El riesgo de una navidad sin arroz en la mesa

Los consumidores perciben un alarmante desabastecimiento y una caída en la calidad del producto

El desabastecimiento de arroz afecta actualmente a los locales de venta liberada en moneda nacional y las tiendas en CUC. (14ymedio)
El desabastecimiento de arroz afecta actualmente a los locales de venta liberada en moneda nacional y a las tiendas en CUC. (14ymedio)
Marcelo Hernández

30 de noviembre 2018 - 18:25

La Habana/Se acerca fin de año y las familias guardan provisiones para las festividades de diciembre. Los frijoles, la carne de cerdo y la ensalada no pueden faltar, pero el más imprescindible de todos los productos es el arroz, cuya distribución ha dado señales en las últimas semanas de un alarmante desabastecimiento y de una caída en la calidad.

Con un consumo nacional anual que supera las 700.000 toneladas, este ingrediente imprescindible se vende en tres tipos de mercados: las bodegas del sistema racionado, los locales de venta liberada en moneda nacional y las tiendas en pesos convertibles. El déficit afecta actualmente a los dos últimos y los clientes se quejan también de las malas condiciones del grano.

"Hemos tenido cortes en los suministros y ahora el arroz que se está vendiendo no le gusta mucho a los consumidores", reconoce Suanny, almacenero en un mercado de la calle San Lázaro en La Habana, donde se comercializa el arroz importado a 5 CUP la libra. "La gente pasa y pregunta si es brasileño, pero cuando se enteran de que es vietnamita no quieren comprarlo".

En medio de una escalada de acusaciones entre la Plaza de la Revolución de La Habana y el Palacio de Planalto en Brasilia, los consumidores cubanos temen que el enfriamiento diplomático vaya a afectar la llegada de un arroz bien valorado. Hasta los humoristas de la televisión aluden a su contraparte, al alimento de origen asiático, como "la peor pesadilla" de la próxima Nochebuena.

Vietnam es el principal exportador de arroz a la Isla porque la cosecha nacional cubre apenas un tercio del que se consume

Vietnam es el principal exportador de arroz a la Isla porque la cosecha nacional cubre apenas un tercio del que se consume. Según datos oficiales los más de once millones de cubanos que residen en territorio nacional comen un promedio de 11 libras mensuales, más de 130 al año. La inmensa mayoría de los comensales asegura no haber comido si no hay arroz en el plato, tanto en el almuerzo como en la cena.

Suanny explica a este diario que las razones del rechazo al producto vietnamita son variadas. "Trae muchos granos picados y el olor que tiene, aunque se lave varias veces, no es nada agradable", precisa. "Además es un tipo de arroz que no cocina desgranado sino empegostado y así no gusta aquí". Criterios similares se escuchan en todos los mercados, con excepción de las tiendas en pesos convertibles donde el origen del arroz es diferente.

"Vendemos fundamentalmente paquetes de un kilogramo proveniente de España y Brasil que tienen mucha aceptación", explica Yaima, administradora de una pequeña tienda en el Vedado. Mientras que en el mercado racionado y en los locales en moneda nacional solo se encuentra una variedad, en esos locales y por un precio hasta seis veces superior, "se vende el llamado bolito muy bueno para arroz amarillo, paellas y hasta risotto, además de otros de grano largo de la variedad basmati y el jazmín".

Yaima explica que los principales compradores de esta variedades son los restaurantes privados (paladares), los extranjeros residentes en territorio nacional y "los macetas (nuevos ricos) que quieren algo de más calidad". En el último mes, en varias tiendas, incluida la de Yaima, han tenido que "racionar la venta de paquetes de arroz a cinco por persona porque el suministro no está estable".

Con el aumento del sector privado en los últimos años, especialmente de restaurantes con amplios menús destinados al turismo extranjero, "ha crecido mucho la compra de este tipo de arroz [que se vende en CUC], que antes se comportaba como una mercancía de muy lenta salida", cuenta la trabajadora. "Ahora está entre los productos que más vendemos, después del pollo, las salchichas y el aceite".

Algunos entrevistados consideran que el arroz cubano apenas se vende en las tiendas de pesos convertibles por "problemas de calidad" y de "presentación". También por las trabas que pone todavía el Estado a que los agricultores privados puedan colocar sus mercancías en los anaqueles de las tiendas de la red de comercio interior.

El arroz de producción nacional tampoco goza del favor de los clientes. En los mercados agrícolas su precio se mantiene en 4 CUP, más barato que el arroz importado. "Es de segunda porque viene muy sucio de pequeñas piedras, semillas y también granos con cáscara", explica Wilfredo del Toro, quien gestiona una tarima en una plaza en Marianao.

Es habitual que los consumidores pasen entre 20 minutos y media hora seleccionando, lavando y "escogiendo" el arroz de producción nacional o vietnamita antes de poder cocinarlo, un tiempo que se prolonga si el grano proviene de los campos de la Isla, debido a la carencia de máquinas seleccionadoras que limpien el producto antes de que llegue a los mercados.

"No se trata solo de cosechar un arroz de más calidad en los campos, sino de lograr un acabado mejor", explica Josué Amorín, ingeniero agrícola que desde hace una década se ha dedicado a la cosecha del arroz en la zona de Güira, Artemisa. "La selección y el empaquetado son asignaturas pendientes en la venta de arroz nacional, en eso casi no se ha logrado avanzar nada en los últimos años".

"No se trata solo de cosechar un arroz de más calidad en los campos, sino de lograr un acabado mejor", explica Josué Amorín, ingeniero agrícola

"Al final, lo que el comprador se lleva a su casa es un producto que no puede competir con el que se vende en las tiendas en pesos convertibles, ni en calidad ni en limpieza", opina el ingeniero.

El arroz se traslada en tolvas o en sacos por toda la cadena de transportación desde los campos hasta los mercados. Una vez en las tarimas se vende también de forma a granel, algo que contribuye a que se agreguen partículas y suciedades al producto. En el mercado racionado es común que los empleados añadan pequeñas piedras u otros objetos para aumentar el peso y tener un excedente que vender en las redes ilegales.

Actualmente, con los problemas de déficit que están afectando a varias zonas del país, la práctica de adulterar o "bautizar" el arroz nacional también se ha disparado. Este noviembre arranca, además, la siembra para la temporada de frío y los problemas con la calidad de la semilla ya avizoran que no podrá cumplirse la meta de plantar 139.000 hectáreas.

"El grano que tenemos es una variedad que demanda mucha agua y es bastante frágil", detalla vía telefónica a 14ymedio un arrocero de la zona de Aguada de Pasajeros, en Cienfuegos, que prefiere el anonimato. "En el paquete tecnológico (un módulo que vende el Estado a los productores) nos han distribuido un arroz para siembra que ha llegado muy deteriorado".

"El grano que tenemos es una variedad que demanda mucha agua y es bastante frágil", detalla vía telefónica a '14ymedio' un arrocero de la zona de Aguada de Pasajeros, en Cienfuegos

El campesino apunta a los problemas con los sistemas de riego, "en muy mal estado por los años y la falta de mantenimiento", junto a las dificultades para secar y transportar el grano una vez cosechado, como los principales frenos que sufre el sector. "Conseguir sacos es un dolor de cabeza", detalla.

El Programa de Desarrollo del Arroz, gestionado por el Estado pero con una mayoría de productores ubicados en cooperativas y granjas privadas, busca alcanzar para el año 2020 una producción de 400.000 toneladas. Pero el pronóstico, para varios especialistas consultados por este diario, parece demasiado optimista y hasta contraproducente para la economía del país.

A juicio de Israel Lugo Hernández, director técnico-productivo de la División Tecnológica del Arroz , llegar a esas cifras depende no solo de las semillas y la maquinaria, sino también de cómo se comporten las lluvias en los próximos años, especialmente sobre los territorios de Granma, Camagüey y Sancti Spíritus, las regiones donde más se siembra el cereal.

Para el ingeniero Josué Amorín un pronóstico así es "puro sueño". La producción de arroz "demanda una disponibilidad de agua que es imposible de garantizar durante todo el proceso en un país que ha tenido en los últimos años serios problemas de sequía que, según los pronósticos, pueden empeorar en el futuro". El especialista opina que "hay que concentrarse no en aumentar demasiado los números de producción sino en la calidad del arroz que está llegando a las mesas".

En su opinión "una adecuada combinación de producción nacional e importación sería más recomendable que intentar cultivarlo todo aquí".

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