Nueve manifestantes se enfrentan esta semana a un juicio militar en Cienfuegos

Los enjuiciados salieron a la calle en el reparto Covadonga, Aguada de Pasajeros, para protestar por los apagones de julio de 2022

Protesta en el parque Martí, en Cienfuegos, frente a la sede del Gobierno provincial, el 5 de agosto de 2022. (Facebook/Captura)
Protesta en el parque Martí, en Cienfuegos, frente a la sede del Gobierno provincial, el 5 de agosto de 2022. (Facebook/Captura)
Olea Gallardo

07 de junio 2023 - 00:13

La Habana/El juicio que se lleva a cabo desde este lunes en el Tribunal Provincial Popular de Cienfuegos contra nueve manifestantes que salieron a la calle en el reparto Covadonga del municipio de Aguada de Pasajeros para protestar por los apagones, en julio del año pasado, se prevé implacable con los acusados.

"No dejan a los testigos dar explicaciones, rápidamente les cortan y les dicen que se limiten a responder la pregunta. Si la pregunta es de sí o no, no pueden dar ni medio argumento de un porqué", narra a este diario el familiar de uno de los acusados, presente en el juicio.

En la vista oral, son procesados por sedición y desacato Roche Valentín Ibáñez González (de 29 años), Elisnaide Martínez Cañete (de 37), Dagoberto Escobar Sosa (de 62), Jorge Armando Castañeda Terrero (de 36), Elier Alfonso Fonseca (del cual no se hizo pública la edad), Pedro Caride Santana (de 28) y Marco González Castro (de 18). A estas dos acusaciones se suma la de sabotaje en los casos de Gianny Betancourt Leiva (de 22 años) y Seify Carmona Méndez (de 48) .

Todos ellos, menos Elier Alfonso Fonseca y Pedro Caride Santana, que pagaron una fianza de 10.000 pesos, y el más joven, Marcos González Castro, que esperó el juicio en libertad, fueron trasladados al tribunal desde la Prisión Provincial de Cienfuegos, donde se encuentran.

"Son personas que están ahí pasando mucho trabajo, tienen mucho daño psicológico", refiere el mismo familiar, que asegura que los presos pasan hambre en la cárcel. Al respecto, pone el ejemplo de Dagoberto Escobar Sosa, que no es solamente el mayor del grupo sino que tiene diabetes, y tiene como "dieta responsable" mango y pescado hervido "con escamas, tripas y todo".

"Son personas que están ahí pasando mucho trabajo, tienen mucho daño psicológico"

El relato de los hechos confeccionado por la fiscalía y expuesto en el expediente de acusación, al que ha tenido acceso este diario, los da –como ya pasó en los juicios a los manifestantes del 11 de julio de 2021– por probados. La prosa, llena de adjetivos y presunciones, deja claros los "delitos".

"Puestos de común acuerdo y valiéndose además de la oscuridad de la noche que los situaba en una posición ventajosa, decidieron agenciarse de calderos, latas y otros instrumentos idóneos para escandalizar e iniciaron una protesta, donde al compás de los toques de estos metales incitaban a los convivientes de la barriada a sumarse a la manifestación, vociferando a su vez frases de exigencias como 'que pongan la corriente P...', perturbando de esta manera la tranquilidad ciudadana, y exacerbando con sus actos a los habitantes de dicho poblado a quienes solicitaban unirse a la marcha para alcanzar masividad en su protesta", se lee en el texto jurídico, sin punto y seguido y censurando la palabra 'pinga'.

A Roche Valentín Ibáñez González y Elisnaide Martínez Cañete se les acusa de haber gritado "Díaz-Canel singao" (en el expediente esta palabra también está censurada) y "Patria y Vida". A Dagoberto Escobar Sosa, por reproducir "desde su móvil canciones de corte contrarrevolucionario de la autoría de Osmani García y Los Aldeanos" (o sea, el tema musical Diazka).

Después de estos "maléficos actos", algunos de los acusados, siempre según el expediente de la acusación, echaron abajo un cartel propagandístico con el lema "Victoria de Girón", y otros rompieron el cristal de la tienda de Cimex Arco Iris. De ella dice reveladoramente el texto: "cuyas ventas las hacen en moneda libremente convertible, con el objetivo de recaudar divisas para la economía del país, y poder adquirir en el mercado internacional los productos de mauor necesidad para la población".

"Tienen una preparación para confundir a los testigos, para hacerles preguntas que puedan confundir a uno con el otro, haciéndose los que quieren llegar a la raíz del problema"

Estos hechos fueron negados por los acusados, cuenta el familiar que asistió al juicio, quien arremete contra la "crueldad" con la que se comportaron los seis miembros del tribunal, militares todos, "con una cara de personas malas que qué te puedo decir".

"Tienen una preparación para confundir a los testigos, para hacerles preguntas que puedan confundir a uno con el otro, haciéndose los que quieren llegar a la raíz del problema", explica. "Entonces los testigos se ponen nerviosos, y hasta los mismos presos se pusieron nerviosos. Todos dijeron que sí participaron en la manifestación, pero que lo que gritaron es que pusieran la corriente, aunque tú sabes, con malas palabras y eso".

A muchos, prosigue la fuente, "los obligaron a decir que no estaban en contra del proceso revolucionario, que no estaban en contra del presidente, que eran revolucionarios".

Los familiares presentes en la sala fueron registrados al entrar –"te revisan completo, te pasan las manos de arriba abajo, te tocan todo"– y obligados a dejar todas sus pertenencias en una taquilla, incluso los espejuelos.

Una vez dentro, denuncia, "no dejan que la familia se acerque a los presos, que ni siquiera pueden mirar para atrás". En un momento dado, en la sesión de la mañana, el presidente de la sala expulsó a la esposa de uno de los acusados por hacer un leve gesto, y espetó a los presentes: "El juicio se puede hacer con los acusados, los abogados y los fiscales, ustedes aquí no hacen falta".

Según esta fuente, "los familiares tienen esperanza, porque realmente no hicieron nada tan grave ni tan malo, ni un delito tan grande para que los juzguen de esa manera, tantos años, como si hubieran matado a un ser humano".

"Los obligaron a decir que no estaban en contra del proceso revolucionario, que no estaban en contra del presidente, que eran revolucionarios"

El lunes declararon los testigos de la defensa y para este martes estaba previsto que rindieran su versión los testigos de la fiscalía. "Son todas estas personas de la Seguridad del Estado que acusaron", detalla el familiar, "pero según informaciones que les dieron otras personas, porque ellos no vieron nada".

Todas las calles aledañas al tribunal se encontraban cerradas al paso, refieren residentes del lugar, y en Covadonga, el barrio de donde son los procesados, hay desplegado un operativo con multitud de agentes.

Ese reparto no fue el único que se echó a las calles en Cuba entre julio y agosto del año pasado. El origen de estas manifestaciones esporádicas fue la crisis energética que hizo al Gobierno tomar la medida de establecer cortes de luz en todo el país, algunos hasta de 14 horas. Una de las más multitudinarias ocurrió precisamente en la ciudad de Cienfuegos, la noche del 5 de agosto de 2022. Cientos de cubanos se plantaron en el parque Martí, frente a la sede del Gobierno provincial –el único edificio iluminado– exigiendo el cese de los apagones. Casualmente la manifestación tenía lugar a la misma hora en que comenzaba el fatal incendio en la Base de Supertanqueros en Matanzas, que costó 17 vidas y se convertiría en el peor desastre industrial de la historia de la Isla.

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