Expulsado de Cuba el sacerdote mexicano que tocó las campanas durante un cacerolazo
Cuba
En la iglesia La Milagrosa, en Santos Suárez, José Ramírez ofrecía alimentación a un círculo de abuelos y otros servicios sociales
La Habana/El Gobierno cubano ha expulsado al sacerdote mexicano José Ramírez, miembro de la Congregación de la Misión, por hacer repicar las campanas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa –conocida como La Milagrosa– en el barrio habanero de Santos Suárez, durante un cacerolazo el pasado 9 de diciembre para protestar contra los incesantes apagones.
Fuentes eclesiásticas confirmaron a Martí Noticias que el Gobierno decidió no renovar el permiso de estancia temporal del sacerdote y lo instó a abandonar la Isla este mismo jueves.
El activista Adelth Bonne, vecino del templo, denunció en un video en Facebook que esta situación ha provocado alarma y conmoción en el barrio, donde el párroco encabezaba uno de los proyectos sociales más activos de la capital.
De acuerdo con el testimonio de Bonne, varias personas confirmaron que agentes policiales acudieron a la iglesia tras el cacerolazo. Algunas fuentes internas transmitieron a los feligreses que todo se trataba de una “confusión”, pero la orden de salida sugiere que se trata de una sanción directa por el episodio de las campanas.
La expulsión ha generado preocupación entre centenares de vecinos que dependen a diario de los servicios sociales de La Milagrosa. El templo mantiene un círculo de abuelos que ofrece desayuno, almuerzo y comida; realiza visitas a domicilio para personas encamadas; distribuye materiales escolares; y sostiene una escuela gratuita para niños con síndrome de Down que funciona con recursos propios. Buena parte de estos programas eran coordinados por el párroco, ahora obligado a abandonar la Isla.
“Sería una de las mayores injusticias del año”, afirmó Bonne, que ha documentado el impacto de la iglesia en la vida del barrio durante décadas. “Si cierran o limitan ese trabajo, muchos abuelos no tendrán cómo subsistir”.
El episodio que involucra al sacerdote tuvo lugar en medio de una oleada de manifestaciones que se desató en la noche del lunes y madrugada del martes, de las mayores de los últimos meses, en La Habana y otras provincias afectadas por apagones de entre 12 y más de 20 horas. Para el Gobierno, según explicaron, el repicar de las campanas fue interpretado como una participación directa en una protesta popular.
Hasta el momento, ni el Arzobispado de La Habana ni la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba han emitido una declaración pública sobre la salida del sacerdote, que ya está en México.
No es la primera vez que las fricciones del régimen con la Iglesia desembocan en expulsión, como ocurrió en 2022 con el sacerdote jesuita dominicano David Pantaleón. Ahora, la salida forzada de José Ramírez se produce en un momento de tensión creciente entre el Gobierno cubano y miembros de la Iglesia católica que han asumido posturas críticas sobre la crisis en el país.