¿Qué piden los niños cubanos a los Reyes Magos?

Tres semanas de trabajo le costaría a un profesional cubano adquirir alguno de estos muñecos de plástico, aunque muchos padres hacen el sacrificio para regalar a sus hijos una sonrisa este 6 de enero.
Comprar juguetes a sus hijos por el día de Reyes supone un importante esfuerzo para la mayoría de familias cubanas. (14ymedio)
Zunilda Mata

05 de enero 2017 - 16:24

La Habana/Chocolates, juguetes y tecnología protagonizan las cartas que los niños cubanos escriben durante estos días para los Reyes Magos. La tradición volvió con fuerza después de décadas de férreo ateísmo, pero este año la crisis económica ha recortado las expectativas de regalos.

Patricia, de 28 años, trabaja en una guardería privada en la barriada de Miramar, en La Habana. La pasada semana ayudó a los niños a hacer las cartas dirigidas a Melchor, Gaspar y Baltasar. "La mayoría pidió tabletas electrónicas, carros con baterías o videojuegos", cuenta.

Los pequeños de la guardería de Patricia son hijos de padres con un alto poder adquisitivo: extranjeros residentes en el país o dueños de restaurantes privados. Están dispuestos a pagar entre 60 y 100 pesos convertibles mensuales por el cuidado de sus pequeños y a satisfacer todos sus caprichos para el próximo 6 de enero.

Sin embargo, el panorama es muy diferente en la gran mayoría de las familias. "Les advertí de que tienen que pedir algo barato, porque he tenido muchos gastos", cuenta a 14ymedio Yaimara, madre de dos niñas de cinco y diez años. La mujer terminó una reparación en el techo de su casa y se ha quedado en una complicada situación económica.

"La cosa no está como antes", reflexiona Yaimara, que se queja de que "todo ha subido de precio" y que no puede "meter la mano en la cartera y comprar juguetes, porque ahora todo se va en comida".

Una caja con piezas para armar un pequeño zoológico cuesta 27,90 CUC, el salario mensual de un trabajador estatal cualificado

La red de mercados estatales se prepara para la ocasión. La céntrica Plaza de Carlos III en La Habana tiene una de las tiendas de juguetes más frecuentadas por estos días. En su interior, las muñecas compiten con los sets de cocina, los disfraces y los pequeños instrumentos musicales.

Una caja con piezas para armar un pequeño zoológico cuesta 27,90 CUC, el salario mensual de un trabajador estatal cualificado. Las familias con menos ingresos compran figuritas de plástico o canicas de cristal. "Llevo ahorrando para esto todo el año", comenta a 14ymedio una abuela que adquirió un camión con un diminuto conductor.

Otros le piden a los Reyes Magos alimentos. "Quiero bombones y refrescos", dice Daniela, estudiante de sexto grado de una escuela en el Cerro. Sus padres le advirtieron de que "no hay dinero para juguetes" y la niña ha ajustado sus expectativas al bolsillo familiar.

Durante la década de los 70 y 80, el Gobierno suministró juguetes subsidiados a través de un mercado racionado de productos industriales. Con la caída de la Unión Soviética se canceló. Aquellos niños de entonces ahora son padres y hacen malabares para satisfacer las exigencias de sus pequeños.

Para ello, las redes informales de comercio resultan una alternativa. Por 25 CUC, en el sitio de clasificados Revolico se ofertan juegos de Lego City que incluyen tres pequeñas figuras: un buzo y dos buceadores. Una opción más barata resultan las pelotas inflables a 3 CUC, las cuerdas para saltar a solo 1 CUC y los osos de peluche por menos de 5.

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