La carne dudosa de Brasil se sigue vendiendo en Cuba

El pollo congelado de dos de las compañías que adulteraban productos está disponible aún en la red minorista

Pollo congelado brasileño que se vendía este lunes en los mercados de La Habana. (14ymedio)
Pollo congelado brasileño que se vendía este lunes en los mercados de La Habana. (14ymedio)
Zunilda Mata

21 de marzo 2017 - 12:09

La Habana/Los cubanos saben mucho de adulteraciones. Durante décadas han lidiado con el desvío de recursos en las tiendas estatales y la sustitución de productos que los empleados realizan para obtener ganancias. De ahí que el escándalo de la carne alterada que envuelve a dos empresas brasileñas apenas haya sorprendido en la Isla.

Este lunes los productos cárnicos del gigante sudamericano continuaban a la venta en la red minorista, donde tiene una gran presencia el pollo congelado de las marcas Frangosul y Perdix, de las compañías JBS y BRF respectivamente, las dos que maquillaron y adulteraron sus productos según una investigación de la Policía Federal de Brasil.

En el caso del pollo, las autoridades han advertido que se trata más de un fraude económico, consistente en agregar agua al producto para aumentar el peso, sin riesgo para la salud.

En el caso del pollo, las autoridades han advertido que se trata más de un fraude económico, consistente en agregar agua al producto para aumentar el peso, sin riesgo para la salud

Los resultados de la Operación "Carne Débil" (Carne Fraca, en portugués) confirmaron las sospechas de quienes señalaban que algo "no olía bien" en el principal exportador de estos productos en el mundo. Cada año Brasil exporta carne de res por unos 5.500 millones de dólares y pollo por 6.500 millones. El negocio representa el 7,2% de su Producto Interno Bruto (PIB).

Hasta el momento ninguna tienda o mercado cubanos ha retirado los congelados provenientes de ese país. En los sitios digitales que ofrecen una amplia gama de alimentos para que los emigrados abastezcan a sus familiares en la Isla, se mantienen en oferta la carne de res y los pollos brasileños.

Los medios oficiales difundieron la noticia del escándalo, centrándose en las posibles repercusiones sobre el Gobierno de Michel Temer. El Ministerio de Salud Pública no ha emitido ninguna advertencia y empleados del Ministerio de Comercio Interior evitaron pronunciarse sobre el tema al ser preguntados por 14ymedio.

Cuba importa más del 80% de los alimentos que consume. Para 2017 se prevé que la factura de esas compras supere los 1.750 millones de dólares, 82 millones más que el estimado para el pasado año.

Cada año se compran en el mercado internacional más de 120.000 toneladas de carne de pollo, la mayoría cuartos traseros, también llamados "partes oscuras". Alberto Ramírez, presidente de la Sociedad Cubana de Productores Avícolas (SOCPA), confirmó recientemente a la prensa oficial que "la producción [nacional] de carne es prácticamente nula".

Cada año se compran en el mercado internacional más de 120.000 toneladas de carne de pollo, la mayoría cuartos traseros

En 2014 varios representantes del Ministerio de Agricultura visitaron Brasil para inspeccionar las instalaciones de la planta de productos lácteos y carne de vacuno gestionada por JBS, en Mato Grosso do Sul, con vistas a importar esos productos a la Isla. Otras 25 instalaciones aprobadas para comerciar con Cuba se ubican en los estados de Tocantins, Rondonia, Río de Janeiro, Rio Grande do Sul, Goiás, Mato Grosso y Sao Paulo

Estados Unidos y Brasil son los países con más presencia de productos congelados en el mercado cubano. Ante el desabastecimiento y la falta de variedad en la oferta, el pollo se ha convertido en uno de los alimentos más comunes en la mesa de los cubanos. Solo los más acomodados pueden permitirse la carne de res.

"Vine a comprar un pedazo de cañada", aseguraba una jubilada en la carnicería de la céntrica Plaza de Carlos III este lunes que opina que "es un lujo que solo uno puede darse de vez en cuando". La carne en oferta en ese mercado proviene de Brasil, según aclaró un empleado que prefirió el anonimato, pero hasta el momento no habían recibido "ninguna orden de parar la venta".

En la vidriera se ven varios paquetes con picadillo de primera, trozos de carne, bistec y bola de res en exhibición. Ninguna mercancía especifica el lugar de donde proviene, pero los trabajadores del local confirman que ha sido comprada al gigante sudamericano. Los clientes que pasan miran con deseo las ofertas, la carne sigue siendo un manjar prohibido para muchos, aunque esté envuelta en cuestionamientos y fraudes.

"Aquí trabajamos con carne brasileña", aclara uno de los camareros de la cafetería a un costado del cine Riviera, antiguo El Carmelo, en la céntrica calle 23. En su carta se ofertan solomillo, filete miñón, vaca frita y ropa vieja, este último un plato muy tradicional que tiene una alta demanda entre los turistas.

El selecto mercado El Palco, donde compran mayoritariamente diplomáticos y extranjeros residentes en La Habana, también "está surtido especialmente con carne brasileña", puntualiza una de las cajeras del lugar.

En Brasil han sido arrestadas unas 27 personas y el comisario de la Policía Federal Mauricio Moscardi advirtió de la existencia de una red de corrupción dentro del Gobierno que permitía legalizar la carne adulterada. En esa cadena de infracciones estarían implicados funcionarios del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, al que pertenece el presidente Temer.

Las principales productoras cárnicas brasileñas agregaron productos químicos a carnes que estaban "podridas" o no eran aptas para el consumo humano. Un extenso entramado de pagos de sobornos compraba la aprobación por parte del Ministerio de Agricultura.

"Usaban ácidos y otros productos químicos, en algunos casos cancerígenos, para disimular las características físicas del producto podrido y su olor", explicó Moscardi. Colocaban desde vitamina C para dar un color más "apetitoso" hasta niveles de conservantes muy por encima de los permitidos por las autoridades sanitarias.

Representantes de ambas empresas han negado las acusaciones de las autoridades policiales, pero la alarma se ha extendido en el mercado internacional y sus cotizaciones en bolsa se han desplomado estrepitosamente.

"BFR asegura su alta calidad y la seguridad de sus productos y garantiza que no hay ningún riesgo para sus consumidores", advertía una de las compañías de alimentos más grandes del mundo y que cuenta con más de 30 marcas en su cartera, entre ellas, Sadia, Perdigão, Qualy, Paty, Dánica, Bocatti o Confidence.

Los clientes cubanos que van enterándose de las noticias provenientes de Brasil empiezan a atar cabos. "El pollo ya no venía con la calidad de antes y tenía mucho hielo"

El Ministerio de Agricultura de Chile anunció hace unas horas la interrupción de las importaciones del mercado brasileño de carne bovina. El titular de la cartera, Carlos Furche, explicó que la medida tiene un carácter temporal "hasta no saber con exactitud por las autoridades brasileñas sobre cuáles son las plantas que están siendo investigadas, y de esas plantas cuáles son las que han exportado al mundo y a Chile", comentó.

Las autoridades chinas han respondido sin miramientos. El Gobierno prohibió todas las importaciones de ese tipo e impidió que carnes ya embarcadas sean descargadas en sus puertos. El año pasado el país asiático importó 1.600 millones de dólares desde los frigoríficos brasileños.

Europa ha frenado los despachos procedentes de JBS y BRF. Esta semana viajará a Brasilia el Comisario de Asuntos de Salud de Europa, Vytenis Andriukaitis, y la agenda gira en torno al escándalo de los alimentos.

Los clientes cubanos que van enterándose de las noticias provenientes de Brasil empiezan a atar cabos. "El pollo ya no venía con la calidad de antes y tenía mucho hielo", se queja Luisa Cordovés, ama de casa del municipio Centro Habana y quien asegura que "de un tiempo a esta parte es mejor comprar las cajas de pollo que vienen de Estados Unidos, porque el producto tiene mejor sabor".

Cree que el escándalo no va a disuadir a los consumidores nacionales de adquirir estos productos. "La gente tiene muchas necesidades y no hay opción: lo tomas o lo dejas".

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