Las autoridades arrestaron a un quebequés por llevar ayuda a Cuba sin pasar por el Gobierno
Carl-Michel Cloutier afirma que fue amenazado con ir a la cárcel y la detención de sus suegros, residentes en Villa Clara
La Habana/Carl-Michel Cloutier, un quebequés casado con una cubana y viajero habitual a la Isla, no piensa volver jamás después de su última experiencia. El canadiense fue arrestado, interrogado, confiscadas sus pertenencias y amenazado con la cárcel y con no volver a salir del país tras entrar en la Isla con ayuda humanitaria para las víctimas del huracán Irma.
El diario canadiense La Presse recogía este lunes la historia de Cloutier, quien, ya de regreso en Montreal, aseguraba haber vivido un "calvario" por culpa de las autoridades cubanas. "Pensé que iba a terminar en la cárcel", sostiene.
Carl-Michel Cloutier informó a la embajada de Cuba en Canadá de sus intenciones para evitar problemas e intentar que la ayuda que pensaba transportar estuviera exenta de pago en la aduana cuando llegase a La Habana el 21 de septiembre.
La cónsul de Cuba en Montreal le facilitó un documento para que constase que transportaba 15 maletas de 25 kg cada uno con "un cargamento de donaciones"
Pese a no garantizarle nada, Mara Bilbao Díaz, cónsul de Cuba en Montreal, le facilitó un documento para que constase que transportaba 15 maletas de 25 kg cada uno con "un cargamento de donaciones de ropa, juguetes y alimentos enlatados utilizados para las víctimas del huracán Irma en el pueblo de Isabela de Sagua, en la provincia de Villa Clara".
"El señor Cloutier fue debidamente informado de las regulaciones aduaneras cubanas con respecto a las importaciones de pasajeros. Por favor, utilice este documento como una nota informativa ", escribió la funcionaria en la carta.
El canadiense llegó junto a un amigo, Patrick Ménard, con 19 maletas de ayuda para distribuir, pero solo pudo introducir en la Isla nueve de ellas y previo pago de 100 CUC en la aduana. Las otras 10 maletas se quedaron en el aeropuerto.
La familia de la esposa de Cloutier vive en la provincia de Villa Clara, cerca del pueblo de Isabela de Sagua, donde el 70% de los edificios fueron destruidos por el huracán el pasado 9 de septiembre. Para ayudar a las víctimas, recogieron donaciones en su entorno, así como en la Escuela Albert Schweitzer y Viajes LM, en Saint-Bruno-de-Montarville (Quebec).
Carl-Michel Cloutier y su amigo distribuyeron parte de las donaciones la pasada semana en el pueblo. "La devastación era extrema, las casas estaban completamente destruidas o destrozadas por el huracán", ha contado al diario quebequés. "Las familias estaban tratando de recoger lo que quedaba. La gente dormía en una cama con sus hijos, en medio de su casa sin techo ni paredes. El escenario era espantoso", relata.
"Hemos repartido las donaciones y han compartido sus historias con nosotros. Estaban muy agradecidos, pero fue muy difícil para Patrick y para mí ver esta tragedia humana".
"Un hombre con uniforme militar, del Departamento de Inmigración, y otro de civil, de la Seguridad del Estado, me interrogaron durante más de cuatro horas sobre nuestra visita y la ayuda que habíamos entregado"
El problema llegó durante un control de tráfico, cuando los dos hombres y los suegros de Cloutier fueron detenidos por la policía y llevados a la comisaría donde les confiscaron sus teléfonos y cámaras.
"Un hombre con uniforme militar, del Departamento de Inmigración, y otro de civil, de la Seguridad del Estado, me interrogaron durante más de cuatro horas sobre nuestra visita y la ayuda que habíamos entregado", cuenta Cloutier. "Me dijeron que es ilegal hacer donaciones humanitarias sin pasar por el Gobierno ".
Según ha explicado el quebequés, el ambiente fue muy tenso durante el interrogatorio, que se llevó a cabo en un tono áspero. "Me trataron como un criminal", afirma.
Expresándose lo mejor que pudo en español, logró hacer entender a sus interlocutores que tenía un documento del consulado de Cuba en Montreal explicando su intención. Así, fue acompañado a la casa de sus suegros para buscarlo y pudo ser liberado después de seis horas.
Con el susto aún en el cuerpo, Cloutier y Ménard se fueron rápidamente a Varadero, donde se encuentra un consulado canadiense, pero un día después recibieron una llamada de la familia política del primero para contarles que la policía los requería. Debían reunirse con las autoridades o no podrían salir del país y sus suegros se exponían a ser detenidos.
"Tuvimos mucho estrés antes de que el personal del consulado de Canadá confirmase, 24 horas más tarde, que no tendríamos ningún problema con la ley", dice ahora aliviado.
Cloutier desaconseja a otros quebequeses que viajen a Cuba. Algunos de ellos han expresado, aparentemente, su intención de acudir en auxilio de las víctimas
Tras esta experiencia, Cloutier desaconseja a otros quebequeses que viajen a Cuba. Algunos de ellos han expresado, aparentemente, su intención de acudir en auxilio de las víctimas.
La Presse trató de contactar con la embajada de Cuba en Ottawa para recabar información sobre el suceso, pero la sede diplomática zanjó la conversación afirmando que todos los visitantes que van a Cuba deben cumplir las reglas. Nunca ofrecieron más detalles a pesar de prometer lo contrario al diario.
Por su parte, un portavoz de Asuntos Globales de Canadá escribió: "No se recomienda viajar a Cuba con donaciones sin antes hacer arreglos firmes a través de un socio oficial. Las aduanas cubanas pueden confiscar cualquier objeto importado que no consideren que puede ser utilizado para uso personal del turista y pueden imponer tarifas elevadas al equipaje que pese más de 30 kilos o a los medicamentos que superen los 10 kilos".
El Departamento hizo hincapié en que la mejor manera de ayudar a las personas afectadas por la tragedia es proporcionar donaciones en efectivo a las organizaciones humanitarias ya activas en el campo.