Cuba anuncia una quinta vacuna nacional contra el covid, aunque ninguna está operativa

La Isla prepara también cinco ventiladores para respiración artificial

En el inicio de la pandemia, Cuba sostuvo que tenía que fabricar sus propios respiradores porque EE UU no le permitía acceder al mercado internacional, algo desmentido por Washington. (Granma)
En el inicio de la pandemia, Cuba sostuvo que tenía que fabricar sus propios respiradores porque EE UU no le permitía acceder al mercado internacional, algo desmentido por Washington. (Granma)
14ymedio

03 de marzo 2021 - 15:16

La Habana/El día en que centenares de miles de dosis de vacunas aterrizaron en Latinoamérica gracias al programa internacional Covax de vacunación, Cuba, que no recibe ninguna por voluntad propia, anunciaba un nuevo candidato vacunal, el quinto, en lo que el presidente Miguel Díaz-Canel calificó de esfuerzo por garantizar la "soberanía por la vida".

Vicente Vérez, director del Instituto Finlay, dio pocos detalles de este prototipo del que, hasta la fecha, solo se sabe su nombre, Soberana 01-A, y que estará destinado a quienes se recuperan de la enfermedad, de lo que cabe deducir que no está estrictamente encaminada a prevenir el desarrollo de formas graves de covid-19, como el resto de las vacunas aprobadas en el mundo, incluida la propia Soberana 02, cuya entrada en fase III de ensayos estaba prevista para el pasado lunes.

Soberana 01-A estará destinada a quienes se recuperan de la enfermedad, de lo que cabe deducir que no está estrictamente encaminada a prevenir el desarrollo de formas graves de covid-19

Vérez, sin embargo, desveló el ligero retraso al informar este martes en la reunión con expertos y políticos de que se está esperando la autorización del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed) para el arranque del proceso. El candidato se aplicará inicialmente a 44.000 voluntarios de ocho municipios de La Habana y después, de acuerdo a las informaciones de los últimos meses, comenzaría su periplo internacional en Irán y, posiblemente, México.

Por su parte, Abdala, otro de los candidatos vacunales, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) en este caso, también está a punto de entrar en la última fase de los estudios, al probarse en 30.000 voluntarios de Santiago de Cuba y 10.000 de Guantánamo.

Estos son los dos proyectos más avanzados con los que Cuba aspira a colocarse entre los países productores de vacunas contra el covid-19. La operación, un tanto arriesgada por el retraso en el inicio de la inmunización que supone, reportará en todo caso rédito económico y propagandístico a La Habana que tiene otros dos candidatos en fase II: Soberana, que acaba de entrar en esa etapa con 700 voluntarios cienfuegueros, y Mambisa, cuya peculiaridad reside en su administración vía intranasal.

El agotamiento de los principales recursos del Gobierno cubano -las remesas, golpeadas por las sanciones de EE UU; y el turismo, destrozado por la pandemia- lo ha llevado a poner el pie en el acelerador en el área de la Salud, tanto a través de la venta de servicios médicos al exterior como con la biotecnología, de ahí la importancia de la promoción que desarrolla en este campo.

En este contexto, las autoridades también adelantaron este martes la creación de cinco modelos de un respirador artificial

En este contexto, las autoridades también adelantaron este martes la creación de cinco modelos de un respirador artificial desarrollados por el Grupo de la Industria Electrónica, la Informática, la Automatización y las Comunicaciones de Cuba (Gelect). Sus prototipos serán evaluados en breve por el Cecmed.

El Ministerio de Industrias publicó en Twitter un mensaje para informar de los trabajos en el respirador pulmonar, una incubadora y una impresora 3D realizados de manera conjunta con la Empresa Cubana de Equipos Médicos (ICEM), la Empresa de Automatización Integral (CEDAI) y Electromedicina. Un proceso que, en la jerga oficial se calificó como "parte de un encadenamiento industrial que favorece la innovación y el desarrollo nacional".

Según la prensa oficial, el motor y los sensores han sido adquiridos en el exterior, mientras el resto de componentes son de fabricación nacional. Los equipos han sido probados en los hospitales Manuel Fajardo, Miguel Enríquez y Calixto García en 16 pacientes que se recuperaban de la anestesia y para los que el ventilador se reveló seguro.

La pasada primavera, a comienzos de la pandemia, Cuba denunció que el embargo le impedía adquirir ventiladores en el exterior, así como mascarillas y los materiales requeridos para la realización de pruebas PCR, algo que fue desmentido entonces por Washington.

"Las cosas para Cuba siempre son más difíciles. Ni en tiempos de pandemia a los cubanos se nos permite respirar tranquilos", denunciaba entonces el embajador cubano en Pekín, Carlos Miguel Pereira.

Desde entonces, La Habana comenzó a anunciar el desarrollo de sus propios materiales, desde las mascarillas que ha tardado un año en poder producir, a los ventiladores que ahora espera aprobar.

La Habana comenzó a anunciar el desarrollo de sus propios materiales, desde las mascarillas que ha tardado un año en poder producir, a los ventiladores que ahora espera aprobar

Las bajas cifras oficiales de contagios y muertes por coronavirus en Cuba, logradas entre otras razones por el férreo cierre fronterizo, la expansión de la atención primaria y la facilidad del control de la población por la ausencia de libertades y garantías legales, han permitido un cierto respiro estos meses a La Habana para trabajar con tranquilidad en su "soberanía" sanitaria.

Pero la situación ha cambiado y la urgencia aprieta. Desde que a mediados de noviembre de 2020 se abrieron las fronteras y el virus empezó a propagarse por territorios en los que, incluso, estaba erradicado, el control de la enfermedad se ha perdido, y ha entrado en el habitual círculo vicioso de las enfermedades infecciosas que, a medida que expanden, consumen los recursos complicando la detección, diagnóstico y aislamiento encaminados a reducir los casos.

Tras un fuerte endurecimiento de las medidas en febrero, con toques de queda, cuarentenas y suspensiones de actividades colectivas, las autoridades estaban logrando unos días de respiro al detectarse este domingo 618 casos de covid-19, la cifra más baja en tres semanas.

Sin embargo, este lunes y martes las cifras han vuelto a crecer (811 positivos y dos fallecidos el primer día y 997 y cuatro el segundo) y, de no consolidarse a la baja los contagios, al Gobierno se le agotan las opciones para no tomar medidas radicales como un confinamiento domiciliario que hasta ahora no se ha puesto en práctica.

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