Estados Unidos confisca otro petrolero sancionado procedente de Venezuela
Caribe
Unos 38 tanqueros incluidos en la lista negra de Washington, 15 de ellos cargados de crudo o de combustible, están atrapados en aguas venezolanas
La Habana/Estados Unidos interceptó y confiscó este sábado un buque petrolero sancionado por Washington en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela, en lo que constituye la segunda operación de este tipo en menos de dos semanas. La noticia fue dada por la agencia Reuters, citando a tres funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato.
La acción se produce tras el anuncio hecho esta semana por el presidente Donald Trump, quien prometió un "bloqueo total y completo" para todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela. La declaración despeja cualquier duda sobre el objetivo estratégico de Washington: utilizar el petróleo como herramienta de su ofensiva contra el Gobierno de Nicolás Maduro junto a la narrativa antidrogas que ha acompañado el despliegue militar estadounidense en la región.
Según fuentes citadas por Reuters, la Guardia Costera estadounidense dirigió la operación, aunque no se ha precisado todavía ni el nombre del barco ni la ubicación actual del crudo decomisado. El episodio ocurre apenas días después de que EE UU se incautara del Skipper, un petrolero también sancionado.
Caracas recurre a una "flota fantasma" –buques antiguos con señales de navegación apagadas o usando banderas de terceros países sin pedirles autorización– para eludir las sanciones petroleras impuestas por Washington en 2019. Ese entramado le ha permitido seguir exportando crudo a China, su principal cliente, y a su aliado cubano.
La web especializada en seguimiento marítimo TankerTrackers.com estima que más de 70 petroleros de la flota fantasma están actualmente en aguas venezolanas, de los que alrededor de 38 figuran en la lista de los buques sancionados por EE UU. Unos 15 están ya con su carga de crudo o de combustible.
Maduro ha insistido esta semana en que mantendrá su compromiso de despachar alrededor de 700.000 barriles diarios a Pekín
Ninguno de los tanqueros de gran porte que han zarpado en los últimos días, algunos escoltados por unidades militares venezolanas, pertenecen a la flota fantasma. El Gobierno de Maduro ha insistido esta semana en que mantendrá su compromiso de despachar alrededor de 700.000 barriles diarios a Pekín. Sin embargo, las exportaciones han caído drásticamente tras la incautación del Skipper, que navegaba bajo falsa bandera de Guyana.
Ese tanquero salió del puerto petrolero venezolano de José entre el 4 y el 5 de diciembre, después de cargar aproximadamente 1,9 millones de barriles del crudo pesado Merey. De acuerdo con la información satelital y datos de la petrolera estatal Pdvsa, inicialmente se pensó que 200.000 barriles fueron transferidos en las proximidades de Curazao al Neptuno 6 –con bandera panameña–, cuyo destino final era Cuba.
Sin embargo, poco después The New York Times daba nuevos detalles basados en la documentación que se había recabado a partir de ese suceso y, según el medio estadounidense, la cantidad de barriles que fueron destinados a Matanzas eran solo 50.000 y el resto de la carga tenía como destino final China, una maniobra que La Habana realiza con frecuencia para obtener divisas con la reventa del crudo venezolano.
Con el nuevo decomiso, Washington da un paso más en una estrategia que parece orientada a golpear las finanzas del chavismo
El discurso de Trump ha venido también acompañado de acusaciones contra el chavismo por "robar" recursos estadounidenses, en referencia a la expropiación de activos de empresas entre 2007 y 2009, durante el mandato de Hugo Chávez.
Mientras tanto, el régimen de Maduro acusa a EE UU de utilizar el despliegue militar para derrocar al Gobierno e intervenir en los recursos petroleros del país. La tensión entre ambos países continúa creciendo en un contexto de operaciones militares de Washington en el Caribe y los ataques a supuestas narcolanchas en la región, que ya han provocado más de un centenar de muertos.
Con el nuevo decomiso, Washington da un paso más en una estrategia que parece orientada a golpear las finanzas del chavismo, cuyo principal sostén económico sigue siendo el petróleo. En el caso de Cuba, la ruptura de ese flujo agravará sin duda la crisis energética que sufre el país con un déficit diario de unos 2.000 megavatios en la producción eléctrica, equivalente a más del 60% de la demanda nacional.