“Mejor que los médicos cubanos se queden en casa”

El personal del hospital donde estuvo la misión en Andorra no quiere ayuda procedente de la Isla

Dariel Romero, el médico que supuestamente ha abandonado la misión, penúltimo empezando por la izquierda, junto a la ministra de Sanidad María Ubach. El cónsul en Barclona, Alain González, junto a la bandera andorrana. (Altaveu)
Dariel Romero, el médico que abandonó la misión, penúltimo empezando por la izquierda, junto a la ministra de Sanidad María Ubach. El cónsul en Barcelona, Alain González, junto a la bandera andorrana. (Altaveu)
14ymedio

22 de octubre 2020 - 16:51

Madrid/El personal del hospital de Nostra Senyora de Meritxell, en el Principado de Andorra, está exhausto pero no quiere ayuda procedente de la Isla. "Mejor que los médicos cubanos se queden en casa", han dicho a un diario de ese pequeño Estado enclavado entre Francia y España.

Según el periódico local Diari d'Andorra, los sanitarios de ese hospital reconocen la profesionalidad, el esfuerzo y las ganas de ayudar de los cubanos, pero la manera de trabajar, afirman, no es la misma.

El pasado 29 de marzo, 39 sanitarios de la Isla llegaron al Principado para apoyar al Servicio Andorrano de Atención Sanitaria (SAAS) ante la avalancha de casos de coronavirus en un país de apenas 80.000 habitantes, pero la experiencia no ha sido muy satisfactoria para sus homólogos andorranos, que cuentan la pérdida de tiempo que suponía tener que enseñar a los cubanos a emplear la moderna tecnología de Andorra y las dificultades que esto representaba para un trabajo conjunto.

Los trabajadores de la Salud lamentan que se haya desperdiciado el tiempo para dotar de recursos humanos bien preparados para las particularidades del covid-19

Andorra, como el resto de Europa, está viviendo una segunda ola de casos de coronavirus y los trabajadores de la Salud lamentan que se haya desperdiciado el tiempo para dotar de recursos humanos bien preparados para las particularidades del covid-19. Hay recursos, hay material sanitario y, por ahora, no hay presión hospitalaria, afirman para tranquilizar a la población, pero el personal está desgastado y no tiene relevo adecuado.

La misión médica en Andorra, cuyos miembros regresaron a la Isla a principios de julio, ha sido una de las más polémicas del último año. Aunque sus condiciones no diferían de las habituales, la labor de vigilancia que ha llevado a cabo la prensa del Principado ha permitido un mayor escrutinio de los puntos oscuros del contrato, algo que, de alguna manera, también ha ocurrido en Martinica (Francia).

La prensa logró que se tuviera conocimiento de que el pagador de la misión era una familia privada, los Sirkia, de los que poco se sabía también, a pesar de llevar décadas establecidos en el Principado, haber tenido una de las principales joyerías en la gran arteria comercial de la capital y tener uno de sus miembros con un cargo público en la parroquia (municipio) de Encamp. Finalmente, se supo que Alexis Sirkia, un empresario dedicado al negocio de blockchain y las criptomonedas, era quien estaba detrás de la financiación de la brigada.

El importe del contrato nunca fue revelado por el Gobierno andorrano, que aseguró que había cuestiones de confidencialidad, y solo se tuvo conocimiento del gasto del traslado en avión por la publicación en el Boletín Oficial Principado de Andorra (BOPA) del edicto con la adjudicación a Iberia, por un total de 19.811,60 euros ida y vuelta. A esto habría que sumarle el trayecto desde Madrid por carretera, ya que el Principado no tiene aeropuerto propio.

Si la cuestión monetaria de por sí había supuesto un problema, no menos polémico fue el hecho de que nada más llegar a Andorra uno de los sanitarios cubanos diera positivo al coronavirus, lo cual causó el aislamiento total de la brigada durante varios días.

Pero el colofón se produjo cuando dos de los integrantes del grupo cubano abandonaron la misión para, presuntamente, instalarse en Valencia (España). Los fugados eran un médico y una enfermera anestesista que, según se dijo, se habían convertido en pareja en Andorra. Para mayor disgusto de las autoridades cubanas, el doctor era Dariel Romero, anestesista y miembro clave de la misión, tenía formación militar y familiares en cargos políticos.

El cónsul cubano en Barcelona, al que se atribuyó ser causante de un fuerte malestar entre los miembros de la brigada por una actitud particularmente hostil, intentó mantener el control de la situación, sobre la que se cubrió un tupido velo. En la Isla nunca se informó de las "deserciones" y se recibió a los médicos en un ambiente triunfalista ignorando los problemas que asolaron a la misión.

La prensa andorrana, en cambio, no perdió la ocasión de burlarse cuanto pudo del tratamiento informativo que Cubadebate dio a la brigada. "Si se lee el balance que hacen los medios del régimen castrista de la delegación (...) gracias a Cuba y a los sanitarios cubanos la pandemia, el coronavirus, no se ha tragado Andorra y a los andorranos. Ha sido un milagro (...) Las cifras son tales que es evidente que la brigada ha salvado el Principado del covid como en su día Carlomagno [emperador medieval determinante en la independencia andorrana y la configuración europea] salvó estas latitudes de otros menesteres", ironizó Altaveu.

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