Cuba sigue registrando datos desastrosos en turismo, con una caída del 23,2% desde enero
Turismo
Los apagones, el desabastecimiento y la inseguridad ahuyentan a los visitantes internacionales
La Habana/El turismo en Cuba no levanta cabeza. Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), hasta julio de este año llegaron apenas 1.123.987 visitantes internacionales, lo que representa una caída del 23,2% respecto a 2024. La Isla ha recibido 338.922 turistas menos que el año pasado. La “locomotora que debía arrastrar a la economía cubana” está descarrilada y, para colmo, los números de la vecina República Dominicana marcan récords que dejan en evidencia el fracaso del modelo turístico nacional.
En una reunión previa al quinto período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional, el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, reconoció que “este ha sido el peor momento desde el derrumbe de las Torres Gemelas, en 2001, sin contar el período pandémico”. Por su parte, el economista Pavel Vidal aseguró que se trata de “los peores números de su historia desde que se tienen registros” y anticipó que apenas se rozarán los 1,8 millones de turistas este año, lejos de la meta oficial de 2,6 millones.
Rusia, considerada en los últimos años una apuesta fuerte del Gobierno, se desplomó casi a la mitad
El retroceso es generalizado. Canadá, que siempre fue el principal proveedor de turistas, ha reducido sus cifras en poco más del 23% (478.388 entradas, mientras fueron 622.204 en los primeros siete meses de 2024). Rusia, considerada en los últimos años una apuesta fuerte del Gobierno, se desplomó casi a la mitad (de 123.351 a 71.797). Los europeos tampoco escapan y ninguno de esos países manda más de 30.000 turistas a la Isla: alemanes, franceses y españoles disminuyen entre un 25% y un 36%. Incluso la comunidad cubana en el exterior ha viajado menos a la Isla, con una caída de más del 22% (de 179.625 a 141.046). La falta de confianza en las condiciones internas pesa más que la nostalgia.
Solo dos mercados muestran un ligero repunte. Colombia, con 1.357 turistas más durante el primer semestre (para un total de apenas 19.916 viajeros), y Argentina (30.120), que aumentó en 1.143 sus visitas. El caso argentino resulta curioso, pese a las tensiones entre Javier Milei y Miguel Díaz-Canel, los viajes crecieron. Sin embargo, el aumento no es significativo si se tiene en cuenta que Argentina ha vivido este año un boom de viajes al exterior, con las mejores cifras en casi una década.
Los aeropuertos también muestran pistas deterioradas, baños clausurados, climatización deficiente y retrasos interminables en migración y aduanas
Las razones de esta crisis se dividen en dos bloques. En el frente interno, los problemas son de sobra conocidos, con apagones, escasez de alimentos, deterioro de la infraestructura y hoteles incapaces de garantizar lo mínimo. El propio ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López, admitió hace unas semanas la “incapacidad en la producción ahora mismo para satisfacer la demanda del turismo”. Los aeropuertos también muestran pistas deterioradas, baños clausurados, climatización deficiente y retrasos interminables en migración y aduanas.
En el frente externo, la mala reputación internacional hace estragos. En internet abundan los testimonios de viajeros que se quejan de apagones, hoteles desabastecidos y sensación de inseguridad. En un mundo donde los turistas comparan destinos en segundos desde sus móviles, Cuba pierde la batalla frente a competidores que ofrecen mayor calidad y mejores precios.
La Habana intenta aferrarse al mercado chino
Ante el desplome, La Habana intenta aferrarse al mercado chino. Este año se inauguraron vuelos directos de Air China y se eliminó el requisito de visado. En 2024, los turistas procedentes de ese país crecieron un 50%, aunque se trata de números insignificantes. García Granda ha insistido en que la estrategia será fortalecer las relaciones con Pekín, aunque es muy improbable que se puedan llenar los hoteles vacíos de Varadero, Cayo Coco o Trinidad.
El contraste con República Dominicana es brutal. Mientras Cuba se hunde, la isla vecina recibió más de 3,3 millones de viajeros solo entre enero y marzo. El turismo representa allí un 15% del PIB, genera más de 10.000 millones de dólares anuales y más de un millón de empleos. Y no solo se trata de sol y playa: Dominicana ha diversificado su oferta con turismo cultural, de naturaleza y sostenible. Ese modelo da frutos visibles y expone aún más el estancamiento cubano.
Mientras otros destinos del Caribe se reinventan y crecen, Cuba se hunde entre apagones y colas
El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, se aferra al discurso de siempre: el turismo “cuando marcha a buen paso, reimpulsa toda la economía” y “asegurar su funcionamiento no implica desatender a la población, sino habilitar ingresos para dar respuesta a sus necesidades”. Pero la realidad es otra: el turismo en Cuba ni marcha ni reimpulsa. Los datos oficiales, los hoteles semi vacíos y las quejas de los propios trabajadores del sector desmienten la retórica gubernamental.
El colapso turístico de 2025 es el resultado de años de improvisación y un modelo que levantó hoteles mientras descuidaba la vida cotidiana de los cubanos y los servicios básicos para los visitantes. Ahora, mientras otros destinos del Caribe se reinventan y crecen, Cuba se hunde entre apagones y colas. Y los turistas, con toda lógica, eligen otras playas.