Voces cubanas bajo los bombardeos rusos en Ucrania

Reinado Powell, desde la profundidad del tren suburbano en Kiev, y Ernesto Pérez varado a 20 kilómetros de la capital, han sido testigos de la agresión militar rusa contra Ucrania

Los cubanos Reinado Powell y Ernesto Pérez cuentan a 14ymedio su situación en Kiev ante el avance de las tropas rusas en territorio ucraniano. (Collage)
Los cubanos Reinado Powell y Ernesto Pérez cuentan a 14ymedio su situación en Kiev ante el avance de las tropas rusas en territorio ucraniano. (Collage)
Yaiza Santos/Ángel Salinas

03 de marzo 2022 - 20:19

Madrid/México/Hasta hace una semana, la vida del cubano Reinaldo Powell transcurría muy tranquila, entre su familia y las clases de baile que da para ganarse la vida desde hace casi 30 años en Kiev. El jueves, después de que las tropas rusas iniciaran una agresión militar contra Ucrania, sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, este holguinero de 53 años se vio junto a su mujer, Galia, y su hija, Anabell, como muchos habitantes de esa ciudad, bajando al metro para resguardarse de un posible ataque.

"Los dos primeros días estuvimos en el túnel, donde nos atendieron muy bien", cuenta a 14ymedio vía telefónica. "Nos daban agua caliente para hacer té o café, y cada familia llevaba su comida". A pesar de la solidaridad entre los que se resguardaban, no lo pasaron bien. "Hacía frío, y dormir en el piso no es fácil, aunque teníamos colchones y frazadas".

Una vez al día, "después de los ataques, a eso de las once o doce", podían salir a comprar. Como la familia vivía cerca, aprovechaban para ir a su casa, donde podían bañarse. Allí les cogió el toque de queda el sábado y ya no regresaron al metro.

Desde entonces, "cuando suena la sirena, que suena muchas veces al día, nos resguardamos en el baño. Mi esposa y mi hija se meten en la bañera y yo me quedo junto a ellas, tapándonos con frazadas y sacos".

Powell, que preside la Asociación de Cubanos en Ucrania, explica que en ese país residen unos 200 compatriotas, 50 de los cuales viven en Kiev. Ahora, en la capital apenas queda una docena.

A pesar de la solidaridad entre los que se resguardaban, no lo pasaron bien. "Hacía frío, y dormir en el piso no es fácil, aunque teníamos colchones y frazadas"

Ernesto Pérez, amigo del propio Powell, es uno de ellos. "Todos los días, desde hace siete, pasan aviones y se oyen bombas", dice a este diario este habanero de 47 años, quien, con su esposa, su hijo de 17 años, sus suegros y su perro Tikito, permanece en su casa, en una zona boscosa de Irpin, a las afueras de la capital ucraniana.

Llegado a Ucrania hace 22 años para casarse, se ha dedicado desde entonces a la renta de oficinas. Ahora, apenas puede creer lo que está pasando. "Esto es una locura", califica. "No podemos salir, todas las carreteras están bloqueadas y hay enfrentamientos por todas partes".

El paso de aviones y bombardeos se ha intensificado desde el pasado 25 de febrero, cuando el ejército ucraniano voló el puente sobre el río Irpin como una alternativa para tratar de evitar la llegada de tropas rusas a Kiev.

Las 10 familias que residen en el mismo lugar se abastecen de un pozo de agua que tiene una vecina. "Nos estamos cooperando entre todos los que quedamos aquí", esperando, "quiera Dios", que esto acabe, refiere Pérez.

Mientras tanto, lamenta, en un momento en que las temperaturas oscilan entre los 4ºC de máxima y -1ºC de mínima, "no hay calefacción'', y desde hace cuatro días, los cortes de energía eléctrica son más constantes. "Cargamos los móviles cuando llega la electricidad, pero la pueden quitar en cualquier momento".

Otro cubano en Kiev es el pelotero Raidel Arbelay Becerra, que compartió en sus redes sociales sus críticas contra Rusia cuando, el martes, bombardearon la torre central de televisión de Ucrania.

En ese ataque murieron cinco personas, entre ellas, Yevhenii Sakun, ex camarógrafo de la agencia española EFE, y otras cinco resultaron heridas. "Un cohete asesinó instantáneamente a todas las personas que iban pasando", expresó Becerra. "Putin sigue 'salvando a Rusia' de los 'fascistas ucranianos', como él dice. No me explico cómo puede dormir a diario".

Reinaldo Powell no puede nombrar al presidente ruso sin malas palabras, y defiende con ahínco una Ucrania independiente, cuya historia desgrana atropelladamente.

"Putin piensa que, como este país era el granero de la Unión Soviética, siempre será de ellos", dice. "Como persona del KGB, quiere renacer aquella URSS uniendo Kazajistán, Bielorrusia y otras repúblicas ex soviéticas, dice que para 'defenderse' de Estados Unidos, que dice que quiere atacarlo. Estoy seguro de que eso no es así. Él mismo se crea sus propias cucarachas en su cabeza".

Llegado a Kiev como estudiante cuando el territorio era parte de la URSS, en 1986, volvió a la Isla, casado con la ucraniana Galia, en 1991, pero por poco tiempo. A los tres años, regresó a la capital ucraniana, donde se instaló como coreógrafo y profesor de baile. No tardó en convertirse en empresario, con una compañía que hoy tiene diez filiales por todo el país.

"Nos quitamos esa sábana vieja y yo, junto a ellos, he ido creciendo", reconoce, "he ido cambiando mi parecer"

Nadie le tiene que contar, pues, cómo fue el cambio de un lugar gris, donde la gente tenía, según sus palabras, "poca vista", que "solo había visto una sola cosa, el comunismo, y no había tenido la posibilidad de viajar, de conocer, de escuchar a otros", a un país "liberal", lleno de jóvenes talentosos y ganas de copiar más a los vecinos de occidente, como Polonia, que al oso de oriente.

"Nos quitamos esa sábana vieja y yo, junto a ellos, he ido creciendo", reconoce, "he ido cambiando mi parecer".

A modo de ejemplo, dice que respetaba al Gobierno cubano, pero que dejó de hacerlo el 11 de julio. "Cambié por completo mi forma de pensar, al ver que un presidente era capaz de levantar la mano a su propio pueblo, que tampoco lo eligió", dice. Junto a otros compatriotas, esos días se manifestaron frente a la Embajada de Cuba en Ucrania, donde "todo lo que gritaron allí lo gritamos nosotros aquí, ya tú sabes", menciona refiriéndose a los insultos a la policía y al mandatario Miguel Díaz-Canel.

Con la sede diplomática cubana, asegura que la asociación de compatriotas que preside tenía lazos, pero que empezó a romperlos en 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea y el Gobierno de la Isla se puso de parte de Putin.

"El actual Gobierno no es más que un títere de la doctrina de Putin, que le perdonó la deuda externa y firmaron nuevos acuerdos", opina.

Lejos de su país de origen, en cualquier caso, los cubanos esperan que el conflicto acabe pronto. Sin embargo, Putin amenaza con recrudecer los ataques, y las reservas de los ucranianos a resguardo van menguando. Ernesto Pérez ha tenido que reorganizar la despensa este miércoles. "Hay que alargarla, tenemos comida para unas dos semanas". El racionamiento ha llegado al perro, que ha tenido que empezar a comer "algunas manzanas". No sabe qué sucederá si la situación se prolonga.

Powell tampoco sabe qué van a hacer a partir de ahora. "La situación económica ha ido disminuyendo, ya nos queda muy poco dinero y no sé cómo vamos a seguir subsistiendo", lamenta. "Los precios han subido, han desaparecido algunas cosas del mercado. Espero que esto termine lo más pronto posible".

Habla de sus bailes como algo muy lejano en el tiempo, como si no hubiera sido su vida, sin sobresaltos, hasta hace una semana. "No sé cuándo los volveré a retomar, tendré que pedir alguna ayuda a mis amistades".

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