José Daniel Ferrer, exiliado en Miami, el Premio Carlos Alberto Montaner 2025

Oposición

“Mi compromiso con la libertad y la democracia será siempre sólido”

En octubre de 2025, Ferrer salió de Cuba en lo que se definió como un exilio forzoso, tras una solicitud del Gobierno de EE. UU. y aceptación formal del opositor
En octubre de 2025, Ferrer salió de Cuba en lo que se definió como un exilio forzoso, tras una solicitud del Gobierno de EE. UU. y aceptación formal del opositor / Redes Sociales
14ymedio

29 de octubre 2025 - 07:53

Madrid/El opositor cubano José Daniel Ferrer, actualmente en exilio en Miami, ha sido distinguido con el Premio Carlos Alberto Montaner 2025, concedido por el InterAmerican Institute for Democracy (IID) a personas que se destacan por su defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos en América Latina.

Este reconocimiento subraya la relevancia del trabajo político de Ferrer dentro de la disidencia cubana, y simboliza un respaldo internacional hacia quienes luchan contra el autoritarismo desde la diáspora.

“Me honra el InterAmerican Institute for Democracy al otorgarme el Premio Carlos Alberto Montaner 2025. Mi compromiso con la Libertad y la Democracia, fue, es y será siempre sólido. Es prioridad en mi vida, la de mi familia y hermanos de lucha”, escribió en redes el opositor

Este reconocimiento subraya la relevancia del trabajo político de Ferrer dentro de la disidencia cubana

El premio tiene sus raíces en 2010, cuando comenzó a entregarse bajo el nombre de Francisco de Miranda. En 2023 fue rebautizado para honrar al intelectual cubano que presidía el IID y que falleció ese año. Montaner representaba una tradición de crítica liberal, exiliada, contrapuesta al discurso oficial del régimen cubano.

Figuras reconocidas anteriormente incluyen a Armando Valladares, Jennie Lincoln, Luis Almagro, María Corina Machado, Ileana Ros-Lehtinen y Jorge Lanata, entre otros. 

Ferrer fue parte del grupo de los 75 disidentes encarcelados durante la Primavera Negra de 2003, con una condena de 25 años de prisión. En 2011 fue excarcelado y optó por quedarse en Cuba para continuar su trabajo en la oposición interna. Con el tiempo, su liderazgo en la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) lo convirtió en uno de los símbolos más visibles de la ciudadanía organizada para cambios pacíficos.

Durante años ha sido detenido, hostigado, golpeado y sometido a procesos judiciales bajo cargos fabricados como “desorden público” o “atentado”. A pesar de ello, mantuvo redes dentro y fuera de la Isla que sirvieron para sostener la crítica al régimen desde distintos frentes.

El opositor fue encarcelado en 2021 de nuevo, cuando intentaba participar en las marchas antigubernamentales del 11 de julio. Condenado a una pena de cuatro años de prisión, Ferrer fue excarcelado en enero de 2025 al formar parte del grupo de más de 500 personas que dejaron las cárceles cubanas con libertad condicional a consecuencia de lo que el Gobierno denominó un “gesto” con el papa Francisco, que había declarado este año como Jubilar. En realidad, se trataba de un acuerdo con EE UU triangulado por el Vaticano y en el que Washington se comprometía, a cambio, a sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. 

En octubre de 2025, Ferrer salió de Cuba en lo que se definió como un exilio forzoso

Una semana después de producirse este hecho, Donald Trump asumió la presidencia e incluyó al régimen de La Habana nuevamente en la lista el mismo día de la toma de posesión. En abril, tras la muerte del papa Francisco, Ferrer volvió a prisión por una decisión del Tribunal Supremo, que consideró que había vulnerado los términos de su libertad condicional.  

En octubre de 2025, Ferrer salió de Cuba en lo que se definió como un exilio forzoso, tras una solicitud del Gobierno de EE. UU. y aceptación formal del opositor. Al aterrizar en Miami, fue recibido con honores y le fue conferida la Medalla a la Libertad Truman-Reagan por su trayectoria.

Su exilio, aunque doloroso para muchos dentro de la disidencia que insiste en la lucha interna, le otorga una plataforma más segura para visibilizar la crisis cubana y articular alianzas regionales con instituciones democráticas.

El galardón a Ferrer no solo reconoce su pasado de sacrificio personal, sino que constituye una reafirmación del valor político del exilio cubano. El premio “encarna el espíritu de resistencia ante el autoritarismo, la defensa de la verdad y la esperanza de una Cuba libre y democrática”.

La elección de Ferrer en 2025 retoma el hilo que une su labor con la memoria intelectual de Montaner: dos generaciones de disidentes que, desde dentro o desde fuera, insistieron en que la Cuba futura debe descansar sobre derechos, pluralismo y libertad de expresión.

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