Denuncian a una falsa enfermera en el hospital materno de Holguín
Holguín
Belkis Bauzá fue sorprendida haciéndose pasar por personal médico, mientras los maternos enfrentan carencias extremas en la Isla
Holguín/En un país donde los recursos médicos escasean y los centros sanitarios lidian a diario con carencias, el caso de una mujer que se hizo pasar por enfermera en el Hospital Lenin de Holguín ha encendido las alarmas. Según la denuncia publicada en el perfil oficialista Cazador Cazado, Belkis Bauzá fue sorprendida cuando simulaba realizar labores médicas sin tener diploma, curso alguno ni acreditación oficial.
El relato en redes detalla que, además del engaño, la falsa profesional montó su propio "negocio" dentro del área de partos, combinando el uso de camas hospitalarias con una venta improvisada de insumos sanitarios. "Esto no es rebusque, es jugar con la salud del pueblo", advierte la publicación en Facebook, que reclamaba sanciones "sin anestesia" para quien "lucre con las necesidades ajenas".
"Llevaba tiempo operando pero todo explotó porque le propuso una cama, pagada claro está, a la acompañante de una paciente y esta la denunció pensando que era una enfermera de verdad", cuenta a 14ymedio una fuente hospitalaria. "Este caso llegó a internet y se generó un escándalo porque alguien lo reportó a la Dirección pero eso pasa todos los días aquí, los trabajadores tienen que hacer su trapicheo para sobrevivir".
El Hospital General Universitario Vladímir Ilich Lenin de Holguín no escapa a los problemas que atraviesa la red de centros de ginecología y obstetricia en todo el país
Con sus pasillos a oscuras, los baños sucios y cada vez menos personal para atender a las embarazadas, debido al éxodo profesional y migratorio, el Hospital General Universitario Vladímir Ilich Lenin de Holguín no escapa a los problemas que atraviesa la red de centros de ginecología y obstetricia en todo el país. "Hay gente que trata de hacer con dignidad su trabajo pero eso es cada vez más difícil", reconoce la misma fuente.
"Nos falta personal de seguridad, camilleros, anestesistas y hasta pantristas", advierte. "Así es un milagro que sigamos trayendo niños al mundo aquí porque cada vez es más difícil".
El episodio con Bauzá llega en un momento en que la crisis de los maternos cubanos se hace cada vez más visible. En el Hospital Docente Ginecobstétrico Provincial José Ramón López Tabranes, en Matanzas, las embarazadas deben sortear también la falta de insumos básicos, como contó recientemente este diario. Allí Yamila, de 22 años, ya preparaba hace unos días su bolso para el parto no solo con la ropa del bebé, sino con jeringuillas, hilos de sutura, guantes, ventilador, cubiertos y hasta una palangana para bañarse.
El deterioro de las instalaciones es evidente: cucarachas en las paredes, camilleros fumando en las ventanas y consultas que priorizan a quienes llegan con "regalos"
El deterioro de las instalaciones es evidente: cucarachas en las paredes, camilleros fumando en las ventanas y consultas que priorizan a quienes llegan con "regalos" para el personal. Incluso embarazadas con riesgo, como Leticia —diabética y con sangrado—, relatan esperas de horas por falta de atención prioritaria.
La provincia de Matanzas ha pasado de registrar casi 8.000 nacimientos al año a poco más de 4.000 en 2024, con una tasa de natalidad de 6,6 por cada 1.000 mujeres, una de las peores del país. Migración de mujeres jóvenes, falta de vivienda, precios altos y salarios insuficientes completan el cuadro de una crisis que afecta tanto a la demografía como a la salud pública.
En este contexto, casos como el de Belkis Bauzá reflejan no solo la vulnerabilidad del sistema sanitario, sino también la pérdida de confianza de una población que, entre el miedo y la resignación, sabe que dar a luz en Cuba es hoy una carrera de obstáculos. En la lista de preocupaciones, la presencia de personal falso es solo otro riesgo que se suma a un panorama ya marcado por la escasez y el deterioro.