Detenidos en Artemisa cuatro ladrones de ganado que iban armados
Los agentes de la Policía se incautaron de un arma de fuego, municiones para una segunda arma no identificada y la carne de un animal, guardada en sacos dentro de una nevera
La Habana/La Policía de Artemisa detuvo este viernes a cuatro personas involucradas en un caso de robo y sacrificio de vacas en la finca El Chorro, ubicada entre los municipios de San Cristóbal y Candelaria. En el momento del arresto, efectuado a las 4:00 am, los agentes se incautaron de un arma de fuego, municiones para una segunda arma no identificada y la carne de un animal, guardada en sacos dentro de una nevera.
La zona de El Chorro es una de las más afectadas por la delincuencia en la provincia, según una nota publicada por el periódico local, y no es la primera vez que los vecinos reportan hurtos y sacrificios de reses. El lugar de los hechos está enclavado en la "franja sur artemiseña", señala el diario, un escenario delictivo que "suele extenderse incluso por el este, hasta terrenos de Artemisa, y por el oeste, a zonas de Los Palacios y Consolación del Sur", en Pinar del Río.
Junto a San Cristóbal, municipio cercano a la finca El Chorro, las localidades de Bahía Honda, Caimito y Artemisa –ganaderas por excelencia– van a la cabeza en las estadísticas de delitos vinculados con el sector ganadero.
Alcides López Labrada, delegado provincial de la Agricultura en Artemisa, definió a la finca El Chorro como un "punto de confluencia de malhechores dedicados a estas actividades". La Policía aún está investigando el hecho.
La inacción de los cuerpos locales de Policía ha conducido a la creación de grupos de custodios para vigilar el ganado
Las condenas judiciales –hasta 10 años por sacrificio ilegal– no han sido efectivas contra la red de delitos relacionados con la ganadería. En Villa Clara, por ejemplo, el año 2022 cerró con la inédita cifra de 12.237 cabezas de ganado robadas o sacrificadas, un incremento del 200% con respecto a 2021.
Por otra parte, la inacción de los cuerpos locales de Policía ha conducido a la creación de grupos de custodios para vigilar el ganado. El problema ha alcanzado una relevancia tal, que la prensa oficial ha dedicado varios reportajes a analizar las razones del repunte de este tipo de delitos.
A esto se suma la circunstancia de que no todos los crímenes son denunciados, pues la mayoría de los productores se encuentran, a su vez, violando la ley en algún aspecto vinculado a la producción y no les interesa que la Policía investigue la situación. Otro problema es la muerte de las reses por falta de agua, comida y medicamentos, un flagelo que ocasiona en algunas provincias, como la propia Villa Clara, casi tantas bajas como las que causan los robos y sacrificios ilícitos.
La crisis económica y el desabastecimiento del país ha motivado un alza general de la delincuencia. Ahora, además de episodios aislados o individuales, muchos ladrones se organizan en bandas que calculan cuidadosamente dónde cometerán el delito, estudian la manera más discreta de matar al animal y cuentan con un mercado negro dispuesto a recibir la carne.
La deficiente protección de las fincas, por ausencia de cercas y alambres, facilita el trabajo de los ladrones. Por su parte, a los campesinos les está prohibido el uso de armas de fuego, por lo que deben recurrir a machetes y escopetas artesanales para defenderse.
Las Tunas, otra de las provincias más maltratadas por los ladrones, registró el año pasado el robo de 5.305 cabezas de ganado. La solución de los directivos de agricultura de la zona fue también "comprometerlos" para crear brigadas de custodios con cierto "apoyo" del Ministerio del Interior.
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