Cuba pagó a EE UU en junio diez millones de dólares más que en mayo por el pollo
A pesar de comprar solo un 9,3% más que el mes anterior, la fuerte subida del precio por kilo provoca un aumento del gasto del 44%
Madrid/El súbito encarecimiento del kilo de pollo en EE UU hace mella en los gastos de importación del Gobierno, que en junio pagó 32,8 millones de dólares por las 27.631 toneladas que compró. Comparado con el mes de mayo, el gasto ha aumentado un 44,7% para la adquisición de apenas un 9,3% más de carne, unas cifras que se justifican por el aumento en un 33,7% del valor unitario, según los cálculos del economista cubano Pedro Monreal, que publica estas estadísticas de manera mensual.
"Las exportaciones de carne de pollo de EE UU hacia Cuba oscilan", analiza, "pero en el largo plazo evidencian una creciente dependencia importadora cubana respecto al principal alimento cárnico (no mezclado) consumido en Cuba".
Este junio, el precio de cada kilo de pollo fue de 1,19 dólares, muy superior al de mayo, cuando apenas estaba en 0,89 dólares. Ese mes se gastaron 22,69 millones de dólares en la compra.
A pesar de la elevada inversión, Cuba sigue teniendo en el mercado estadounidense su mayor suministrador
A pesar de la elevada inversión, Cuba sigue teniendo en el mercado estadounidense su mayor suministrador. Brasil, el segundo en importancia, ha ido perdiendo fuelle en lo que va de año y para ello basta con ver la comparativa del primer semestre de 2023, en el que se compró un 44% menos de pollo al país sudamericano, como promedio, que en el mismo período del año anterior.
A lo largo de 2023, Cuba ha tenido dificultades para importar el producto desde algunos otros mercados que, si bien no eran los prioritarios, contribuían a aumentar la disponibilidad de una carne que se ha convertido en la más deseada en la Isla, descontada ya la ausencia del cerdo y, más aún, la res.
España, Polonia y Países Bajos han mantenido un flujo irregular en este tipo de comercio, pero en la mayoría de los meses del primer semestre del año ni siquiera reportaron actividad comercial con La Habana.
Aunque Cuba está obligada por el embargo a adquirir los productos alimenticios de EE UU en condiciones poco habituales para el comercio internacional –pago por adelantado y en efectivo– el país sigue siendo una de sus principales fuentes.
El pasado julio, el US-Cuba Trade and Economic Council informó que durante el último mes con datos disponibles, mayo, se produjo un aumento del 3,7% en las exportaciones de alimentos de EE UU a Cuba, por un valor de 26.476.991 dólares. Entre los productos enviados a la Isla están café, waffles, barquillas, galletas, leche en polvo, cerveza, papel sanitario, carne de cerdo y conservas, además de pollo.
Frente a los 32,8 millones de dólares que gastó en la carne del ave, la segunda partida en orden de importancia fueron los productos lácteos, que costaron 1,3 millones de dólares
Por productos, se observa como el pollo supuso el mayor gasto de la Isla en sus importaciones desde EE UU, con una diferencia abismal respecto al resto de compras. Frente a los 32,8 millones de dólares que gastó en la carne del ave, la segunda partida en orden de importancia fueron los productos lácteos, que costaron 1,3 millones de dólares.
Por detrás quedan la carne de cerdo, con 774.000 dólares; los cereales y pastas, 526.000; bebidas no alcohólicas, 294.000; la carne bovina 193.000 y las harinas, 153.000. Al final de la lista se sitúan los jugos de fruta y productos de chocolate, por valor de 97.000 y 78.000 dólares, y cierra la lista un producto que en Cuba se considera de primera necesidad y que cada vez se ve más obligada a traer de fuera: el arroz.
Después de una cosecha desastrosa en 2022, que se situó en 120.000 –cuando el consumo nacional demanda al menos 700.000–, la Isla se sigue viendo obligada a importar el producto o conseguir donaciones, las más frecuentes las vietnamitas. En junio gastó, según los datos disponibles, 64.000 dólares en traerla también desde EE UU.
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