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La moda sale del armario

Las revistas independientes especializadas dejan el viejo estereotipo de que "vestir bien es cosa de burgueses"

Portadas de la revista 'Primavera', centrada en el público adolescente. (Primavera)
Luz Escobar

03 de julio 2017 - 14:40

La Habana/Los años de la uniformidad y de la austeridad revolucionaria han quedado atrás. La Isla vive un hervidero de tendencias y propuestas y muchos buscan marcar su sello personal a través de la ropa sacudiéndose el viejo estereotipo de que "vestir bien es cosa de burgueses".

La moda ha salido del armario en Cuba de la mano de diseñadores, modistos y revistas especializadas y, aunque la ropa importada por las mulas marca el paso, poco a poco se retoman la alta costura y los modelos Made in Cuba.

Las publicaciones independientes dedicadas al buen vestir ganan audiencia. Las hay sencillas y glamorosas, especializadas en novias o bebés, en las prendas que usan las figuras más conocidas de la farándula y las nuevas propuestas de diseñadores nacionales.

Rebeca Alderete, ingeniera de sonido y directora de la revista independiente Garbos, cree que "este tipo de publicaciones son necesarias" aunque algunos todavía las perciban como "algo frívolo". Lucir bien "también tiene mucho de arte y de creación", explica a 14ymedio.

En los primeros años de la Revolución se nacionalizaron todas las publicaciones privadas y se cortó la llegada de otras importadas

El regreso de las revistas de moda llega como un soplo de aire fresco. En los primeros años de la Revolución se nacionalizaron todas las publicaciones privadas y se cortó la llegada de otras importadas. La popular revista Vanidades cayó también bajo esa arremetida.

En 1964 el Gobierno creó el Buró de Orientación de la Moda que agrupó a varios diseñadores dispuestos a imponer lo que era "correcto" a través de los llamados "folletos de tendencia". La larga noche de la uniformidad en el vestuario se instauró por todo el país.

"Los jóvenes se casaban vestidos de milicianos y las toscas botas rusas se volvieron un atuendo alternativo a falta de otra cosa", recuerda Rigoberto Ortiz, de 67 años y profesor jubilado de marxismo. "La gente que tenía un jean o una chaqueta de mezclilla podía meterse en problemas por diversionismo ideológico", recuerda.

Ortiz cree que ahora "hay más diversidad y se consume mucha moda a través de las películas, las revistas y las series televisivas", aunque cree que la superficialidad es una consecuencia negativa. "Ahora muchos te valoran más por la percha de ropa que tengas que por tu valía como ser humano", lamenta.

Rebeca Alderete recuerda que durante más de cinco décadas las revistas para el público femenino se dedicaron a abordar a la mujer "desde el punto de vista social". Garbos quiere dirigirse más a los gustos individuales y "dar oportunidad a los diseñadores locales para que tengan un espacio".

El concepto contrasta con el importado brillo del desfile de Chanel en el habanero Paseo del Prado el pasado año en el que estrenó su colección Crucero el prestigioso modista de la casa francesa, el alemán Karl Lagerfeld.

"La gente quiere vestirse a la manera de los nuevos tiempos", cuenta Luisa María, una modista santiaguera con más de tres décadas de experiencia. "Mis clientes buscan ropa atractiva, ligera, que tenga cierta personalidad propia, pero no estrafalaria". Coincide en que la mayoría de los pedidos los recibe de parte de mujeres, principalmente jóvenes.

'Primavera' es otra de las nuevas publicaciones que ha venido a llenar un vacío editorial. Enfocada en las quinceañeras, propone desde atuendos hasta maquillaje, pasando por consejos dietéticos

Primavera es otra de las nuevas publicaciones que ha venido a llenar un vacío editorial. Enfocada en las quinceañeras, propone desde atuendos hasta maquillaje, pasando por consejos dietéticos. La revista, con una edición que apuesta por las grandes fotografías, goza de muchas seguidoras que la consumen a través de las redes alternativas.

"A veces viene un jovencita con un par de imágenes en su teléfono móvil para que le agregue a una prenda unos detalles decorativos", cuenta María Luisa. "Los tiempos en que venía con una revista en papel, manoseada por tantas manos por las que había pasado, son cosa de la prehistoria", apunta.

No obstante, a pesar del boom de las publicaciones locales, las revistas internacionales siguen marcando el paso. En el paquete semanal destacan Yo Dona, Marie Claire y Elle con una audiencia que va en aumento.

"Al principio poníamos una carpeta con revistas diversas en las que incluíamos algunas de diseño, hogar y tecnología, pero poco a poco los clientes nos han ido pidiendo a la carta", cuenta un vendedor del paquete con un pequeño punto de venta en la calle San Lázaro de Centro Habana.

"Vienen en formato en PDF y mucha gente las lee en la pantalla de un televisor, de esos que asimilan todo tipo de formatos", agrega el comerciante. La experiencia de consumir moda ha cambiado mucho en su opinión, porque ahora hay una oferta más variada.

En el paquete semanal destacan 'Yo Dona', 'Marie Claire' y 'Elle' con una audiencia que va en aumento

El equipo editorial de Garbos lleva dos años plantando cara al mal gusto. "Mentiría si digo que no he recibido críticas negativas, pero en general ha sido muy positivo el feedback de la gente", cuenta Alderete.

"La enseñanza de la costura se interrumpió en Cuba", comentó la destaca diseñadora de modas Carmen Fiol a este diario meses antes de su fallecimiento el pasado año. La escasez "de buenas ayudantes y operarias" era en su opinión el mayor obstáculo para los modistos de la Isla.

La difusión del diseño y las tendencias se afianza cada vez más gracias a estas revistas. Falta por saber si la dificultad para llevar las creaciones de la imagen a las tiendas dejará de ser el punto flaco de la moda en Cuba

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