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De la explosión azul y el sueño azul

Víctor Mesa, tan controvertido y destemplado, ha demostrado ser un manager de garra y tesón singulares. (cubadebate)
Ernesto Santana

01 de noviembre 2017 - 18:34

La Habana/Después de varios días de espera, y tras algunas críticas por la falta de transparencia, la Dirección Nacional de Béisbol (DNB) ha informado que la sanción aplicada al mentor de Industriales, Víctor Mesa, “se debió a una indisciplina cometida en el hotel Bella Habana”, donde estuvo involucrado un custodio de la instalación.

Poco después, 14ymediopublicaba que la “indisciplina” había sido “una pelea física” entre Mesa y dicho custodio. Aunque la prensa había reclamado más información para evitar rumores y dar “más credibilidad a un béisbol necesitado de exigencia, respeto y calidad”, la DNB aseguró que, “como norma”, no detalla los motivos de las sanciones para “proteger la integridad moral de los implicados” y no afectar la dinámica de un colectivo de trabajo.

Muchos aficionados de Industriales aceptan a Mesa. Otros rechazan la conducta de la ahora explosión azul, quien afirma haber recibido amenazas. Por ello, se hace acompañar por un guardaespaldas a todas partes, incluso para entrar por la puerta trasera del hotel, donde ocurrió la movida reyerta.

No hay mentor que combine tanto talento y voluntad de trabajo con tanta agresividad hacia otras personas. Más allá de su falta de control, su carácter explosivo y de que se sienta protegido por el poder, Mesa, seguro de que nada puede detenerlo, de que nadie puede irle a la contraria, cae en actos que sencillamente lindan con el delito.

No hay mentor que combine tanto talento y voluntad de trabajo con tanta agresividad hacia otras personas

Pero la DNB comete una falacia típica al declarar que no da detalles para cuidar la integridad moral de los implicados. Ni esas autoridades ni ninguna otra en Cuba se preocupan por la integridad moral de nadie fuera de ellas mismas. Un ejemplo son los peloteros que marchan a jugar a otro país sin el permiso de ellos y han sido acusados durante decenios de apátridas y traidores que se venden al “deporte esclavo”.

Pero una figura pública, como cualquier persona, tiene que cuidar su conducta ante los demás e incluso en privado. Si va contra las leyes y las normas, eso debe saberse, por lo que representa ante la sociedad. En las Grandes Ligas, cuando un gran pelotero cubano —o de otra procedencia— conduce borracho o comete violencia doméstica, el hecho se difunde en los medios y el atleta recibe una sanción y se compromete a no repetir su error.

Tal asunto es tomado actualmente con más seriedad que nunca, tanto por las autoridades del deporte profesional como por el público, pues no se puede permitir que figuras de la esfera pública crean que la popularidad o el dinero pueden evitar las consecuencias de violar las normas y las leyes. Es simple cuestión de convivencia. Si los más fuertes no cumplen los códigos, ¿Qué queda para los demás?

Su extraordinario amor al béisbol debe controlar su carácter, porque todavía los Leones no son los reyes de la selva y hay cinco fuertes rivales, ahora más vigorosos, que sacarán ventaja de su incontinencia

Se equivoca la DNB al decir que pretende cuidar la integridad moral de los sancionados, además, porque no es que se deba informar para evitar especulaciones y rumores, sino porque sencillamente los aficionados, por su condición de ciudadanos, tienen derecho a la información que les interesa.

En cuanto al peligroso mentor —que fue Explosión Naranja, agresivo Cocodrilo y ahora se muestra furibundo León—, es preciso que rebaje pronto su promedio ofensivo y de pifias porque está arriesgando el renacido sueño azul, que indudablemente es ahora también el suyo.

Su extraordinario amor al béisbol debe controlar su carácter, porque todavía los Leones no son los reyes de la selva y hay cinco fuertes rivales, ahora más vigorosos, que sacarán ventaja de su incontinencia, como ya está ocurriendo en el comienzo de esta segunda etapa. Al principio de la Serie, ya VM32 demostró que podía mostrarse más calmado.

Todos queremos que reviente el Latino con las jugadas de un equipo que anhela, sí, coronarse luego de mucho tiempo sin el oro, pero también recuperar su grandeza. Hace poco, el mentor aseguró que sale siempre a triunfar, que “la cuestión no es ganar un juego, sino ganar todos los días”. Debiera comprender que la cuestión es ganar contra sí mismo, preferiblemente cada día.

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