El sector estatal de la construcción en Cuba se queda sin obreros por la fuga hacia el sector privado

En los últimos ocho años, la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus perdió 1.000 trabajadores, 500 de ellos en 2022

Si la semana pasada se dio a conocer que 10.000 eléctricos dejaron sus puestos en 2022, este lunes trasciende la ausencia de empleados de la construcción, en este caso en Sancti Spíritus. (Juventud Rebelde)
Si la semana pasada se dio a conocer que 10.000 eléctricos dejaron sus puestos en 2022, este lunes trasciende la ausencia de empleados de la construcción, en este caso en Sancti Spíritus. (Juventud Rebelde)
14ymedio

06 de marzo 2023 - 18:37

Madrid/ La fuga de profesionales del sector estatal en Cuba se ha convertido en un tema para la prensa oficial, lo que permite tener cifras de una situación que ya era conocida a pie de calle. Si la semana pasada se dio a conocer que 10.000 eléctricos dejaron sus puestos en 2022, este lunes trasciende la ausencia de empleados de la construcción, en este caso en Sancti Spíritus.

En los últimos ocho años, la Empresa de Construcción y Montaje de la provincia perdió 1.000 trabajadores, 500 de ellos en 2022. El Ministerio de la Construcción calcula que la provincia necesita al menos el doble de personal con el que cuenta en este momento.

En 2015, la entidad contaba con 2.426 empleados, pero la emigración y la fuga al sector privado la han dejado sin mano de obra, cuenta este lunes el diario oficial Escambray "No quiero pasar mis últimos años de trabajo con un salario que no llega ni a los 3.000 pesos porque, ¿con cuánto me voy a jubilar? Por eso me fui para una mipyme, con la expectativa de que se me incrementara el salario, que ahora es el triple y a veces más", argumenta uno de los antiguos trabajadores, que después de 30 años en la construcción se niega a regresar porque busca "subsistir".

"Tenemos una Escuela de Capacitación que todavía forma a operarios de las diferentes especialidades, pero no existe un mecanismo establecido para retener a quienes egresan"

Según Osvaldo Acosta Rodríguez, jefe de recursos humanos de la empresa, faltan estímulos para mantener a los trabajadores formados en el sector. "Tenemos una Escuela de Capacitación que todavía forma a operarios de las diferentes especialidades, pero no existe un mecanismo establecido para retener a quienes egresan. Lo mismo sucede con los reclusos que pasan por la escuela y cuando salen del centro penitenciario dejan de ser una responsabilidad del Ministerio del Interior y sí del Tribunal, que tampoco tiene un aparato legal para que se queden en la construcción, aun cuando les entregamos una evaluación que sirve en cualquier parte".

La falta de empleados se une a los mil problemas que impiden que haya materia prima y, por tanto, lastran la construcción. De este modo, las obras hidráulicas, industriales, de turismo, viales y, por supuesto, la ejecución de los programas de viviendas penden de un hilo.

Para ilustrar el declive de una situación que va en picada, una muestra: en 2019 se formó a 12 albañiles con categoría A, frente a 2 en 2022. La misma cifra se logró en la categoría B, pero ni un solo carpintero de obra, ni plomero, ni soldador, ni operario o electricista instalador. Eso, en lo que a especialistas se refiere, porque si se mira en el grupo de oficios básicos hubo 1.260 al comenzar el año, de los que solo se quedaron 877.

El diario se pregunta quiénes van a construir entonces en la provincia si la empresa que debe acometer las mayores obras está en una situación como la descrita. "¿Cómo levantar entonces en la provincia más de una veintena de obras como el hotel Meliá Trinidad que en su momento requirió de cerca de un centenar de hombres, o más de 100 viviendas, únicamente con algo más de 1.426 constructores?", lamenta.

"Me gusta mi trabajo y ofertas he tenido de sobra porque sé hacer de todo en una obra, pero me tengo que quedar con mi salario de 3.000 pesos", argumenta uno de los obreros consultados para la nota cuya única razón para permanecer en su puesto es que trabaja en Fomento, donde también reside. "Si hubiera una mipyme en mi municipio, no yo, la brigada completa se iría por las mejoras con el salario", señala, no obstante.

El caso de estos trabajadores es similar al relatado por el personal de la termoeléctrica de Cienfuegos Carlos Manuel de Céspedes. No se trata solo del salario, sino la pérdida de muchos estímulos que el empleado recibía antes: no hay módulos de aseo ni ropa de trabajo, tampoco jaba de fin de año y las ofertas del centro recreativo resultan ahora ínfimas por la subida de precios.

"Me gusta mi trabajo y ofertas he tenido de sobra porque sé hacer de todo en una obra, pero me tengo que quedar con mi salario de 3.000 pesos"

Rislander Torres Díaz, directivo de la empresa espirituana, responsabiliza en parte al sector privado porque parte de una situación "desigual", una versión que el diario hace suya.

"No está lejos de la verdad si se tiene en cuenta que, aunque las nuevas formas de gestión han impulsado articulaciones con la empresa estatal sobre la base de prefinanciar sus producciones o suministrarle las materias primas u otros insumos que la misma no alcanza a adquirir, de comercializar sus productos, también tienen otras posibilidades como es el hecho de poder acceder al mercado exterior e incluso pagar cuentas desde el extranjero y tienen la facultad de tomar sus propias decisiones", sostiene la nota.

El artículo coincide con el que publica también este lunes Invasor, diario oficial de Ciego de Ávila, en el que habla de la deprimente situación del sector, y aunque en su caso no menciona la falta de profesionales, sí deja claro que "la capacidad constructiva del esfuerzo propio es superior a las brigadas estatales".

La provincia acabó el año con solo 946 viviendas terminadas, el 54% de lo previsto en el plan anual. Los directivos, no obstante, son optimistas y creen que 2023 será mejor porque hay más materia prima de manera estable y se han entregado ya 163 casas en lo que va de año. Sin embargo, para todo el año está previsto que se acaben 1.321, por lo que el ritmo debería mejorar aunque se haya rebajado la cifra, que en 2022 fue de 1.757.

Según el medio, a finales de 2022 aún quedaban sin levantar 900 derrumbes totales "ocasionados por eventos meteorológicos" entre los que menciona el huracán Irma, que pasó hace más de cinco años. Un tercio de los hogares de Ciego de Ávila estaba en "regular o mal estado" y había 40.000 con "necesidades lógicas y demográficas".

Además, la nota aclara que hay miles de inmuebles que deben rehabilitarse y que estas obras necesitan más conocimientos, porque deben tener en cuenta el deterioro y saber solucionarlo, una labor que no parece al alcance de cualquier intento "por esfuerzo propio".

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