Como en el Período Especial, las autoridades apuestan al "arroz popular" para reducir las importaciones
Cuba
El Grupo Agrícola se ha propuesto sembrar 200.000 hectáreas, la mitad a cargo de "grandes empresas y polos especializados"
La Habana/La falta de producción en Cuba no es fácil de solucionar, pero suele encontrar compensación en una correspondiente muestra de voluntarismo. Así sucede con el arroz, del que el Gobierno se ha propuesto sembrar 200.000 hectáreas el año que viene.
De acuerdo a una nota publicada este miércoles en Granma, la tarea, “indicada por la máxima dirección del país” es “de primer orden”, y está previsto que se ponga en marcha el próximo mes de noviembre. El programa, informó el diario del Partido Comunista de Cuba a partir de las declaraciones de Orlando Linares Morel, presidente del Grupo Agrícola del Ministerio de la Agricultura, pretende abarcar casi todo el país –14 provincias–, 133 municipios y 23.000 productores.
De la cifra prevista, la mitad –100.000 hectáreas– estarán a cargo de “grandes empresas y polos especializados” de Pinar del Río, Villa Clara, Sancti Spíritus, Camagüey y Granma. El resto será destinado al cultivo del llamado “arroz popular”, muy criticado por los expertos por ser ineficiente, aunque de esto nada dice la nota oficialista.
A “esta segunda modalidad”, dice el funcionario, “puede incorporarse todo el que lo desee, tanto con fines de autoconsumo como con intenciones de aportar a la industria y al balance nacional”. La siembra, prosigue, “contará con el respaldo de semilla nacional, mientras que la parte vietnamita, que participará en el programa, aportará simientes propias”.
La siembra, prosigue, “contará con el respaldo de semilla nacional, mientras que la parte vietnamita, que participará en el programa, aportará simientes propias”
Se refiere con ello a los proyectos de Pinar del Río (en Los Palacios y Consolación del Sur) y Artemisa, donde la empresa vietnamita Agri VMA trabaja terrenos en usufructo cuyos rendimientos son mucho mayores que los estatales: siete toneladas por hectárea frente a las 1,5 de promedio del país.
Las intervenciones de funcionarios el pasado 7 de octubre en una Mesa Redonda dedicada al tema dejó claro que el sector privado se ha convertido en el principal productor de arroz de la Isla, si bien ahí mismo reconocían que, aun con la contribución extraestatal, el futuro era aciago. Según las autoridades, la actual campaña no sería buena, ni siquiera con la ayuda del exterior.
En 2024, Cuba produjo 80.000 toneladas en 79.000 hectáreas, poco más del 10% que necesita para el consumo doméstico y con un rendimiento de poco más de una tonelada por hectárea. Para este 2025, según una nota de Granma publicada el pasado marzo, el objetivo era plantar 100.000 toneladas y obtener 100.000 toneladas del grano.
Esto último implicaría un crecimiento de un 20% respecto a 2024, algo complicado con el déficit energético. En cuanto a las otras 100.000 hectáreas de autoconsumo y pequeña producción para 2026, el objetivo parece inalcanzable en las condiciones actuales.
El pasado marzo, el Grupo Agrícola ya insistía en la necesidad de desarrollar, en unos 70 municipios, el cultivo del "arroz popular", una modalidad que "ya demostró su efectividad durante los años duros del periodo especial, en la década de 1990". La aspiración de las autoridades es regresar a la agricultura con bueyes porque no hay combustible y tampoco "paquete tecnológico" para mejorar los rendimientos.
No obstante, en aquella nota se reconocía la insuficiencia de la producción nacional para cubrir la demanda nacional y la necesidad de importar el producto. “El año pasado, el arroz cosechado en el país solo tuvo participación en los mercados, en las ferias y en algunos destinos del Ministerio de Comercio Interior. Pero el de la canasta fue 100% importado, y en 2025 también se prevé que sea así”, dijo entonces el mismo Orlando Linares.
De ahí que sorprendan los fantasiosos propósitos que manifiesta la nota en Granma de este martes. En ella se asegura, además, que el Estado proporcionará el combustible necesario a los productores “en tiro directo” hasta un 70%, en tarjetas un 10% y en dólares el resto, “con el fin de lograr las entregas y ventas a la industria, y que puedan contar con el dinero líquido para cubrir los elevados gastos que demandan el cultivo y la retribución a los trabajadores eventuales”.
Dentro del plan prevén, incluso, la “introducción acelerada” de drones, para aumentar el rendimiento y disminuir el consumo de agua. Para “respaldar” el objetivo piensan usar “el retorno del financiamiento de las ventas en USD al turismo y a otros sectores, que pudiera ayudar en las condiciones actuales al programa arrocero, básicamente en la adquisición de neumáticos, partes, piezas y accesorios para tractores, cosechadoras, insumos industriales y otros recursos”.
Hoy por hoy, el arroz distribuido en la canasta básica viene de fuera. El pasado 20 de septiembre, llegaron al puerto de La Habana 19.000 toneladas del grano, sin que la televisión nacional revelara la procedencia, para repartir por todo el país.