Varios cubanos, golpeados por agentes por negarse a ser deportados a México

EE UU

Organizaciones civiles envían una carta al ICE en la que denuncian los malos tratos

EE UU ha deportado a México a 640 en lo que va del año
EE UU ha deportado a México a 640 en lo que va del año / X @ICEespanol
14ymedio

09 de diciembre 2025 - 16:42

La Habana/Cuatro cubanos detenidos en la base militar de Fort Bliss, en Texas, que funge también como cárcel migratoria, denunciaron que han sido víctimas de golpizas, torturas o amenazas por negarse a ser deportados a México. Los testimonios bajo juramento de los inmigrantes de la Isla son parte de una carta presentada este lunes por organizaciones civiles en Estados Unidos ante el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

En la denuncia, que reúne en total 45 casos, todos anónimos, se revela un patrón generalizado de uso excesivo de la fuerza por parte de oficiales, incluyendo contacto sexual abusivo, se describe el caso de un cubano al que ponen el nombre de Isaac y que, en septiembre pasado, fue golpeado por agentes. “Los guardias entraron en mi unidad y me dijeron que me iban a deportar. Cuando les pregunté a dónde, me dijeron que me llevarían a México”. Al oponerse, los agentes se fueron, pero pronto regresaron con más guardias, quienes sacaron a Isaac de su celda.

“Los guardias me golpearon la cabeza” y “la estrellaron contra la pared aproximadamente 10 veces”, “me apretaron y retorcieron los tobillos

“Los guardias me golpearon la cabeza” y “la estrellaron contra la pared aproximadamente 10 veces”, “me apretaron y retorcieron los tobillos” y “me agarraron y aplastaron los testículos entre los dedos, lo cual fue muy doloroso y humillante”. Como resultado de la paliza, Isaac “sufrió un dolor intenso detrás de las orejas” y no pudo tocarse el lado izquierdo de la cabeza sin sentir dolor durante aproximadamente un mes.

Isaac fue llevado a una “sala de castigo”, donde los agentes del ICE “me dijeron que cooperara” y que “pasara lo que pasara, me llevarían a México”. Los agentes esposaron a Isaac y a aproximadamente otras 20 personas, los subieron a un ómnibus y los condujeron durante más de una hora hasta la frontera. Ahí, un oficial les advirtió que si no querían ir a México, los enviarán “a una cárcel en El Salvador o a África”.

Otro caso es el de Benjamín, a quien los agentes intentaron en dos ocasiones expulsarlo a México desde Fort Bliss. Durante una semana, los guardias lo empujaron a que firmara un documento en el que aceptaba ser deportado, con la amenaza de que, si no lo hacía, lo esposarían, le pondrían una bolsa en la cabeza y lo enviarían de cualquier forma. Una semana después, llegaron con una orden de un juez en la que se aprobaba la deportación del cubano a México. Al pedir una copia del fallo, los agentes se negaron, le esposaron las manos y los pies, lo encadenaron a la cintura y lo transportaron a él y a varios otros detenidos en un ómnibus hasta la frontera. En ese lugar, siete agentes enmascarados y sin placas de identificación, “que parecían militares”, intentaron intimidarlo. Tras oponerse a cruzar la frontera, Benjamín y los demás fueron trasladados de vuelta a Fort Bliss. Sin embargo, a su regreso, los agentes continuaron amenazándolo, algo que el cubano describe como una “tortura psicológica”.

Un tercer testimonio es el de Abel. En su caso, testificó que los oficiales intentaron en dos ocasiones expulsarlo a México. El cubano se negó a subir a un ómnibus la primera vez, pero un oficial lo tomó y lo tiró al suelo, obligándolo a abordar el vehículo con aproximadamente otras 13 personas. Sus lesiones le causaron dolor de espalda que duró semanas. Cuando el ómnibus se detuvo en la frontera, Abel y los demás fueron recibidos por oficiales que llevaban “máscaras negras en la cara con solo un agujero para los ojos”.

A su regreso, les advirtieron que si se negaba a ir a México, los enviarían “a la cárcel y luego a África”

El grupo se negó a cruzar la frontera y fue devuelto a Fort Bliss. A su regreso, les advirtieron que si se negaba a ir a México, los enviarían “a la cárcel y luego a África”.

Finalmente documentaron el trato que recibió Eduardo, que también informó sobre el uso de agentes con máscaras para obligar a los inmigrantes en Fort Bliss a “saltar” la frontera y llegar a México. “Los enmascarados a veces golpean a la gente para que salten el muro, incluso si no quieren. He visto a otras personas ser golpeadas y obligadas a saltar. Pero yo no salté. No quiero ser deportado a México”.

“Históricamente, Fort Bliss sirvió como campo de escena para la crueldad y la exclusión, y lo que descubrimos en el nuevo campo de detención de inmigrantes continúa este vergonzoso legado. Las personas detenidas en Fort Bliss detallaron valientemente la brutalidad que experimentan, como el contacto abusivo y sexual por parte de los guardias, la exposición a aguas residuales crudas donde comen, y la negación de atención médica”, señala la carta firmada por las organizaciones.

El lugar también fue puesto bajo escrutinio en septiembre pasado por The Washington Post. El periódico reportó que una inspección interna filtrada de ICE encontró que Fort Bliss violó más de 60 estándares federales de detención en los primeros 50 días de operación. La instalación, diseñada para albergar hasta 2.700 migrantes al mes y expandirse a 5.000 para finales de año, falló en monitorear y tratar apropiadamente las condiciones médicas de algunos detenidos, careció de procedimientos básicos de seguridad y durante semanas no proporcionó a muchos internos una forma de contactar abogados o conocer sobre sus casos, según el reporte.

El ritmo de deportaciones por parte del Gobierno de Donald Trump ha crecido súbitamente desde enero y ya representa un récord, según un reporte del diario The Washington Times. En agosto pasado, deportaba diariamente a más de 1.400 inmigrantes indocumentados. Además, en ese entonces, la cifra de detenidos en centros migratorios ya rozaba los 60.000 desde que Trump asumió el poder, lo que supuso otra marca, pues durante el primer mandato de Trump (2017-2021), el máximo fue más de 50.000 arrestados, en 2019.

En cuanto a los cubanos deportados de EE UU a México, han llegado a ese país 640. La cifra oficial es corta, si se toma en cuenta que el Instituto Nacional de Migración (INM) ofrece esos datos con corte hasta julio pasado, mes en el que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, reconoció que han recibido a 6.525 migrantes de diferentes nacionalidades.

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