Un lado oscuro de lo que lees en Facebook
Miami/El fin de semana pasado me encontré en Facebook uno de esos comentarios tontos que te dejan pensando. Un internauta preguntaba con toda la seriedad del mundo si "el tiempo invertido en Facebook contaba para su retiro". Las carcajadas virtuales no se hicieron esperar.
Lo cierto es que el éxito de Facebook como plataforma para conectarnos ha logrado cada vez más tragarse nuestro tiempo como un agujero negro sin retorno.
Lo que comenzó siendo una herramienta de relacionar seres humanos se ha convertido en sinónimo de internet.
Según las empresas Similiarweb y Alexa, que se dedican entre otras cosas a clasificar las páginas de internet más populares por cada país, Facebook es el tercer sitio web más visitado en el mundo, por detrás de Google y Youtube.
Cuba, a pesar de tener una incipiente penetración de internet, no es la excepción. De hecho, en entrevistas recientes hechas en puntos de wifi en La Habana muchos entrevistados juraban que jamás habían visto internet, que lo único que ellos conocían era Facebook.
Cuba, a pesar de tener una incipiente penetración de internet, no es la excepción.
Los medios de prensa más influyentes del mundo han tomado nota de estos nuevos hábitos nuestros y van a Facebook a publicar sus noticias y comentarios, y hasta canales enteros de televisión trasmiten en la red social en tiempo real.
Una plaza donde se reúnen diariamente más de 1.500 millones de personas difícilmente puede ser ignorada por los medios, que como parte central de su misión está llegar con su información a la mayor cantidad de personas posibles.
Nosotros, como consumidores de información, damos la bienvenida a la variedad y facilidad de acceso a la información que nos provee Facebook, pero hay un lado oscuro y al mismo tiempo sutil en esta última frase: "… que nos provee Facebook".
La clave está en que Facebook decide qué información te presenta en tu muro y cuál no. Y aquí hay una función editorial que se transfiere de las salas de redacción de los medios de prensa, blogs y creadores independientes de contenido a un grupo de empleados de Facebook.
Muchos teníamos la impresión, guiados por lo que Facebook nos ha reportado, de que la información que le llegaba al consumidor dependía de un algoritmo mágico y un tanto mítico de la red social que era resultado de las páginas a las que le habías dado "me gusta" o de las historias que tus amigos le han dado "me gusta" o han compartido… Así, las historias más compartidas se volvían virales o tendencia.
Pero recientemente, un escándalo relacionado con la campaña de las elecciones presidenciales en Estados Unidos ha destapado que supuestamente empleados de Facebook suelen suprimir contenido de los medios conservadores y favorecen artículos de tendencia más liberal.
Supuestamente empleados de Facebook suelen suprimir contenido de los medios conservadores y favorecen artículos de tendencia más liberal
A raíz de estas acusaciones Mark Zuckerberg tiene previsto encontrarse la semana que viene con un grupo de líderes políticos estadounidenses y ha lanzado una investigación interna para estudiar el tema.
La caja de Pandora se ha abierto y la realidad de que la información que consumes en Facebook no solo la decides tú comienza a ser un tema de debate.
El hecho es que aunque queramos abarcar mucho, en las redes no hay forma de abarcar tanta información en nuestro tiempo limitado, así que siempre veremos una parte reducida de la información existente.
El peligro es que nos llevemos la ilusión de que somos nosotros los seleccionadores de la información que consumimos en Facebook, cuando realmente un algoritmo detrás de la escena está decidiendo qué mostrarte en tu muro. O peor aún: un grupo de personas con sus prejuicios e inclinaciones políticas decide lo que lees.
Y no, el tiempo dedicado a Facebook no cuenta para tu retiro.
Nota de la Redacción: Clive Rudd Fernández es director digital del sitio Martí Noticias.