El retorno del Rey, ¿fantasía épica?

La vitrina de los títulos y el orgullo del béisbol cubano están vacíos y Anglada promete "hacer lo posible y lo imposible" por enmendar eso

Rey Vicente Anglada acepta volver después de mucha insistencia de las autoridades. (Prensa Latina)
Rey Vicente Anglada buscará la corona de los Juegos Panamericanos de Lima. (Prensa Latina)
Ernesto Santana

14 de marzo 2019 - 16:45

La Habana/Impresionante la repercusión mediática que ha tenido la designación de Rey Vicente Anglada como director de la selección cubana que buscará la corona de los Juegos Panamericanos de Lima, del 26 de julio al 11 de agosto, y, tres meses después, en noviembre, la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

La aceptación por parte de aficionados, especialistas y técnicos ha sido muy amplia a pesar de tratarse de un ídolo de Industriales, el equipo más controvertido del país, con el que, además, no logró pasar a los play off en la pasada temporada y solo consiguió el quinto puesto.

Pero es que este mentor tiene mucha historia. Bicampeón mundial como segunda base en 1976 y en 1978, Anglada dirigió luego a los Leones de la capital y ganó con ellos las inolvidables series de 2003, 2004 y 2006.

Bicampeón mundial como segunda base en 1976 y en 1978, Anglada dirigió luego a los Leones de la capital y ganó con ellos las inolvidables series de 2003, 2004 y 2006

Al frente del Cuba (2006-2007) participó en cinco torneos internacionales, coronándose en los XIX Juegos Centroamericanos de Cartagena, en la Copa Internacional de Taipéi y en los Panamericanos de Río de Janeiro, y ganó la plata en el Preolímpico de La Habana 2006 (con el boleto) y en la Copa del Mundo 2007, con solo cinco derrotas en 40 partidos.

Este clamor, sin embargo, ahoga el estruendoso silencio sobre las destituciones que, en el mundo deportivo, precedieron al nombramiento de RVA. La más relevante fue la de Antonio Becali como presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), destituido por el Consejo de Estado a propuesta de Miguel Díaz-Canel.

Lo extraño de esta salida es que se debiera a "deficiencias afrontadas en su trabajo" —que todo el mundo conoce desde hace mucho—, a pesar de que poco antes Becali, seguramente con la aprobación de ese mismo Consejo de Estado y sin que importaran esas viejas "deficiencias", había sido elegido vicepresidente del Consejo Iberoamericano del Deporte.

Lo sustituyó Osvaldo Vento Montiller, un licenciado en Educación Física con 20 años en varios cargos del organismo y que durante 18 se ha desempeñado como vicetitular, colaborando, sin dudas arduamente, para que el INDER sea lo que sabemos que es y que, por supuesto, no ha sido solo obra de su predecesor.

Otro tronado, también sin defensores, pero más sigilosamente, fue Leonardo Goire, jefe técnico y preparador general de la selección. Como Becali, Goire veía logros deportivos donde todos veían desempeños vergonzosos y fue artífice de la absurda Serie Especial, tan criticada por público y por conocedores.

Unos pocos, por otra parte, hubieran preferido al avezado Alfonso Urquiola e incluso a Carlos Martí o a Roger Machado, a pesar del pobre desempeño internacional que ambos han tenido

Volviendo a la designación de Rey Vicente Anglada como director del Cuba, es natural que algunos hayan visto a Pablo Civil como candidato —él mismo se consideraba así hace poco—, aunque hay consenso en que todavía no está preparado ni profesional ni éticamente para el puesto, como demostró dejándose manipular por los jefes y llevando a la Serie del Caribe a su hijo Alberto Pablo en lugar de a Denis Peña.

Unos pocos, por otra parte, hubieran preferido al avezado Alfonso Urquiola e incluso a Carlos Martí o a Roger Machado, a pesar del pobre desempeño internacional que ambos han tenido y de su concepción del béisbol, para muchos demasiado conservadora y poco acorde con estos tiempos.

Entre tantas voces, ni siquiera faltó el indignado que se preguntó por los méritos recientes de Rey Vicente Anglada y hasta vio una petición de "viajecitos al extranjero" con el Cuba a cambio de encargarse de Industriales nuevamente, como anhelaba la afición azul y soñaban las autoridades para el 500 aniversario de La Habana.

Precisamente el hecho de que Anglada exigiera dirigir Industriales es lo que a unos cuantos, con sobrados argumentos, no les parece acertado. El sentido común dice que una misma persona no puede ocuparse bien de un equipo provincial al mismo tiempo que debe viajar por todo el país atendiendo en detalle a los miembros del equipo nacional.

Pero esa fue la primera condición que puso el manger: si dirigía el Cuba, dirigiría Industriales. La otra fue su libertad para escoger al colectivo técnico y su voto decisivo en la selección de los jugadores: "En mi caso particular no acato órdenes de nadie. Si soy director, asumo todas las responsabilidades. Actúo como yo piense o como piense mi colectivo de trabajo", dijo.

El sentido común dice que una misma persona no puede ocuparse bien de un equipo provincial al mismo tiempo que debe viajar por todo el país atendiendo en detalle a los miembros del equipo nacional

Este regreso de Anglada recuerda a algún episodio de una fantasía épica al estilo Tolkien, como el regreso del mago Gandalf o el mismísimo Retorno del rey, que tanto animaron a sus maltratadas huestes en una misión que parecía irrealizable. Más terrenalmente, hasta se ha comparado este regreso con la vuelta de Zinedine Zidane al Real Madrid.

Lo cierto es que están muy vacíos la vitrina de los títulos y el orgullo del béisbol cubano y este rey que vuelve ha prometido "hacer lo posible y lo imposible" por enmendarlo. Promesa descomunal donde las haya, y no solo por aquello de si segundas partes nunca fueron buenas.

La cuestión es si tendrá tiempo para lograr que sus hombres subsanen los problemas que él mismo reconoce y que se relacionan con lo perdido del béisbol tradicional y lo no adquirido del béisbol moderno. Aun los que no dudan de sus capacidades saben que sus triunfos pasados fueron con otro tipo de pelotero y que ahora, cuando más, logrará igual que con Industriales, una hombrada sin medallas. Fantasía épica.

Anglada sabe por dónde está el camino cuando dice que vota con ambas manos por la inclusión en la selección nacional de los cubanos en ligas extranjeras que no pertenecen a la Federación Cubana de Béisbol: "Todos están dispuestos a jugar por su tierra como lo hacen todos los jugadores en otros países. La mentalidad tiene que cambiar, la razón se impone".

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