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"Continuar esto sin Fidel no es fácil, no es fácil"

Cuba

Una entrevista al cantautor cubano Silvio Rodríguez, en portada de la revista 'Rolling Stone' en español

Silvio Rodríguez en su concierto en la Universidad de La Habana, el pasado 19 de septiembre. / 14ymedio
14ymedio

22 de octubre 2025 - 12:29

Madrid/Toda la portada de la edición en español de la prestigiosa revista musical estadounidense Rolling Stone es la cara de Silvio Rodríguez, que a sus casi 79 años acaba de publicar Álbum Blanco para Silvio Rodríguez, un disco integrado por once temas inéditos del cantautor cubano, creados entre fines de los años 60 y la primera mitad de los pasados 70, y que fue presentado este lunes en La Habana.

La entrevista, publicada este martes por el medio y reproducida este miércoles por Cubadebate, está realizada por el propio director del medio, Diego Ortiz, en la casa que el trovador posee en La Habana y es un muy extenso diálogo que gira en torno a la cultura de Rodríguez, sus influencias en la música y la poesía o la historia de la denominada Nueva Trova Cubana de la que ya es casi uno de los pocos representantes vivos y activos.

Inevitablemente, la política se impone en el caso de Rodríguez, y lo hace hasta tal punto que una entrevista tan netamente centrada en lo musical está titulada con la cita “Las revoluciones no son perfectas, son necesarias”. En el diálogo, el trovador –que también fue diputado en el Parlamento cubano– deja claro que su admiración por Fidel Castro sigue intacta.

“Desilusionado de la Revolución nunca me he sentido, jamás. Desilusionado de alguna gente, sí, por supuesto”

“Fidel era un tipo genial, eso no cabe duda, fue un hombre cultísimo. Fidel era un intelectual, un abogado intelectual, leía como loco, sabía de todo, se informaba muchísimo. Y tenía un carisma, una historia, una trayectoria incuestionable. Continuar esto sin Fidel no es fácil, no es fácil. Pero es que tiene que ser así, tiene que ser así”, relata. Responde el artista a la pregunta interrumpida del entrevistador, en la que se atisba una comparación del régimen cubano y venezolano con las dictaduras de derechas del siglo pasado en América Latina. 

“Las revoluciones no son perfectas, son necesarias. Quienes las hacen son seres humanos como tú y como yo, que no son perfectos, entonces, en una zona de la revolución, tú ves que ocurren maravillas y en otra están haciendo disparates”, disculpa Rodríguez, para quien no existe un sistema perfecto, ni el capitalismo ni el socialismo, al que considera aún sin desarrollar y cuyo despliegue debería adaptarse a las condiciones de cada país. 

El trovador considera, en este punto, que Cuba no ha podido hacer lo que hubiera deseado por las medidas de EE UU. “Cuba es un país que ha sido, más que bloqueado, yo te diría que torturado. Ha estado sometido a una tortura muy consciente, intencionadamente perversa, por un imperio en decadencia, pero extraordinariamente poderoso, que tiene el control de prácticamente todo en el mundo occidental y somos, geográficamente, parte del mundo occidental y estamos a 90 millas de esa gente”, especifica.

El trovador, en cambio, rechaza muy claramente que el bloqueo haya afectado a su carrera como artista cuando el entrevistador le pregunta si cree que no ha estado en los Grammy Latinos por ese motivo. “Ellos me invitaron, no me acuerdo si fue en el 2015 o en el 2016, o en el 2014. Ellos me invitaron a entregarme un Grammy por la Excelencia Musical”, razona. Según su testimonio, la organización quiso que viajara a Las Vegas para recoger el galardón, algo que a él le pareció “tentador”, por no haber estado nunca, pero que tuvo que rechazar por los compromisos que tenía. “Les pregunté si ellos podían darme el Grammy en un concierto de barrio, que los invitaba a que vinieran a Cuba para eso, y me dijeron que no, que era un lío para ellos, porque si lo hacían por una persona de ir a otro país, tenían que hacerlo por otra”, explica. 

Portada de la revista 'Rolling Stone' en español, con la entrevista a Silvio Rodríguez. / Rolling Stone

Aunque Ortiz insiste en que es llamativo que alguien de su trayectoria no tenga varios premios de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación, con sede en Miami, Rodríguez insiste en evitar confrontación sobre este punto. “Ellos me tuvieron en cuenta esa vez, y es bueno que se sepa que no pudimos encontrarnos, sencillamente”, argumenta, y puntualiza que tampoco él tiene un perfil que se corresponda con el de estos premios. “No tengo nada en contra de ese mundo, está muy bien que exista, eso es parte del entretenimiento de la gente, además hay muy buenos, extraordinarios artistas en ese mundo, sin duda. Pero no es lo mío”.

Rodríguez repasa algunas otras cuestiones, incluyendo sus tiempos en el Ejército –hizo el servicio militar activo y estuvo en Angola como voluntario, pero considera a las Fuerzas Armadas cubanas defensivas y no ofensivas–, su amistad con Gabriel García Márquez, las raíces ideológicas de la Nueva Trova –que sitúa en Bob Dylan y Atahualpa Yupanqui– y asuntos políticos diversos que van desde su opinión por el presidente del Gobierno de España hasta la guerra en Gaza. 

También cuenta que siendo muy joven tuvo un encontronazo con el oficialismo –mucho menor que los que, afirma, algunos sufren–, al que se sobrepuso enseguida. Tenía 21 años, el artista, cuando, recién terminado el SMA, lo ficharon para un programa de televisión musical. “De pronto, un día, por una discusión, me sacaron de la televisión, de la radio, me borraron de la radio de difusión nacional. Se prohibió que se pasaran canciones mías”, revela. Sin embargo, su conclusión fue que esas actitudes no eran representativas del sistema, sino de personas malintencionadas: “Este hombre no es la Revolución, y a mí no hay quien me bote de la Revolución”, se dijo. Y siguió fiel al castrismo. 

En los últimos años Silvio Rodríguez se ha mostrado moderadamente crítico con el Gobierno de Miguel Díaz-Canel y algunas de sus decisiones, y en esta entrevista no ha sido menos. Cuando le preguntan si se ha sentido alguna vez decepcionado con el sistema que apoyó, responde: “Desilusionado de la Revolución nunca me he sentido, jamás. Desilusionado de alguna gente, sí, por supuesto. Y ni siquiera desilusionado, sino sencillamente: “¿Qué le pasa a este?” [risas]. “¿Qué le pasa a este tipo?”, dice, a buen entendedor.

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