"El maltrato animal y la violencia social están relacionados"

Javier Larrea ha creado una red de bienestar animal para aliviar el trabajo de los refugios

Javier Larrea Formoso heredó de su abuelo el amor por perros, gatos y cuanto ser vivo habite estas tierras. (Facebook)
Javier Larrea Formoso heredó de su abuelo el amor por perros, gatos y cuanto ser vivo habite estas tierras. (Facebook)
14ymedio

14 de enero 2020 - 19:56

La Habana/Estudiante de derecho, Javier Larrea Formoso heredó de su abuelo el amor por perros, gatos y cuanto ser vivo habite estas tierras. Este enero ha lanzado la iniciativa de la red Bienestar Animal en Cuba (BAC) para coordinar esfuerzos y lograr un trabajo más efectivo en esta tarea de protección.

Pregunta. Se ha anunciado oficialmente la redacción y próxima aprobación de una legislación contra el maltrato animal. ¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de elaborar ese cuerpo legal?

Respuesta. En cuanto a la presentación del decreto ley por el Ministerio de la Agricultura en noviembre de 2020, creo que lo primero que hay que ver es desde qué punto se hizo el análisis, desde el punto de vista sociológico viendo los principales factores que inciden en nuestra sociedad y desde el estudio del derecho como un fenómeno multicausal y que debe ir de mano de la sociedad. Debe tenerse en cuenta también el método que se usa para hacer una comparación con legislaciones de otros países. Hay muchas legislaciones que tienen un propósito bien definido y son muy avanzadas con respecto al tema de la protección de los animales, ya sea por la vertiente del bienestar animal o por la vertiente de la teoría de los derechos de los animales.

Se han realizado diversos estudios para determinar qué cosa puede considerarse como maltrato animal y cuáles son los límites

Lo otro es llegar a definir las tipologías de lo que es maltrato animal en Cuba. Desde la doctrina existen muchas definiciones y se han realizado diversos estudios para determinar qué cosa puede considerarse como maltrato animal, cuáles son los límites, qué características poseen para ser consideradas como maltrato animal.

P. ¿Una legislación contra el maltrato o a favor del bienestar?

R. Me parece satisfactoria que entre las muchas variables que existen, el Estado se incline desde el punto de vista jurídico por la del bienestar animal. La variante de los derechos del animal ha generado demasiada polémica al ser vista como algo desproporcionado y hasta extremista. La posición a favor del bienestar alcanza un mejor equilibrio entre las teorías existentes. En Cuba muchas personas comen carne y al mismo tiempo aman a los animales. En los conceptos del bienestar animal se busca incluso que en la muerte no haya sufrimiento. La teoría de los derechos animales chocaría en Cuba con muchos otros intereses y tendencias como por ejemplo con las religiones afrocubanas que incluyen el sacrificio animal entre sus costumbres y rituales. La teoría del bienestar animal parece ser la más flexible para todas las partes.

P. ¿Y cómo definir entonces legalmente el maltrato?

R. El maltrato constituye una causa de sufrimiento o daño, pero varía en dependencia de los actos y de la magnitud de los mismos. El maltrato puede incluir el sufrimiento ocasionado por una crueldad intencional, dolosamente, o puede ser ocasionado de forma imprudente o negligente. Hay que determinar cuál sería la agresión infligida por otras razones como puede ser para la obtención de carne o piel o experimentos científicos con animales donde no existen regulaciones.

Hay muchos enfoques y una ley de bienestar animal no va dirigida, como a veces las personas manifiestan, a animales domésticos o a animales de compañía, como se les conoce desde la veterinaria, sino que van incluidos los animales que diariamente sufren maltratos y que se utilizan en la industria o en el transporte; va a todas las especies de animales no solamente a perros y gatos.

Lo otro sería cómo ubicar el maltrato, que hay dos variantes, la intencional dolosa premeditada y la negligente culposa, que también debe ser sancionada

Lo otro sería cómo ubicar el maltrato, que hay dos variantes, la intencional dolosa premeditada y la negligente culposa, que también debe ser sancionada. Aunque no haya habido intención de ocasionar un daño, la negligencia debe ser reprimida desde la norma. La omisión de proporcionar alimentos, alojamiento, atención veterinaria de forma adecuada puede ser una de las causales que entren dentro de las causales de esa vertiente. Aunque la persona no tuvo la intención de ocasionar daño, debe ser sancionada igual.

P. ¿Y el abandono?

R. Hay que tener en cuenta también que el abandono es una de las prácticas más habituales en nuestra sociedad y eso debe ser de las primeras cosas a sancionar. Cuando una persona adopta a un gatico o a un perrito adquiere una responsabilidad que no debe descuidar. También tenemos la situación de mantener animales en instalaciones indebidas como es el caso de Zoonosis. Basta hacer una visita allí para comprobar que hay una mala higiene y no se le da a los animales la atención necesaria y eso debe contemplarse en la norma. También practicarle mutilaciones, herirlos, matarlos, tratarlos como un objeto cuando se les ofrece como premio y en último caso, aunque no de menor importancia, está el caso de golpearlos, abusar de ellos sexualmente. Hay un caso de un individuo que ha abusado sexualmente a perros y luego sube los videos a internet ya eso roza con la alta peligrosidad social y esas actitudes deben entrar en el ámbito del derecho penal, más allá de lo administrativo

No debe dejar de relacionarse el maltrato animal con lo que es la violencia social y familiar. El tema del maltrato animal no es un capricho, porque muchas veces se ejerce el maltrato animal como una manera de intimidar a otros miembros de la familia.

P. No solo basta esterilizar, adoptar y proteger, sino que también hay una sensibilidad que debe fomentarse desde el hogar, la escuela y la comunidad. ¿Cómo es actualmente esa formación de valores en cuanto al respeto a otros seres vivos?

R. El maltrato animal en el entorno social y familiar siempre va dejar un efecto devastador en los menores de edad. Estos niños siempre van a evidenciar en su entorno las huellas de haber sido al menos testigos de maltrato animal y ellos pueden reproducir estas prácticas al punto de convertirse en otros hechos delictivos.

Todo esto tiene que ver con condiciones que motivan problemas de conducta, emocionales y sociales. Los niños son una responsabilidad de los padres y les toca a ellos sembrar en sus hijos el amor a los animales. Un niño no nace odiando a los animales, su inclinación natural es la de proteger y cuidar su entorno que le rodea; esas prácticas son aprendidas y luego son reproducidas.

En el ámbito de la violencia doméstica los niños pueden aprender que los animales pueden ser maltratados

En el ámbito de la violencia doméstica los niños pueden aprender que los animales pueden ser maltratados y que esa conducta agresiva que ellos ven en sus padres puede llegar a ser aceptable contra los humanos y en eso consiste la alta peligrosidad en este tema y cómo no se ha trabajado bien porque no hay una cultura del trato con los animales que debe ser cultivada en el propio hogar.

P. Las nuevas tecnologías han ayudado mucho a visibilizar esta causa y a que los cubanos preocupados por los animales se organicen. ¿Cómo lo ve?

R. Las redes sociales han jugado un papel fundamental, porque aunque este problema ha existido siempre las redes sociales lo han visibilizado; han facilitado que en Cuba las personas sepan lo que ocurre, cómo los animales son maltratados, son agredidos sin que haya ningún tipo de protección hacia ellos. Es un tema que ha calado hondo y ha hecho que muchas personas participen, siendo parte y voceros de la protección a los animales. La causa animalista es una una iniciativa que ha surgido desde la propia ciudadanía, que le está exigiendo a las instituciones que actúen para proteger a los animales.

P. Cómo ha sido el contacto y la interacción con las autoridades hasta ahora cuando han planteado sus demandas como protectores ya sea en las calles, frente a entidades como Zoonosis o en reuniones oficiales?

R. En lo personal debe decir que con Zoonosis he tenido algunas buenas experiencias y otras malas. Aunque existen en Zoonosis algunas decisiones administrativas dentro de las estructuras internas que pueden ser tenidas en cuenta, lo principal es aprobar una ley que establezca los principios y la política estatal respecto al bienestar animal en Cuba.

P. Ha creado la red Bienestar Animal en Cuba (BAC). ¿En qué consiste? ¿Cómo se puede ayudar?

R. Recientemente he lanzado esa red donde las personas se sientan parte. Me gusta enfatizar que se trata de una red no de un grupo ni de una asociación u organización. La red busca involucrar a todas las personas, hasta aquellos que ni siquiera pueden tener un perrito en su casa. Yo mismo he tenido experiencias negativas con mi familia que me han pedido que no traiga más animales a la casa. Por eso invitamos a todos ya sea brindando agua y comida o pasando tiempo con un animal, sean parte de esta iniciativa. Eso es lo que más ha gustado y ya tenemos más de 200 colaboradores. Tratamos que las ayudas se realicen en la zona donde viven los colaboradores para que estas actividades no interrumpan otras obligaciones con el estudio o el trabajo.

Conozco varios refugios, de hecho en un futuro quisiera tener uno a mi cargo. A veces se hace inviable mantener un refugio, sobre todo en un país como Cuba donde hay tantas necesidades. Solo por la cantidad de personas que se requiere y por el tema de la alimentación puede ser insostenible. La red pretende también aliviar el trabajo de los refugios, que las personas brinden sus casas como lugares de tránsito hasta que aparezca quien pueda adoptar al animal. De esta manera se distribuye mejor la responsabilidad que hoy cae sobre estos refugios.

P. Si tuviera que evaluar la actual situación del maltrato animal en Cuba, donde la nota 10 fuera muy poco maltrato y 0 muchísimo maltrato: ¿Dónde ubicarías a la Isla y por qué?

R. Si yo fuera a calificar al país en el tema del bienestar animal en una escala de 0 a 10 yo le daría una calificación de 2. Pero no me refiero solo al Estado, aunque tenga muchísima responsabilidad en el asunto. Esta calificación va también con la población, con las personas donde hay mucho por hacer en cultivar el amor hacia los animales. Si bien es cierto que a nuestra sociedad le falta mucho, hay que reconocer que en los últimos tres años se ha hecho el trabajo que no se hizo en décadas, aunque aún no estamos satisfechos.

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