Los chinos prefieren hacer negocios con el sector privado cubano
Fihav
El Estado les debe mucho dinero y no tiene capacidad de producción, a diferencia de las mipymes, comenta el empresario Wu Han
Madrid/Los empresarios chinos que asisten a la Feria Internacional de La Habana (Fihav 2025) le han echado el ojo al sector privado cubano. Cansados de impagos, lo único que ahora mismo les une al Estado es casi un sentimiento de compasión. “Pasamos mucha afectación y estamos buscando soluciones. Tampoco queremos abandonar a las empresas estatales, han sido muchos años de cooperación. Ahora Cuba está pasando por una situación complicada, pero no queremos meter presión”, cuenta Wu Han, representante de la sociedad Auto Caiec en la Isla.
La entrada de IPS en el recinto ferial de Expocuba ha sido una bocanada de aire fresco. El régimen solo permite acceder a la prensa acreditada a la Fihav y es, por ello, difícil obtener más información que la oficial de lo que allí discurre. Pero el reportero de la agencia de noticias Dariel Pradas ha encontrado en el pabellón 10 una mina de empresas chinas que exportan desde su país hacia la Isla, un nicho de negocio que no piensan dejar pasar.
“La situación aquí es diferente a la de otros países. No tienen la capacidad de producir muchas cosas, y todo se tiene que traer de afuera, casi siempre desde China. Ahora las mipymes están comprando muchas cosas. Es una oportunidad para todas las firmas extranjeras”, dijo Wu Han.
“La situación aquí es diferente a la de otros países. No tienen la capacidad de producir muchas cosas, y todo se tiene que traer de afuera, casi siempre desde China"
Su compañía lleva décadas en la Isla, a donde llegó en 1995 para comercializar grupos electrógenos. Ahora, cuenta, el negocio incluye automóviles, camiones, maquinaria agrícola, materias primas, alimentos y fertilizantes, entre otras cosas. Wu Han cuenta que el principal cliente siempre fue el Estado, algo lógico durante los años en que la empresa privada estaba prohibida, pero desde que se aprobó su creación, las cosas han cambiado radicalmente y ya casi no hay intercambio con el sector estatal.
La capacidad de pago del Estado es ínfima, recuerda el texto, y su empresa exige “al igual que otras chinas” que se haga por adelantado. Según revela el empresario, las cosas han cambiado en este sentido y ya no se descarga ninguna mercancía –salvo excepciones– que no esté abonada. Hace diez años, en cambio, los chinos aceptaban plazos de entre uno y dos años.
La paciencia se terminó a China Auto Caiec, a la que el Estado debe unos 200 millones de dólares desde 2015, por lo que las facilidades se han acabado. No obstante, no prevén marcharse por dos motivos: esperan recuperar la deuda algún día y, mientras tanto, negocian con los privados. “El mercado de Cuba es especial en el mundo”, subraya Wu Han.
La nota, publicada este viernes por IPS, destaca la deuda con otras dos compañías del gigante asiático. A Zhaoke, en la Isla desde 2004, y a Liaoning Mec Group, desde 1998, se le deben aproximadamente 40 y 58 millones de dólares, respectivamente. Su situación es, no obstante, peor, ya que son empresas privadas que no reciben ninguna ayuda del Estado para el fomento de la cooperación económica bilateral, dijo Layda García, comercial de Zhaoke desde hace más de una década.
Según su relato, cuando la marca se estableció en la Isla todo funcionaba como la seda, llegando a facturar incluso 23 millones de dólares, pero ahora apenas llegan al millón los ingresos. “Tanto tiempo trabajando en Cuba también crea mucho sentido de pertenencia”, dijo, para justificar la decisión del presidente de la compañía de permanecer allí.
En la inauguración de la Fihav, Miguel Díaz-Canel dio un discurso en el que admitía la situación. “Aquí hay empresarios con los que tenemos deudas, con los cuales no hemos podido cumplir todos nuestros compromisos, y sin embargo están en Cuba”, admitió.
El mandatario dijo que entre ellos existe “un sentimiento de compromiso” y la confianza en un cambio. “Muchos de estos empresarios llevan décadas en Cuba, han apostado por Cuba, han hecho parte de su vida y también parte de los resultados de sus negocios en Cuba y eso está por encima de otras cosas”, señaló.
“Aquí hay empresarios con los que tenemos deudas, con los cuales no hemos podido cumplir todos nuestros compromisos, y sin embargo están en Cuba”
El presidente cubano estuvo en China a principios de septiembre como parte de su gira asiática, que le llevó también hasta Vietnam y Laos. En Pekín, además de desfilar tras una poderosa troika formada por el ruso Vladimir Putin, el norcoreano Kim Jong-un y el anfitrión, Xi Jinping, mantuvo reuniones con altos dirigentes –incluido el presidente– y empresarios de la región. A ellos, como antes a rusos y vietnamitas, les prometió que habría una mayor apertura para hacer negocios en Cuba.
Durante la Fihav, el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Óscar Pérez-Oliva Fraga –desde ayer también flamante vice primer ministro–, anunció un paquete de medidas para fomentar la entrada de capital exterior. Entre los cambios está la opción de dar libertad en la contratación laboral –muy poca, puesto que se autorizará de manera excepcional, caso por caso, y el proceso de selección a través de las agencias empleadoras autorizadas por el Estado se mantiene como la regla general–, facilidades para operar en divisas, cuentas bancarias en el exterior y acceso a estructuras infrautilizadas del país.
Además, cualquier inversor podrá comercializar de forma mayorista sus productos y servicios con “cualquier actor económico nacional que tenga capacidad de pago, sin ningún tipo de restricción. No hay ningún obstáculo, no hay nada que lo prohíba”, señaló Pérez Oliva. Una posible razón, más allá de los discursos de las naciones hermanas, para retener a los chinos.