La Cruz Roja aspira a recaudar 18 millones de dólares en ayudas para Cuba
Melissa
EE UU insiste en que el envío de cualquier ayuda humanitaria no debe pasar por las manos del Gobierno, pero no concreta una oferta
La Habana/Mientras EE UU y Cuba siguen en guardia en torno al posible envío de ayuda humanitaria por el paso de Melissa, la Cruz Roja ha lanzado una alerta para recaudar 18 millones de dólares que deben servir para asistir a unas 100.000 personas, calcula la delegación de la organización en la Isla. El monto no solo serviría para paliar los efectos del huracán, sino para actuar frente al “actual brote” de dengue, oropouche y chikungunya.
"Este llamamiento de emergencia es esencial para recaudar los fondos necesarios para ayudar al pueblo cubano”, afirmó Jagan Chapagain, secretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC). El directivo advirtió de la "devastación inmensa" dejada por el huracán y consideró que la recuperación "tomará meses, quizá años".
El plan de acción tiene una duración prevista de dos años y un desarrollo en tres fases: respuesta humanitaria inmediata, recuperación temprana y resiliencia a largo plazo.
Se trata de añadir kits de herramientas, colchones, frazadas, utensilios de cocina y lámparas solares
Cruz Roja ya había enviado ayuda antes de que llegase Melissa este miércoles a la Isla, en concreto 1.000 kits familiares de emergencia con artículos de higiene y cocina. Ahora, señala, se trata de añadir kits de herramientas, colchones, frazadas, utensilios de cocina y lámparas solares, además de tratamientos domésticos y comunitarios para potabilizar el agua, algo básico para "prevenir y reducir la transmisión de enfermedades asociadas al impacto del huracán y al brote de arbovirus que enfrenta simultáneamente el país".
Una vez atajado ese problema, le seguiría una fase de reconstrucción, en la que la organización pretende entregar kits de techado, herramientas y cursos para que los ciudadanos puedan reparar sus viviendas dentro de lo posible.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) había pedido en las horas previas ayuda “urgente” a la solidaridad internacional por la “catástrofe de enormes proporciones” que dejó el meteoro, y que de hecho afectó no solo a la emblemática Basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre, sino a numerosas iglesias locales y casas religiosas, indicaron en su nota de este jueves.
Los prelados se han ofrecido a canalizar la ayuda a través de la Iglesia católica y Cáritas. “Se necesitan alimentos, ropa, colchones, útiles del hogar y materiales para techos, especialmente para los ancianos y los más vulnerables”, señalan los obispos, que hablan de “tragedia nacional que se suma a la ya difícil realidad cotidiana, con escasez de los bienes primarios, cortes eléctricos prolongados y frecuentes, virus y enfermedades propagándose de modo creciente”.
La COCC agradeció “a Dios que, hasta el momento, no se hayan reportado pérdidas de vidas humanas”, así como a quienes “acogieron en distintas instituciones, casas familiares y templos, a aquellos que tenían más riesgos de afectación”, en total al menos 750.000 personas en todo el oriente de la Isla.
La oferta de los obispos podría abrir una vía a donativos desde EE UU
“Apelamos a la solidaridad de las Iglesias y Cáritas hermanas. A los cubanos de otras partes del mundo y de todo el país. A todos los que, con buena voluntad, quieran y puedan ayudarnos”, añade el comunicado.
La oferta de los obispos podría abrir una vía a donativos desde EE UU, que insiste en que el envío de cualquier ayuda humanitaria no debe pasar por las manos del Gobierno, aunque por el momento su oferta sigue sin concretar. La nota que el Departamento de Estado hizo pública este jueves incide en el uso de las vías habituales para eludir el embargo, tales como la concesión de licencias para exportar material sanitario o alimentos, pero no supone una línea de emergencia, como se espera en estos momentos.
Tampoco lo supondría el levantamiento del embargo, como han pedido en las últimas horas varios países, con China y Venezuela a la cabeza. El portavoz de la Cancillería china Guo Jiakun dijo este viernes en una rueda de prensa que Washington debe “atender la petición de la comunidad internacional”, expresada mayoritariamente en la Asamblea General de Naciones Unidas que pidió, por 165 votos a favor, el fin de las sanciones.
Aunque fue un voto menguante, si se compara con otras ocasiones, la Isla ha vuelto a recibir este espaldarazo que, en palabras del portavoz “refleja una vez más el amplio apoyo de la comunidad internacional a la justa lucha del pueblo cubano por defender su soberanía nacional y oponerse a la injerencia extranjera y al bloqueo”. Guo pidió a Washington actuar “de inmediato” y reivindicó la posición de China, que “en su defensa de la justicia internacional, seguirá apoyando con firmeza al pueblo cubano en su oposición a la injerencia extranjera y en su búsqueda de un desarrollo acorde con sus condiciones nacionales”.
Desde Venezuela, también se pronunció Maduro, cuyo canciller, Yván Gil, anunció ayer el envío de 26 toneladas de ayuda humanitaria a la Isla y agregó que "los próximos días" zarpará un barco con 3.000 toneladas más. “El Gobierno de Estados Unidos ha ofrecido por primera vez ayuda a Cuba. Bueno, la mejor ayuda es que levanten todo el bloqueo económico a Cuba, que levanten todas las medidas de persecución económica contra Cuba”, espetó en un acto transmitido por el canal estatal.
“La humanidad entera votó porque cese la tortura contra el cuerpo económico y social de Cuba, así que si el Gobierno de Estados Unidos quiere ayudar a Cuba, como ha dicho hoy (el secretario de Estado) Marco Rubio, levante hoy mismo todas las medidas, y verá que es la mejor ayuda histórica para un pueblo heroico y patriota”, sostuvo.
En realidad, no es la primera vez que Washington ofrece ayuda a la Isla tras el paso de un huracán. Ya en 2012, cuando Sandy arrasó también Santiago de Cuba, se dio una disputa muy similar a esta, cuando la Oficina de Asistencia para Desastres en el Extranjero de EE UU hizo la misma oferta de enviar asistencia humanitaria al margen del Gobierno, una inusual práctica que el régimen ni se plantea aceptar.
