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Un policía de Camagüey hirió de bala a un adolescente

Camagüey

El menor de 14 años “fue intervenido quirúrgicamente, está consciente y su vida no corre peligro”, dijo el Ministerio del Interior

El suceso fue denunciado por periodistas independientes y usuarios de redes sociales, alertando además de una fuerte presencia policial en torno al hospital. / Facebook / Jose Luis Tan Estrada
14ymedio

22 de octubre 2025 - 16:24

La Habana/Como “un lamentable incidente” calificó el Ministerio del Interior la herida de bala que sufrió un menor de 14 años en la ciudad de Camagüey, provocada por un policia. En una nota informativa recogida por medios estatales, la institución confirmó el hecho y aseguró que el disparo se produjo “de manera accidental” cuando al propio oficial “se le escapó un tiro de su arma reglamentaria”.

Según el comunicado, tanto el menor como el agente resultaron heridos y recibieron atención médica inmediata en el Hospital Pediátrico Provincial Eduardo Agramonte Piña. La nota agrega que el niño “fue intervenido quirúrgicamente, está consciente y su vida no corre peligro”, y que las investigaciones siguen en curso “para el total esclarecimiento del hecho”.

La versión oficial llega mucho después de que el suceso fuera denunciado por medios independientes y usuarios de redes sociales, alertando además de un cerco informativo y una fuerte presencia policial en torno al hospital donde se encuentra ingresado el menor.

El proyectil impactó en la zona de la cadera o el fémur el menor fue sometido a una cirugía de urgencia

El periodista José Luis Tan Estrada fue el primero en informar, a través de su página de Facebook, de que un niño de 13 años –según sus fuentes médicas– había sido ingresado de urgencia en el Hospital Pediátrico de Camagüey tras recibir “un disparo presuntamente realizado por un agente policial”.

Tan Estrada detalló que el proyectil impactó “en la zona de la cadera o el fémur”, y que el menor fue sometido a una cirugía de urgencia para salvarle la vida. La publicación también daba cuenta del fuerte despliegue de fuerzas policiales, agentes de la Seguridad del Estado y funcionarios del Partido Comunista en los alrededores del hospital, así como del control del acceso a la zona.

Horas más tarde, el medio El Vigía de Cubaamplió la información, señalando que testigos reportaron movimientos inusuales de patrullas desde horas de la tarde del lunes. “El hospital y las calles aledañas permanecen bajo estricta vigilancia, con presencia de dirigentes del Partido Comunista”, relató el portal, que también denunció la ausencia total de información oficial sobre el estado del menor y las circunstancias del disparo.

La nota del Ministerio del Interior, divulgada mucho después del suceso, intenta desactivar el impacto de las denuncias y, al mismo tiempo, desacreditar a quienes las difundieron. El texto arranca acusando a “cibermercenarios que habitualmente generan campañas difamatorias y subversivas” de haber “manipulado” el incidente.

Las autoridades sostienen que el menor –a quien eleva la edad un año– era un sujeto “controlado por su pésima conducta social”, supuestamente vinculado a “hechos que se tipifican como delitos”. Según la versión oficial, el adolescente portaba un arma blanca y “se resistió a la detención”, lo que habría provocado el “accidente” en el que tanto él como el agente resultaron heridos.

La nota dedica buena parte de su contenido a desacreditar a la prensa no estatal

El relato institucional intenta justificar el uso del arma y, al mismo tiempo, desplazar la responsabilidad hacia la víctima, presentándola como un “menor problemático”. En lugar de centrarse en la gravedad del hecho –que un niño haya sido baleado por un funcionario armado–, el comunicado dedica buena parte de su contenido a desacreditar a la prensa no estatal y a quienes exigen explicaciones.

Resulta también llamativo el tono administrativo del texto, que menciona acompañamiento a la familia y asistencia médica, pero omite cualquier expresión de disculpa o compromiso público de rendición de cuentas. 

Por otra parte, es habitual por parte del Estado silenciar episodios similares. En los últimos años, casos de violencia policial –incluidos disparos mortales– han sido reportados por medios independientes y luego negados o minimizados por las autoridades, que suelen apelar al mismo guion: acusar a las víctimas de “conducta antisocial” y a los periodistas de “fabricar campañas”.

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