eusebio Leal tenía un "interés personal" en el rescate del Malecón, "por ser la cara de La Habana". Sin embargo, arquitectos y ciudadanos se quejan de la falta de transparencia con la que se han abordado las obras.

"Necesitamos, merecemos y nos deben una información completa sobre este proyecto tan importante para nuestra ciudad y sus ciudadanos", denuncia el arquitecto Abel Tablada, que compartió en su muro de Facebook un reportaje de la cadena alemana Deutsche Welle sobre las obras.

Recostado a un murito que ha levantado en la puerta de casa está Marcelino Piedra Mesa, de unos 70 años. Lleva 50 años viviendo en Marina 751 y habla del mar como si fuera una persona. "Cuando él dice a buscar lo de él, llega hasta San Lázaro", asegura, a la vez que se acomoda un pañuelo que le tapa la boca y la nariz.

Cuenta que en el tiempo que lleva ahí viviendo el agua ha entrado "de verdad" dos veces. "La del mar", aclara el hombre, "porque cuando llueve...", y alarga las dos manos al frente, como el que quiere acariciar un gran círculo. "Yo creo que aunque lo suban no se podrá evitar que entre. Quizás frenar algo, pero no del todo", sospecha.

"La primera entrada del mar que recuerdo fue en 2005. Anteriormente se inundaba, pero por lluvia, problemas de los tragantes y las cloacas que no funcionan bien. La otra fue en 2017... Ahí sí entró duro de verdad, acabó con todo, no me dejó nada, me limpió completo", recuerda Piedra, que se mudó a esa casa en los años 70.

"Hay zonas que aguantan subir un poco, pero hay otras que ya la altura del muro no permite elevarlo ni un centímetro más. Anteriormente ese muro estaba un poquito más alto, pero como se hizo un trabajo nuevo hace unos años, se cortó toda la parte de arriba y se volvió a echar nueva. En ese momento se bajó unos 25 centímetros, recuerdo que yo brincaba para sentarme, ahora ya no tengo que saltar", puntualizó.

La intención de subir la altura del muro forma parte de un "plan" del Estado para para "enfrentar" el cambio climático, que se ha denominado Tarea Vida. Las obras comenzaban, anunciaron las autoridades, en 2020 y con ellas se pretende la rehabilitación del malecón habanero "para evitar inundaciones costeras, tanto marítimas como pluviales".

El director del Centro de Investigaciones Hidráulicas de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (conocida como CUJAE), Yoermes González, explicó a la prensa oficial que esta acción incluye cuatro etapas y forma parte de un proyecto que desarrollan desde hace unos 30 años. González apuntó que este año, según el proyecto, se comenzará con la parte que implica "un cambio de la geometría del muro" y de su elevación "hasta donde la arquitectura lo permita", sin precisar una altura específica.

El arquitecto Universo García Lorenzo cree que ha habido "problemas" a la hora de comunicar el proyecto y cita al periodista y profesor Raúl Garcés Corra, que dijo: "Si lo queremos como un bien público tenemos que involucrar a toda la sociedad en la gestión del proceso comunicativo".

"Creo que ha faltado precisamente esa visión, identificada y alertada por nuestros investigadores, de comunicar, socializar e involucrar a la sociedad de conjunto, no en un resultado, sino en la gestación y seguimiento del proceso", puntualizó García Lorenzo.

La avenida marítima más famosa de Cuba, con su ancha acera y sus ocho kilómetros de muro que van desde Prado hasta el río Almendares, es uno de los atractivos más seductores de la ciudad tanto para los cubanos como para los visitantes extranjeros.

El debate sobre estas obras trasciende las redes sociales y en el muro del malecón, vecinos y visitantes se disputan la razón sobre la idea de la elevación del muro.

"Creo que se puede actuar usando yaquis para que las olas rompan un poco antes y no contra el muro que, bajo ningún concepto, puede desaparecer como litoral. Si se convierte en una muralla, ¿qué será de la vista que tenemos... tan hermosa y característica de la ciudad? No me lo puedo ni imaginar", dice un visitante, que reside en el municipio Diez de Octubre.

Un vecino que alargaba una manguera desde su casa hasta una pila de agua que salta en medio de la acera le responde: "Se nota que a su casa no entra el agua a dos metros de altura",dice, antes de chupar de una manguera para cebar un motor que le lleva agua de la calle hasta su vivienda.

"Yo no creo que eso sea para toda el área, quizá sea solo en la zona que más se afecta con las inundaciones. Pienso que así estaría bien, ya en todo el malecón sería un crimen. Se perdería una de las cosas más bonitas que tiene La Habana", comenta uno de los pescadores habituales en la esquina de 25, frente al centro recreativo Hola Ola.

El hombre pregunta a su compañero de pesca: "¿A ver compadre, ¿qué es lo que más te gusta de La Habana?". Y su colega responde, antes de volver a tirar la caña: "Que tiene mar".

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