"Trabajador serio y decente busca empleo"

Un salón de los Testigos de Jehová en La Habana. (Cortesía)
Un salón de los Testigos de Jehová en La Habana. (Cortesía)
Zunilda Mata

17 de noviembre 2016 - 13:14

La Habana/Discriminados por décadas, los Testigos de Jehová cubanos acaban de inaugurar una bolsa de empleo que apuesta por “la honradez y decencia” de su gente. La base de datos “es una oportunidad para anunciar las habilidades que tengan los hermanos en distintas profesiones y oficios”, asegura Tamara Sánchez, una de sus gestoras.

Como una “iniciativa privada” aunque vinculada a la comunidad religiosa, la joven describe el nuevo proyecto para conectar al sector privado con trabajadores “serios y decentes”. Las estrechas relaciones dentro de la congregación son un punto a favor para que la información se transmita con rapidez.

“Cuando busco trabajo con el Estado y se dan cuenta que soy Testigo de Jehová me ven como un bicho raro”, comenta Mario Francisco, un graduado de enfermería. “Sufrí mucho en la escuela. Me apartaban porque no era pionero y no me ponía pañoleta”, recuerda.

El joven labora en el sector privado como cuidador de ancianos. Considera que la nueva bolsa de empleo podría ser “una manera de borrar prejuicios”. Cuenta que solo acepta trabajo en familias que compartan sus creencias porque se siente “más respetado”.

“Cuando busco trabajo con el Estado y se dan cuenta que soy Testigo de Jehová me ven como un bicho raro”, comenta Mario Francisco, un graduado de enfermería

“Por favor, si usted no es testigo, no llame para inscribirse (…) aunque no dudamos de que sea una persona honrada, no podremos aceptar su inscripción”, aclaran los gestores de la bolsa de empleo. El proyecto solo está enfocado en aquellos que “se les hace muy difícil conseguir trabajo por lo crítico que están los tiempos”.

La relación del Gobierno cubano con los Testigos de Jehová ha sido tensa desde la llegada al poder de Fidel Castro. A muchos los internaron en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) que funcionaron en la Isla entre 1965 y 1968, mientras que otros fueron empujados a la clandestinidad y al exilio.

La ojeriza oficial se mantiene hasta el día de hoy, pero desde hace algunos años las autoridades expiden permisos para que la congregación abra salones de encuentro. “Se nos permite reunirnos pero no hay un reconocimiento público de que existimos, que estamos aquí y no somos criminales ni malas personas”, apunta el enfermero.

El estigma se siente con fuerza en la vida docente y laboral. “No hay un solo Testigo de Jehová que sea gerente de un hotel, administrador de una tienda en divisas o funcionario estatal”, asevera Mario Francisco. En su opinión, este grupo sigue siendo visto como “no confiable” para ciertos puestos de responsabilidad.

El último informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo (2014), difundido por el Departamento de Estado de Estados Unidos, revela que las autoridades cubanas continuaban controlando las actividades de los grupos religiosos de la Isla. Entre los más afectados estaban los Testigos de Jehová.

A pesar de que la Constitución, vigente en la Isla desde 1976, promulga que “el Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa”, la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista vigila férreamente los permisos para la construcción de nuevas casas de culto

A pesar de que la Constitución, vigente en la Isla desde 1976, promulga que “el Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa”, la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista vigila férreamente los permisos para la construcción de nuevas casas de culto.

Los excesivos controles han fortalecido las redes informales que sirven a los Testigos para difundir sus creencias de puerta en puerta, ayudarse mutuamente en caso de necesidad o advertirse de peligros. Ahora han extendido esas redes a la búsqueda de empleo.

A través de una llamada telefónica, un mensaje de texto o un correo electrónico remitido a los organizadores de la nueva bolsa de trabajo, los interesados remiten sus habilidades profesionales y datos de contacto. El proyecto cuenta con dos bases de datos, una pública y otra privada.

La información pública podrá leerse en sitios de clasificados al estilo de Revolico y otros que circulan en el paquete semanal. Las ocupaciones aceptadas superan la veintena e incluyen desde la plomería hasta la cocina, la limpieza, la medicina y la orfebrería.

“Muchas veces alguien nos pide un trabajador serio, honrado y responsable para un empleo y no tenemos maneras de localizar al hermano ideal para ese trabajo” explican sus promotores. El listado favorecerá a quienes hasta ahora se han visto perjudicados por los prejuicios.

“Los testigos que sean contactados para un posible trabajo serán debidamente interrogados sobre sus creencias y su fidelidad en el servicio de Jehová”, aclaran. Una prueba que a Mario Francisco le parece necesaria. “Cuando me preguntan por mis creencias religiosas, normalmente es para no darme el trabajo… pero en este caso voy a responder sin miedo la pregunta”.

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