Inquietud entre los carretilleros pinareños tras la razia en La Habana y Artemisa

Los vendedores temen ser los próximos en la lista de multas y decomisos

Yosvel, carretillero que se ubica en la avenida Rafael Ferro de la ciudad Pinar del Río. (14ymedio)
Yosvel, carretillero que se ubica en la avenida Rafael Ferro de la ciudad de Pinar del Río. (14ymedio)
Juan Carlos Fernández

01 de febrero 2016 - 10:23

Pinar del Río/El frágil entramado comercial de la ciudad de Pinar del Río vive días de temor. La noticia de la razia policial en La Habana y Artemisa contra los carretilleros que venden productos agropecuarios ha bastado para que muchos eviten salir a la calle o teman ser los próximos en la lista de decomisos y multas.

A principios de este año se inició un experimento en la provincia de Artemisa para extender la venta de productos a precios topados. La medida se ha implementado también en decenas de mercados de la capital cubana y amenaza con convertirse en una práctica a nivel nacional, algo que miran con alivio algunos y otros con suspicacia.

El mayor temor de los comerciantes pinareños que trabajan en el sector radica en que, junto a los importes fijados de las mercancías, lleguen también los fuertes controles en las carreteras contra los transportistas, los operativos para limitar a los intermediarios y los excesivos controles sobre los carretilleros, estos últimos con un importante papel en la distribución de productos en las barriadas y pueblos.

José Barrios Rodríguez, director del MAE La Línea, comentó que, en lo que va de año, el lugar solo ha recibido "500 quintales de alimentos"

En el caso de la ciudad de Pinar del Río, los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE) no representan en estos momentos una competencia para los vendedores privados, debido a sus pocas ofertas y problemas con la calidad. En declaraciones a la prensa local, José Barrios Rodríguez, director del MAE La Línea, comentó que, en lo que va de año, el lugar solo ha recibido "500 quintales de alimentos".

Para Yunier, de 22 años y carretillero, los mercados estatales no se van a llenar de comida por implementar mayores controles contra los particulares. "No hay producción y eso no es culpa nuestra", asegura el joven cuentapropista, que considera "el eslabón más débil de la cadena" a quienes, como él, venden de calle en calle, pregonando sus ofertas.

De los 20.633 trabajadores por cuenta propia que existen en la actualidad en la provincia, las actividades con mayor número son la venta de alimentos, los arrendadores de viviendas y los carretilleros, seguidor por los taxistas y albañiles, fundamentalmente.

Hace un lustro que en la ciudad pinareña se ha vuelto usual ver a estos vendedores que acarrean las verduras, viandas y granos para un servicio "a domicilio" en carretillas o triciclos.

Yosvel es uno de ellos, tiene 19 años y se levanta en la madrugada para recibir los productos que le traen del campo y vender en la céntrica avenida Rafael Ferro, uno de los muchos lugares en los que se puede ver desde temprano a varios de estos comerciantes. Se siente orgulloso de tener una clientela fija y no tiene pelos en la lengua para afirmar que su producto es "superior al del mercado estatal". ¿El secreto de su éxito?: "Mi mercancía es de buena calidad y soy legal con la pesa".

"El guajiro me vende su libra de frijoles negros a 12 pesos cubanos y para ganar algo tengo que ponerla por lo menos a 15 CUP", se defiende Yosvel cuando se le pregunta por los altos importes de su mercancía. El joven considera que "hasta que los campesinos no sean propietarios de la tierra y puedan cultivar y vender a como les dé la gana, toda medida que tome el Gobierno no es más que un parche".

En la tarde de ese mismo día, cuando el ágil comerciante todavía vendía sus frutas y vegetales con éxito, el mercado estatal La Línea sólo mostraba en sus tarimas algunas cebollas pequeñas, yucas y plátanos de muy mala calidad y los trabajadores conversaban esperando la hora de cierre.

"Para encontrar algo aquí hay venir por la mañana", explica un empleado del mercado que añade que los camiones que lo abastecen sólo traen "un buchito de cada cosa y antes de lo que canta un gallo se acaban".

El trabajador la emprende contra José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Partido Comunista y rostro más visible tras la medida de los precios topados.

"¿Por qué no habla de los precios en la shopping?", protesta en referencia a los elevados importes que muestran las tiendas estatales y sobre los que, se queja, nunca ha visto "nada en el periódico, ni le han dedicado una Mesa Redonda. De eso no hablan", concluye.

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