Cancillerías de Cuba y Turquía examinan perspectivas para fortalecer su cooperación

Turquía

La harina de trigo y las 'patanas' continúan marcando la relación bilateral 

En medio de apagones prolongados y escasez de alimentos, la presencia de empresas turcas en Cuba se ha convertido en uno de los signos más visibles de esta relación.
En medio de apagones prolongados y escasez de alimentos, la presencia de empresas turcas en Cuba se ha convertido en uno de los signos más visibles de esta relación. / X / Cancillería de Cuba
14ymedio / EFE

13 de septiembre 2025 - 09:35

La Habana/Las cancillerías de Cuba y Turquía examinaron este viernes en La Habana las perspectivas de “desarrollo y fortalecimiento” de la cooperación y revisaron el estado actual de sus relaciones, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Isla. En medio de apagones prolongados y escasez de alimentos, la presencia de empresas turcas en Cuba –desde las centrales eléctricas flotantes hasta el suministro de harina para la producción de pan– se ha convertido en uno de los signos más visibles de esta relación.

El encuentro estuvo encabezado por el director general de Asuntos Bilaterales de la Cancillería cubana, Carlos Miguel Pereira, y por la directora general para las Américas y el Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, Yaprak Balkan. La reunión abordó temas de la agenda bilateral, regional e internacional y ratificó la voluntad de continuar fortaleciendo el diálogo político y de impulsar “las relaciones económicas, comerciales, financieras y de cooperación”.

La Habana agradeció el apoyo tradicional de Ankara a la resolución de la ONU que pide el fin del embargo estadounidense, cuya votación está prevista nuevamente para octubre. Sin embargo, el trasfondo de las relaciones bilaterales se juega hoy en los sectores más urgentes para la población: energía y alimentos.

En marzo pasado, ambos gobiernos acordaron una hoja de ruta para la cooperación económica-comercial bilateral entre 2024 y 2026 que incluye áreas como energía, comercio, inversiones, infraestructura jurídica, industria, cooperación técnica, finanzas, transporte, agricultura, salud, cultura, turismo y educación. Aunque el documento fue anunciado en la prensa oficial como un avance estratégico, la concreción de muchos de sus puntos enfrenta dificultades.

En agosto de este año zarpó de la bahía habanera la 'Suheyla Sultan', una de las mayores 'patanas', debido a impagos

El ejemplo más evidente es la cooperación energética. Durante los últimos años, el Gobierno cubano ha alquilado hasta ocho centrales eléctricas flotantes a la compañía turca Karpowership, que llegaron a representar cerca de un tercio de la generación nacional. Las patanas han funcionado como un paliativo frente a la crisis del sistema eléctrico nacional (SEN), cuyas termoeléctricas envejecidas sufren continuas averías.

Pero en los últimos meses la relación se ha tensado por impagos de la parte cubano. En agosto zarpó de la bahía habanera la Suheyla Sultan, la mayor de las patanas, con una potencia de 240 MW. Hoy quedan solo dos unidades en La Habana —la Erol Bey, con una capacidad de 63 MW, y un barco logístico, la Belgin Sultan—, muy insuficientes para mitigar los apagones. La falta de transparencia en los contratos, los altos costos del arrendamiento y la escasez de combustible para hacerlas funcionar limitan su efectividad y hacen que esta opción sea inviable en el caso de Cuba.

La agenda de cooperación no se limita a la electricidad. Turquía se ha convertido en los últimos meses en uno de los principales proveedores de harina de trigo para la industria molinera cubana y para el sector privado. En Sancti Spíritus, por ejemplo, pequeños negocios compran sacos de 25 kilos de harina turca a precios que rondan los 9.000 o 10.000 pesos. El suministro es inestable y depende de grandes importadores o mipymes con capacidad de traer contenedores completos.

A inicios de abril, atracó en un puerto cubano un barco cargado con harina procedente de Turquía, el primero de tres que el Gobierno esperaba recibir ese mes para abastecer las panaderías estatales. La noticia fue celebrada como un alivio temporal en medio de la crisis del pan normado, aunque los productores privados advierten de que las importaciones siguen siendo caras y las trabas burocráticas impiden una comercialización fluida.

Muchos emprendedores denuncian que importar harina directamente para su negocio es casi imposible por las regulaciones estatales

La participación turca también se ha hecho visible en eventos comerciales. En la más reciente feria de alimentos en La Habana, la empresa Asmali Consulting ofreció harina de “alta calidad” a los empresarios cubanos, consolidando la presencia de Turquía como un socio estratégico para las mipymes dedicadas a la panadería y la repostería.

La apertura de nuevos negocios en La Habana también exhibe la creciente penetración de productos turcos en el mercado minorista privado. Algunos minimercados han comenzado a vender conservas y alimentos procesados de marcas de ese país. Estos productos llegan a las estanterías de los mercados para cuentapropistas o locales privados que apuntan a un público con mayor poder adquisitivo.

Sin embargo, el entusiasmo por estos vínculos económicos convive con obstáculos. Muchos emprendedores denuncian que importar harina directamente para su negocio es casi imposible por las regulaciones estatales. En algunos casos, cuando han intentado traer contenedores de manera colectiva, las autoridades les han negado el permiso alegando que ello equivaldría a “revender” insumos, una práctica restringida.

La relación entre La Habana y Ankara se encuentra así en un punto crucial. Mientras la diplomacia celebra el fortalecimiento de la cooperación, sobre el terreno la realidad es más compleja. La salida de varias patanas ha incrementado los apagones y los precios de la harina importada siguen presionando los costos de producción de pan y repostería.

Si el diálogo político anunciado este viernes se traduce en más barcos de trigo, nuevas soluciones energéticas y una mayor apertura para las mipymes, Turquía podría convertirse en un socio económico de primer orden para Cuba. De lo contrario, el entusiasmo diplomático quedará reducido a declaraciones mientras el apagón y la escasez de pan sigan marcando el día a día de la Isla.

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