Los cubanos recriminan al Gobierno por la tardanza en recibir vacunas extranjeras

La Habana/La noticia de que este domingo se comenzará a aplicar la vacuna china Sinopharm a unos 400.000 residentes de la provincia de Cienfuegos ha caído como un jarro de agua fría para muchos cubanos que habían creído al pie de la letra la campaña de propaganda oficial desplegada por más de un año alrededor de los antídotos nacionales.

Ahora, el estupor y la sorpresa se han adueñado de muchos ciudadanos tras conocer las palabras de Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), quien explicó que el esquema de inmunización que se aplicará en Cienfuegos incluirá dos dosis de Sinopharm y una de refuerzo de Soberana Plus para "proteger con mayor rapidez a la población".

El cambio de discurso es significativo. Poco después de detectados los primeros casos de covid-19 en la Isla, el Gobierno apostó por desarrollar candidatos vacunales y argumentó esa decisión con conceptos como "soberanía", "independencia" y "más que una vacuna, es un país", que se difundieron ampliamente en la prensa oficial, las redes sociales y los hospitales.

Las quejas se centran, principalmente, en la demora en recibir vacunas extranjeras y el costo en vidas que ha traído aparejada esa decisión

Las declaraciones de Vérez fueron transmitidas por el canal local Perlavisión y reproducidas en otros medios de alcance nacional, pero hasta ahora ningún funcionario del Ministerio de Salud Pública ni del Ejecutivo ha ofrecido más detalles sobre tan sensible tema. Ese silencio ha encendido más los ánimos entre los ciudadanos que reclaman una explicación más detallada.

Las quejas se centran, principalmente, en la demora en recibir vacunas extranjeras y el costo en vidas que ha traído aparejada esa decisión. En febrero pasado se confirmó que las autoridades cubanas declinaron recibir las vacunas contra el covid-19 que distribuye el Fondo de Acceso Global para Vacunas (Covax) que planeó entregar más de 35,6 millones de dosis a 33 países de América Latina.

En lugar de eso, La Habana prefirió posicionarse como país productor y proveedor de su propio antídoto y continuó con el desarrollo de sus cinco candidatos vacunales, pero varios expertos advirtieron del riesgo de que podía quedar rezagada y conminaron al Gobierno a aceptar las vacunas de Covax para inmunizar, al menos en una primera etapa, al personal sanitario y a las personas más vulnerables.

En lugar de optar por una solución combinada de vacunas extranjeras y propias, el oficialismo justificó la decisión reiterando la opción de la soberanía y tildó de "insanos y azuzadores" a los medios independientes que, como 14ymedio, habían señalado que el país fue, de todo el continente, el que comenzó con más retraso el proceso de vacunación.

En un largo texto, el periodista Randy Alonso vaticinó en mayo pasado que la Isla sería la primera nación "del sur" que consiga completar el proceso antes de finalizar el año. "A los desesperados (genuinos o inducidos), a los venenosos y a los desconfiados les viene bien aquello de 'no por mucho madrugar se amanece más temprano'", remató entonces el presentador del programa Mesa Redonda. Unas afirmaciones que ahora los internautas están volviendo a publicar, para criticarlas duramente, tras el anuncio de la llegada del fármaco chino.

"Lo más triste es la cantidad de muertes evitables por una apuesta"

"Ya puedes borrar el tweet si quieres, que no fue así", escribió en su cuenta de Twitter el emprendedor Camilo Condis en referencia al mensaje publicado el pasado 18 de mayo por la periodista oficial Leticia Martínez Hernández. "Cuba será el primer país del mundo en vacunar a toda su población con vacunas propias. ¡Vivir para ver!", pronosticó entonces la reportera, encargada de reseñar las actividades públicas de Miguel Díaz-Canel.

"Lo más triste es la cantidad de muertes evitables por una apuesta", añadió Luis González, un internauta que aludió al repunte de casos positivos y fallecimientos que ha mantenido en jaque en los últimos meses al sistema hospitalario de la Isla, los servicios funerarios y los cementerios.

Otros, como un tuitero con el nombre de Pedro, recordó que la propaganda alrededor de las vacunas nacionales le evocaba la fallida "Zafra de los Diez millones, la producción de carne y leche para exportar, los planes del cordón de La Habana y toda la sarta de mentiras y fracasos por 62 años", todos proyectos rodeados de titulares triunfalistas pero que terminaron fracasando.

La comparación con otros planes fallidos impulsados por el régimen cubano ha sido frecuente entre las críticas a las vacunas cubanas

La comparación con otros planes fallidos impulsados por el régimen cubano ha sido frecuente entre las críticas a las vacunas cubanas. En abril pasado en una entrevista con este diario, el inmunólogo Eduardo López-Collazo, que dirige el Instituto de Investigación del hospital La Paz, en Madrid, advertía que apostar solo por las vacunas nacionales era "jugar a la ruleta rusa, porque se está hablando de la vida de la población de una isla entera".

López-Collazo equiparaba el maratón por lograr los antídotos cubanos con "un partido de béisbol" o la cosecha azucarera que Fidel Castro se empecinó en llevar a máximos históricos en 1970 y terminó hundiendo en la ruina a la economía de la Isla sin siquiera cumplir los planes oficiales. Lo hicieron "con esa soberbia que caracteriza a todas las dictaduras", subrayó el doctor.

"¿Ese tuit se puede considerar una noticia falsa? ¿Podrá ser acusada de violar el decreto ley 35?", preguntó otro comentarista sobre el texto de Martínez. En pocos minutos, cientos de críticas siguieron cayendo en las páginas y cuentas de los funcionarios públicos, los voceros oficiales y el Ministerio de Salud Pública. Todavía siguen sin respuestas.

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