La Habana ha muerto y no pude asistir a su agonía
Opinión
La ciudad ha pasado de la lista de los pendientes a la de los imposibles
Panamá/Con los pulmones cansados de soplar tantas velitas en la torta de cumpleaños, 81, veo necesario volver a hacer la lista de asignaturas pendientes para buscar la manera de aprobarlas. No es fácil, porque la resistencia física menguó, el andar se enlenteció, el equilibrio no es el mismo y la salud ha mandado avisos que hay que tomar en cuenta.
La materia pendiente que más me perturba es la de no despedirme de La Habana, ciudad que amo como a una vieja meretriz que me ha regalado momentos inolvidables de intensa pasión. Nunca conocí una Cuba floreciente, solo pude ver una Cuba decadente que, despeñándose, emanaba el aroma, el sonido y la luz que la hacen única e inolvidable.
La Habana, en su agonía, rechaza que vaya a tomarle la mano
Amigos cuyo juicio respeto me han advertido de que no debo viajar porque la inmundicia que se acumula en las calles ha despertado enfermedades dolorosas, porque la buena comida escasea, la asistencia médica brilla por su ausencia y que los esporádicos momentos en que hay suministro eléctrico, alumbrones les dicen, traen inconvenientes insalvables como que las heladeras dejen de mantener frescos los pocos alimentos que hay.
Al escuchar y leer los datos que oigo y veo colijo que me voy a tener que acostumbrar a que La Habana ha pasado de la lista de los pendientes a la de los imposibles. Que La Habana, en su agonía, rechaza que vaya a tomarle la mano como he podido hacer con mi hermana Rita y mi amigo Juan José. Ha asesinado mi esperanza de octogenario de hacerme una escapada desde Panamá en enero, con alguien que me asista en la ceremonia del adiós, que me sostenga al subir y bajar la escaleras, al caminar inseguro por las aceras irregulares, al entrar y salir de los autos que se va transformando en acrobacia. Es triste decir que en este breve itinerario en una sola dirección de mi vejez, La Habana me abandonó a mitad del camino. Para mí La Habana ha muerto asesinada por su peor gente.