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"Cuando muere algún animal aquí adentro, se lo dan de comer a los demás"

La Habana

En el Zoológico Nacional de La Habana, los leones donados por Namibia están famélicos

Imagen del leopardo del Zoológico Nacional, en la capital. / 14ymedio
Darío Hernández

15 de agosto 2025 - 06:32

La Habana/Los animales del Parque Zoológico Nacional, en La Habana, se están muriendo, principalmente de hambre. Lo cuenta a 14ymedio un empleado del lugar, mientras enseña las jaulas de algunos animales, raquíticos. En una de ellas, un león, con la respiración cansada, ignora al visitante mientras se recuesta con trabajo sobre sus cuartos traseros, marcándosele todos los huesos.

“¿Carne? Carne no ven ellos hace tiempo. Desperdicios del matadero, es lo que les traen, y ni eso hay”. Y explica: “Nosotros tenemos un contrato con los mataderos, y ellos nos venden los desperdicios. Las cabezas de las vacas, las patas, las panzas, los pulmones, y eso es lo que se les dan a los animales”. Otra fuente de alimentación se da cuando “muere algún animal aquí adentro”, en cuyo caso se lo dan a los demás. Cerca, llama la atención un espacio donde la basura alterna con restos de animales muertos.

Un león, con la respiración cansada y las costillas marcadas, ignora al visitante mientras se recuesta con trabajo. / 14ymedio

Antes, prosigue el hombre, era otra cosa. “Todas las semanas se mataban hasta 20 caballos, pero ya no hay ni combustible para buscar los caballos ni dinero para comprarlo”. La situación es evidente, aunque el trabajador no diga nada. Pero lo dice, con todas sus letras: “Estos animales están pasando una terrible situación. Estamos en muy malas condiciones. Se pasan hasta dos días sin comer”.

La gravedad es tal, que algunas especies se han perdido. “Ya no hay manera de recuperarlas”, dice resignado, “a no ser que Namibia vuelva a hacer una donación, y eso no va a pasar nunca”. El trabajador se refiere al convenio que firmó Cuba con el país africano en 2012, mediante el cual enviaron al Zoológico Nacional un total de 146 animales, de 23 especies, en una operación que el oficialismo llamó Arca de Noé II. “La más grande donación de animales que ha hecho un país a Cuba en toda su historia”, definía la prensa oficial en aquellos días. El empleado asegura: “Ya quedan muy pocas de las que trajeron”.

La guagua que recorre la zona de safari está fuera de servicio casi todos los días. / 14ymedio

Por otra parte, leones, cebras, rinocerontes y otros animales de África, las especies que más razón de ser dan a un zoológico, no se pueden visitar entre semana en el Zoológico Nacional de La Habana. La guagua que recorre la zona de safari, dice la recepcionista a cada cliente que se acerca a la taquilla este jueves, está fuera de servicio casi todos los días. “Están tratando de asegurar viernes, sábado y domingo, pero más sábado y domingo, por el problema del combustible”, explica la mujer. “Sólo están disponibles las aves, algunos carnívoros y los primates”.

Los pájaros están en una situación algo mejor, aunque no albergan gran variedad. El zoológico cuenta con un centro de aves que permite criar. “La mayoría de estas especies comen pienso, algunas comen frutas”, explica una veterinaria mientras pasea entre tucanes, flamencos o faisanes. A los pájaros que se alimentan de proteína, eso sí, no les va tan bien. “Tuvimos que soltar un coco, quedaba uno solo, porque él comía pescado”, relata la doctora.

Los pájaros están en una situación algo mejor, aunque no albergan gran variedad. / 14ymedio

Si hay un aspecto salvable de la visita de este diario al recinto es la limpieza de animales y jaulas. Una de las limpiadoras explicaba a los visitantes cómo se mueve a los animales de un habitáculo a otro cuando hay que asear en el que están normalmente.

“Es verdad que todo el tiempo se ven trabajadores chapeando, limpiando con agua y escoba”, observa una habanera que este jueves llevó a su hijo y se quedó decepcionada de los servicios y el aspecto de los animales. “Obviamente los pobres están famélicos, decaídos, buscando los pocos pedazos de sombra que tienen”. 

Para disimular la escasez de especies, reparten los especímenes. Así los babuinos, por ejemplo, repetidos en cuatro o cinco jaulas. 

Para disimular la escasez de especies, reparten los especímenes. Así los babuinos, por ejemplo, están repetidos en cuatro o cinco jaulas.  / 14ymedio

En cuanto al resto de servicios, sí han mejorado levemente respecto a años anteriores. Las cafeterías, que estaban en reparación, están siendo gestionadas, desde hace tres días, por mipymes. A la venta, “lo de siempre”, refiere un visitante. Cerveza, refrescos, pizza, pan con jamón, perro. A pesar del ruido ensordecedor que salen de las bocinas en esos establecimientos, con música repartera a todo volumen, es en esa área donde se concentran los visitantes del parque.

"Cuando muere algún animal aquí adentro, se lo dan de comer a los demás"

La siguiente área más frecuentada es el parque de los niños y la monta de ponis y caballos. El lago donde se rentan los botes tiene menos afluencia. El precio de la entrada del zoológico –200 pesos– incluye uno de esos servicios recreativos.

Recorrer todo el parque, sin más remedio a pie, es desolador. Muchas de las jaulas y los terrenos, enclavados por lo demás en un terreno paradisiaco, en Boyeros, están vacíos. Las huellas de las especies perdidas y que no volverán.

Llama la atención un espacio donde la basura alterna con restos de animales muertos. / 14ymedio
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