1/10De fiesta familiar a donde los padres iban incluso con sus hijos pequeños los más importantes festejos habaneros se han convertido en un espacio de frecuentes riñas y riegos. 2/10Las mayoría de las familias que se aventuran a llevar a niños lo hacen en las horas en que todavía no ha caído el sol para evitar los peligros que llegan con la noche, como las broncas y los carteristas. 3/10La presencia policial ha ido creciendo con los años y este verano los uniformados llegaron en decenas de camiones de factura china y se desplegaron desde temprano alrededor de kioscos y palcos. 4/10El producto más demandado ha sido la cerveza dispensada que solo se vendió en pesos cubanos a un precios de 9 CUP. 5/10Quienes querían consumir cerveza enlatada o importada durante los carnavales habaneros debieron abonar el precio en moneda convertible y los montos oscilaban entre 1 y 1,25 CUC. 6/10Los vendedores privados son controlados por la policía para evitar que sus ofertas compitan con locales estatales. (14ymedio) 7/10Las carrozas, el plato fuerte del carnaval habanero, fueron este año de factura modesta y solo circularon unas 14 por la avenida del Malecón. 8/10En algunos lugares no aceptaban el CUP como moneda, en otros el CUC.jpg 9/10Los clientes se quejaron de los altos precios de la comida y la poca variedad que se redujo a pollo frito, cerdo asado, maíz y el tradicional pan con lechón. 10/10El último día del carnaval los habaneros se despidieron por este año de unas festividades que han ido perdiendo prestigio y popularidad, pero que todavía convocan a miles de asistentes.