El béisbol cubano sigue debilitado en la segunda fase de la Serie

La Habana/Nos acercamos al final de la segunda fase de la 57 Serie Nacional y la tabla de posiciones, partida desde hace varias subseries, no amenaza con revelar mayores sorpresas ya. Leñadores y Cocodrilos están clasificados para los play off y Alazanes y Leones deben hacerlo pronto. Vegueros y Cazadores parecen terminar su camino.

Hasta ahora, lo más notable del clásico cubano, gracias a Las Tunas y Matanzas sobre todo, ha sido el regreso de la afición a los estadios a pesar de la lluvia recurrente y del rabioso sol, de los repentinos cambios de horario y de que el béisbol cubano no da muestras de una definitiva recuperación.

Como promedio, el pitcheo permite 4,59 anotaciones limpias por partido y la defensa trabaja para 971

Pese a los buenos ratos y las honrosas excepciones, el deporte nacional permanece debilitado en los aspectos esenciales y sigue mostrando un nivel muy inferior al esperable. Como promedio, el pitcheo permite 4,59 anotaciones limpias por partido y la defensa trabaja para 971.

Si bien el retorno de la afición ha sido el principal objetivo de jugadores y directivos, la verdad es que los organizadores mantienen un pobre average. Aunque los Leñadores han sido motor imprescindible del evento, en su estadio aún no se puede jugar de noche porque las luminarias recién compradas, a 100 dólares cada una, no han sido instaladas con eficiencia.

En el parque Victoria de Girón, de los Cocodrilos, el equipo más estable de la segunda fase, también ha habido problemas con el alumbrado. En el estadio Mártires de Barbados, casa de los Alazanes, actuales campeones del país, la deficiente iluminación ha sido del mismo modo un mal todavía sin remedio.

Otra sombra que oscurece el pobre brillo de la Serie es la "indisciplina", palabra convertida en un eufemismo que se utiliza con demasiada ligereza en ocasiones, como para la violenta pelea del mentor Víctor Mesa con un custodio de hotel, o en el más que lamentable incidente en un juego entre Artemisa y Matanzas.

Conducidos por Danny Valdespino, los Cazadores se habían caracterizado por su labor de equipo y su disciplina. Pero algo falló aquel día en el Victoria de Girón. El árbitro principal, Luis Daniel del Risco, había expulsado a los atletas Yosvani Peñalver y Jorge Enrique Alomá y al entrenador Armando Balaguer por protestar un conteo.

Las sanciones resultaron asombrosamente leves para un acto que va mucho más allá de una violación disciplinaria y una falta de valores, agravado por el hecho de fue premeditado

Cuando los visitantes fueron a la defensa, el lanzador Israel Sánchez y el receptor José Carlos Padrón conversaron brevemente y, con el primer lanzamiento, el catcher se apartó y la bola golpeó al árbitro, por lo que este expulsó también a estos dos jugadores e incluso al mentor Valdespino.

Luego, en una circular de la dirección de la Serie, se informó de que las sanciones serían para los beisbolistas Israel Sánchez y José Carlos Padrón consistirían en prohibirles participar en los próximos seis juegos. Mientras que en el entrenador Balaguer no podría jugar durante tres encuentros.

Las sanciones resultaron asombrosamente leves para un acto que va mucho más allá de una violación disciplinaria y una falta de valores, agravado por el hecho de que no sucedió en el calor del momento, sino que fue premeditado por Sánchez y Padrón, en lo que constituye un bochornoso ejemplo de agresión.

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