Cocodrilos, campeones de la Serie "coyuntural"

Sorpresiva final de temporada en fase terminal del béisbol revolucionario

Matanzas se coronó después de muchos años como campeón de esta Serie Nacional.
Matanzas se coronó después de muchos años como campeón de esta Serie Nacional.
Ernesto Santana

20 de enero 2020 - 16:50

Chicago/La desastrosa Serie Nacional "coyuntural", la número 59, le vino tan bien a Matanzas que hasta logró superar la supuesta maldición que pendía sobre el equipo desde hacía 29 años. Los Cocodrilos se impusieron como campeones en una novedosa final, muy apoyada tanto por su afición como por la del otro sorpresivo finalista, Camagüey.

Aunque los Cocodrilos apelaron abiertamente a la "brujería" para sacudirse el maleficio, ante todo se encargaron de lograr un buen pitcheo y un bateo ofensivo. Y se coronaron, ganando 11-2 el sexto juego del play off, a pesar de que al principio del campeonato nadie los daba como favoritos luego de acabar la temporada anterior en el último puesto.

Los Toros traían mucho impulso y estaban en terreno propio apoyados por una multitud de fanáticos, pero todo pintó mal desde que el primer bate visitante. César Prieto abrió con un jonrón ante su buen amigo y mejor serpentinero Yosimar Cousin, que ya no pudo reponerse y dominar con sus armas fundamentales.

Los Toros traían mucho impulso y estaban en terreno propio apoyados por una multitud de fanáticos, pero todo pintó mal desde que el primer bate visitante

El relevista Yariel Rodríguez soportó la ofensiva rival aceptablemente hasta que, en el sexto episodio, los Cocodrilos se fueron arriba sin remedio. En el inning de la suerte, los Toros pisaron dos veces el home, pero solo para librarse de la lechada. Curiosamente, fue en ese mismo estadio Cándido González donde una selección de Matanzas, Henequeneros, se había titulado por última vez, en 1991, ante el mismo Camagüey.

El improbable héroe de la victoria resultó nada menos que Noelvis Entenza, lanzador en quien confió el mánager Armando Ferrer aunque no hubiese convencido mucho a lo largo del torneo: "Este es el día más importante de mi vida", aseguró el abridor, que en 2017, con uniforme de Granma, había eliminado al mismo equipo al que hoy ayudó a coronarse.

En la etapa clasificatoria de esta Serie 59, Toros y Cocodrilos habían quedado empatados con seis triunfos y seis derrotas cada uno, y durante la segunda parte de la temporada Matanzas jugó para 26-19, pero los camagüeyanos, con 24-21, no iban muy lejos.

A pesar de que esta fue la primera ocasión en una serie en que los fanáticos han podido corear ¡Matanzas Campeón!, es la sexta vez que un equipo de esa provincia gana el oro, pues ya lo habían hecho como Henequeneros en 1970, 1990 y 1991, y como Citricultores en 1977 y 1984.

Además, habían terminado en segundo lugar en 2013 y 2014, aparte de obtener el bronce en 2012, 2015, 2016, 2017 y 2018, antes de tocar fondo en 2019 y dejar muy atrás aquella etapa de oro con los inolvidables Sánchez, con Lázaro Junco, Jorge Luis Valdés, Carlos Mesa, José Estrada, Julio Germán Fernández y otros grandes peloteros.

Con el eclipse de esa brillante generación, parecía que los matanceros nunca volverían a tener un gran equipo, hasta que llegó sorpresivamente Víctor Mesa —que venía de disputar el trofeo en vano durante ocho años con Villa Clara— y Matanzas, de rancia estirpe beisbolera, pudo recuperar la fuerza y la pasión que alimentan la esperanza.

Pero la nueva dirección no pudo, ni con gran juego ni con "brujería", pasar de los play off, donde fueron derrotados por escuadras que nadie consideraba favoritas

Pero la nueva dirección no pudo, ni con gran juego ni con "brujería", pasar de los play off, donde fueron derrotados por escuadras que nadie consideraba favoritas, como Villa Clara, Isla de la Juventud, Pinar del Río o Granma. VM32 se marchó sin la corona y lo sustituyó Víctor Figueroa, su segundo durante mucho tiempo desde la época del equipo naranja, pero la maldición, lejos de terminar, los arrastró al sótano de la Serie 58.

Así que, en medio de esa tiniebla, nadie confió en que Armando Ferrer —veterano entrenador y coach en los últimos tiempos del Henequeneros de Sile Junco— saldría airoso de la misión que se propuso, levantar al equipo. Pero no solo lo alzó del barro, sino que se convirtió en el primer director que lleva a un equipo del último lugar de la Serie Nacional al primero.

Alguien en quien la afición no confiaba mucho, pero Ferrer sí, estableció también un récord ahora: el cienfueguero Erisbel Arruebarruena se convirtió en el primer pelotero en ganar este torneo después de jugar en las Grandes Ligas de Estados Unidos. Todos sabemos el significado que tiene esto más allá del ámbito deportivo.

Aunque su paso por la Gran Carpa no resultó exitoso, y de hecho fue despedido en 2018, llamó la atención que se le incluyera de nuevo en un equipo provincial. Más curioso resultó aún que en realidad hayan participado en la final dos ex MLB: además de Arruebarruena con Matanzas, con Camagüey jugó Leslie Anderson, que había estado tres años en los Tampa Rays.

Pero, fuera de lo que se pueda destacar de esta Serie "coyuntural", ya sabemos que el año ha estado marcado por una agudización sin precedentes de la crisis. Hubo indisciplina en demasía y hasta graves reyertas multitudinarias, abundaron los problemas logísticos y organizativos y, para colmo, resonó la expulsión de un recogedor de pelotas, de un periodista deportivo y hasta de un prestigioso árbitro.

Una muestra del desastre fue la no participación de Cuba en la venidera Serie del Caribe por irresponsabilidad de las autoridades nacionales, aunque, naturalmente, la nomenklatura de la Isla recitó el mantra de "una maniobra del Gobierno de Estados Unidos". Pero una vergonzosa nota acompañó esta mala jugada.

El admiradísimo director del equipo Industriales, Rey Vicente Anglada, de tantos méritos como mánager azul y nacional, cuya carrera como gran jugador fue tronchada injustamente por una decisión extradeportiva, respaldó con una asombrosa declaración los falsos argumentos de unos dirigentes que él no parece respetar mucho.

"Llevamos 61 años que nos ponen obstáculos y nosotros los brincamos, los pasamos y estamos vivos", dijo Anglada. "Nosotros no vamos a ceder ni un ápice por principios. Queremos participar, pero si nos están poniendo obstáculos, por principios, si no tenemos que ir, no vamos", sentenció el veterano conocedor de las oscuras entrañas del béisbol revolucionario.

Una desgracia vino a ensombrecer la celebración de los aficionados. El conocido historiador y popular cronista deportivo Ismael Sené Alegret falleció a los 82 años después de una afección cardíaca que no lo apartó de su público hasta el último momento. En los programas televisivos Béisbol de siempre y Bola viva demostró los conocimientos deportivos que ahora perdemos con su partida.

El conocido historiador y popular cronista deportivo Ismael Sené Alegret falleció a los 82 años después de una afección cardíaca que no lo apartó de su público hasta el último momento

Pero una de las batallas más grandes en las que participó Sené fue en la creación de un Salón de la Fama de la pelota cubana que recoja verdaderamente, sin discriminación de ningún tipo, el glorioso pasado de ese deporte, representado por las figuras más determinantes de su larga historia en nuestro país. El día que ese salón exista será también un pequeño homenaje a la memoria del fallecido maestro.

Otra mala noticia que restó brillo a la final fue un anuncio de la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol (WBSC) de que, en el ranking de los países según su actuación en todas las categorías, desde la infantil a la profesional, Cuba pasaba del quinto al octavo puesto, lo que viene a ilustrar la situación actual de este deporte.

Y lo peor no es que sea el octavo, sino que, según toda evidencia, en verdad debiera haber ocupado el duodécimo lugar. Si bien la WBSC puso por delante de Cuba a naciones como Japón, Estados Unidos, Corea del Sur, China Taipéi, México, Australia y Holanda, en los más recientes torneos nuestro país ha caído ante países como República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y Canadá, que la siguen en ese ranking oficial.

Por supuesto que Matanzas merece ser aplaudido, pero, en el sombrío panorama del béisbol cubano, no podemos olvidar tampoco que, a pesar de las difíciles circunstancias por las que deben atravesar para llegar allí, muchos peloteros cubanos siguen acaparando la atención en las Grandes Ligas, donde ocupan el tercer lugar entre los países extranjeros que se suman al mejor béisbol del mundo.

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