Díaz-Canel, la nota disonante en el concierto de Silvio Rodríguez

Crónica

Cuando el artista cantó "cuando la revolución se venga abajo", se oyeron algunos "ojalá" entre el público

El concierto, que empezó con 'Ala de colibrí', siguió un recorrido por los clásicos del músico.
El concierto, que empezó con 'Ala de colibrí', siguió un recorrido por los clásicos del músico. / 14ymedio
Darío Hernández

20 de septiembre 2025 - 08:19

La Habana/Silvio Rodríguez regresó a la escalinata de la Universidad de La Habana la tarde de este viernes después de más de veinte años sin cantar en ese lugar emblemático, y lo hizo con un concierto cargado de emociones, silencios incómodos y una exhibición de luces que contrastó crudamente con la realidad de apagones que vive el país. La apertura de su nueva gira latinoamericana terminó en un despliegue de policías que custodiaban, además de la tensa tranquilidad del público, a Miguel Díaz-Canel y su esposa, Lis Cuesta.

Desde bien temprano se notaba que no sería una noche cualquiera. “Había mucha seguridad para ser un concierto para jóvenes universitarios. En la entrada, había que someterse a un control antes de pasar al recinto.

El mandatario subió a un costado del escenario y saludó dos o tres veces al público. Muy pocos le devolvieron el saludo. En las azoteas de los edificios contiguos se notaba la presencia de agentes dentro de un amplio cordón de seguridad.

Díaz-Canel y Cuesta estaban a un costado del escenario, protegidos por agentes de seguridad.
Díaz-Canel y Cuesta estaban a un costado del escenario, protegidos por agentes de seguridad. / 14ymedio

Vestidos de azul o de verde olivo, los agentes del Ministerio del Interior rondaban todo el perímetro de la universidad. También estaban, cumpliendo con la tradición del régimen de infiltrar a sus agentes, entre el público y vestidos de civil, lo que no impidió algunos gritos de inconformidad con las autoridades del país. 

A Díaz-Canel alguno que otro le chifló, y cuando llegó el momento de que Silvio interpretara El necio, uno de sus temas más emblemáticos, la tensión volvió a asomar y se oyeron algunos atrevidos gritos de "ojalá" en respuesta al "cuando la revolución se venga abajo".

En la zona VIP estaban toda la familia del actor Jorge Perugorría y varios de los músicos López Gavilán. También Carlos Alberto Cremata, director de la Colmenita, entre muchos otros.

Junto a los estudiantes que solo disfrutaban de una música que forma parte del ADN sonoro de varias generaciones, estaban también quienes no resistieron la tentación de hacer del concierto un acto político. Entre las gradas ondeaban varias banderas de Palestina y, ya cerca del final, el propio Silvio cantó con un pañuelo palestino al cuello, colocado por su hija Malva. Fue antes de cantar La era está pariendo un corazón –otro de sus temas más famosos–, un momento que aprovechó para hacer una dura crítica a Israel por sus acciones en Gaza: “Pienso en ustedes y no acierto a comprender cómo olvidaron tan pronto el vaho del infierno”, dijo citando al poeta cubano Luis Rogelio Nogueras.

Silvio cantó con un pañuelo palestino al cuello, colocado por su hija Malva.
Silvio cantó con un pañuelo palestino al cuello, colocado por su hija Malva. / Cubadebate

En la escalinata se notaba la presencia de turistas latinoamericanos, atraídos por la música y el tumulto de estudiantes, y en el centro de la muchedumbre, un grupo reducido de espectadores movía una bandera del 26 de Julio.

El concierto, que empezó con Ala de colibrí, siguió un recorrido por los clásicos del músico que la gente coreaba pese a haber nacido la mayoría cuando el movimiento de la Nueva Trova ya era historia, aunque se veían también muchos cincuentones entre el público. 

En una entrevista con EFE días antes del concierto, Rodríguez, de 78 años, explicó que quería comenzar la gira en Cuba, y específicamente en la Universidad de La Habana, porque los estudiantes le habían dado esperanza: “me hicieron sentir esperanza cuando vi sus actitudes”, dijo, en referencia a las protestas contra el tarifazo de Etecsa a finales de mayo.

Muchos de los espectadores eran jóvenes, aunque se veían también algunos cincuentones.
Muchos de los espectadores eran jóvenes, aunque se veían también algunos cincuentones. / 14ymedio

También estuvo presente el recuerdo del apagón nacional de hace apenas una semana y del que todavía buena parte del país no se recupera, especialmente cuando los juegos de luces deslumbraban la escalinata gracias a dos gigantescos grupos electrógenos colocados con esmero horas antes. Entrevistado brevemente por 14ymedio antes de que comenzara el concierto, un vecino ironizó: “Esto es para que se le pueda ver el color azul al unicornio”.

La universidad fue anoche, sin duda, un espejismo de luz y música del que luego se regresaba a la oscuridad de La Habana. Cuando terminó el concierto, la gente empezó a correr en las calles en busca de una guagua para volver a sus casas y a los apagones.

En todo el perímetro de la universidad había policías y agentes del Ministerio del Interior.
En todo el perímetro de la universidad había policías y agentes del Ministerio del Interior. / 14ymedio

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