El ataque contra la aviación rusa levanta la moral y prueba capacidad ucraniana de infligir daño
Guerra
- Ucrania y Rusia pactan en Estambul canjear a los prisioneros de 18 a 25 años y todos los heridos
- Kiev pide una semana para estudiar las propuestas de Moscú y sugiere una reunión con Trump y Putin
Estambul/Leópolis/La atrevida operación ucraniana contra la fuerza aérea rusa ha levantado la moral en el país invadido y ha demostrado su capacidad de infligir duros golpes contra el enemigo, en un momento en el que Kiev busca fortalecer su posición para forzar a Moscú a acceder a unas negociaciones reales.
En la reunión de este lunes en Estambul, Ucrania y Rusia acordaron intercambiar a todos los prisioneros de guerra heridos o enfermos de gravedad y liberar también a todos los militares cautivos de entre 18 y 25 años, según anunció el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umérov.
"Hemos acordado intercambiar a todos los prisioneros de guerra heridos graves y gravemente enfermos", declaró Umérov en una rueda de prensa celebrada al término de los contactos en la ciudad turca.
Además de anunciar asimismo el intercambio de los menores de 25 años, informó también de otro acuerdo para el canje de los restos mortales de 6.000 soldados de cada bando caídos tras las líneas enemigas. Umérov dijo además que la delegación ucraniana entregó a la rusa una lista con los nombres de centenares de niños ucranianos deportados por Moscú de los territorios que Rusia ocupa en Ucrania.
Umérov dijo además que la delegación ucraniana entregó a la rusa una lista con los nombres de centenares de niños ucranianos deportados por Moscú de los territorios que Rusia ocupa
Kiev considera su retorno una condición fundamental para poder avanzar hacia la paz. "Este asunto es una prioridad fundamental para nosotros. Si Rusia está realmente comprometida con el proceso de paz, la devolución de al menos la mitad de los niños de esta lista sería una señal positiva", dijo el ministro de Defensa ucraniano.
Ucrania ha propuesto hoy, además, que se celebre entre el 20 y el 30 de junio un encuentro a tres bandas entre los presidentes Volodímir Zelenski, Donald Trump y Vladímir Putin que dé impulso a las negociaciones de paz.
"Esto es crucial para avanzar en el proceso de negociaciones", anunció el jefe de la delegación ucraniana. La disponibilidad de Zelenski de reunirse con Putin fue reafirmada poco después por el portavoz de Exteriores de Ucrania, Guerogui Tiji.
"Nuestro presidente está listo para reunirse mañana. Si Putin dice que quiere reunirse mañana, el presidente Zelenski se reunirá con él mañana. No tenenos un problema con eso. Desafortunadamente, el problema está en su lado", declaró Tiji desde Estambul.
Otro de los temas clave de la reunión fue la petición ucraniana de que se declare un alto el fuego de 30 días que permita avanzar en las conversaciones para lograr la paz.
Según Umérov, Ucrania responderá en una semana a las condiciones presentadas por Rusia declarar esa tregua. Umérov lamentó que Rusia no haya entregado los documentos con sus condiciones sobre el alto el fuego y sobre la resolución del conflicto hasta la misma reunión, pese a que Kiev había hecho llegar a Moscú sus posiciones con antelación y exigía a la parte rusa que hiciera lo mismo para que el encuentro de este lunes produjera ya resultados.
"Nuestros equipos tardarán una semana en revisar los documentos y luego podremos coordinar los pasos a seguir", señaló el ministro de Defensa ucraniano.
"Nuestros equipos tardarán una semana en revisar los documentos y luego podremos coordinar los pasos a seguir", señaló el ministro de Defensa
No solo la delegación ucraniana llega a Estambul con la moral alta. La población vive, al fin, un momento de esperanza.
"Por fin hay algún tipo de justicia después de tantas noches de explosiones y de noticias sobre nuestras víctimas", dijo a EFE Olena Semeniak, una redactora publicitaria residente en Kiev que sobrevivió hace un año al impacto de un misil contra su bloque de viviendas.
Igual que muchos otros ucranianos, celebró con pasteles y café la noticia de que docenas de aviones de combate rusos habían sido destruidos o dañados y realizó un donativo al Ejército ucraniano para la adquisición de material.
"Estoy contenta porque esto levanta la moral de los ucranianos, agotada por los ataques rusos diarios", dijo su tocaya Olena Mikula, una diseñadora digital de Leópolis. "Una vez más hemos demostrado a Rusia y al mundo que, aún teniendo menos recursos, podemos resistir de forma efectiva contra semejante gigante y que no tenemos miedo", dijo a EFE.
Los analistas y políticos ucranianos describen la operación, en la que según el Servicio de Seguridad de Ucrania fueron destruidos o dañados más de 40 bombarderos estratégicos rusos y otras aeronaves, como una profunda humillación para Rusia, con significativas consecuencias militares y políticas.
"El ataque desafía la dañina narrativa de los últimos tres años y medio de que esta guerra no se puede ganar", escribió la analista Aliona Getmanchuk en un texto para el Centro Nueva Europa, y aseguró que el principio de "paz a través de fortaleza" se puede aplicar a Rusia si se actúa de forma determinada.
El "orgullo de la aviación rusa", usado para intimidar a Europa y parte del escudo nuclear ruso, fue destruido con "drones baratos", escribió por su parte en Facebook Solomía Bobrovska, una diputada miembro de la Comisión de Defensa de la Rada Suprema.
El "orgullo de la aviación rusa", usado para intimidar a Europa y parte del escudo nuclear ruso, fue destruido con "drones baratos", escribió Solomía Bobrovska
Aunque el impacto completo aún está por confirmar, es probable que la operación obligue al Kremlin a replantearse sus cálculos sobre los costes y beneficios de la guerra, señaló el fundador del grupo de análisis Frontelligence Insight, conocido por su alias de Tatarigami, en X.
"Aunque no alteren de forma directa el campo de batalla, estas operaciones socavan el patrimonio estratégico a largo plazo de Rusia, en buena parte legado de la era soviética y que Rusia no puede reemplazar rápidamente", apuntó.
A pesar del éxito de la operación, muchos ucranianos no quieren sobrestimar su impacto inmediato en el devenir de la guerra. "Esta operación afecta a la capacidad rusa de librar la guerra, pero todavía tienen muchas armas y soldados", advirtió Olena Mikula, desde Leópolis.
Como la mayoría de los ucranianos, no espera que surja "nada nuevo" de los contactos con Rusia, y señaló que Moscú debe enfrentarse a más reveses económicos y militares antes de tomarse en serio las negociaciones.
Aún así, cree que otras operaciones similares, combinadas con un incremento de las capacidades ucranianas en términos de drones y misiles y unas mayores sanciones occidentales contra Moscú, podrían cambiar el curso de la guerra.
"Solo cuando igualemos la fuerza de Rusia estarán quizás dispuestos a negociar", aventuró.
La operación también alienta las esperanzas de que los aliados de Ucrania sigan su ejemplo y actúen de forma más determinada para debilitar a Rusia y obligarla a rendir cuentas. "La impunidad de Rusia ante sus crímenes es todavía una gran carga mental para mí", dijo Olena Semeniak, desde Kiev.
"Ucrania no solo se defiende y pide ayuda, sino que también actúa cuando es necesario. Tiene la capacidad y el derecho de hacerlo", escribió
La complicada operación, organizada en total secreto bien entrado el cuarto año de guerra, subraya la creciente fortaleza de las instituciones ucranianas y modifica la "lógica del conflicto", al demostrar que Rusia no puede atacar sin enfrentarse a dolorosas represalias, enfatizó el conocido veterano ucraniano Mustafá Nayem, en Facebook.
"Ucrania no solo se defiende y pide ayuda, sino que también actúa cuando es necesario. Tiene la capacidad y el derecho de hacerlo", escribió.
"Si las fuerzas especiales ucranianas pueden proporcionar a día de hoy semejantes sorpresas a escala global, es seguro que tienen más guardadas para el día de mañana", subrayó el analista militar Oleksandr Kovalenko, en un texto para el grupo Resistencia Informativa.
El creciente coste de la guerra podría finalmente obligar al Kremlin a enfrentarse a la cruda realidad: continuar con el conflicto no solo empeora la posición rusa en Ucrania sino que también acelera su propio declive estratégico, concluyó Tatarigami.