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"A veces, no logramos acopiar ni los 50.000 litros diarios de leche para los niños en Camagüey"

Camagüey

La producción en la provincia reina de la industria lechera cae a mínimos históricos

En Camagüey, la provincia más productora de leche antaño, hace tiempo que el producto no se da para las dietas médicas. / Adelante
14ymedio

09 de junio 2025 - 07:44

Madrid/La caída, año tras año, de la industria lechera en Camagüey, que en su día fue la provincia reina en este sector, augura tiempos aún peores. “Si la disminución sigue al paso que va, en tres años los niños de la provincia recibirán la leche cada tres días”, advierte el diario oficialista Granma en una nota dedicada al asunto cuya primera parte se ha publicado este lunes.  

El texto no es muy revelador en cuanto a datos. El medio del Partido Comunista insiste en una fórmula que aplica en numerosas ocasiones, la de ofrecer números incompletos que impiden cuantificar la gravedad de la situación. Al menos por el momento. Se explica que, para cumplir con todos los grupos priorizados es necesario recoger 90.000 litros al día, de los que al menos 50.000 son para los niños (entre 18 y 33 millones al año).

“Hace varios años en Camagüey no se pueden entregar las dietas médicas”, cuenta René Mola Valera, director de Acopio, que añade que, “a veces ni esa cantidad [para niños] se puede acopiar”.Se deduce de este comentario que la producción diaria llega a caer a veces por debajo de los 50.000 litros.

También indica la nota que hay 9.321 productores, de los que 7.299 tienen contratos con el Estado. Un 36% de estos, es decir, 2.623, no cumplen con lo pactado actualmente, alega el directivo. Esto supone que 516.646 litros de leche “no llegaron a su destino”, aunque al artículo no precisa a qué período de tiempo corresponde este déficit y tampoco dice qué cantidad sí se entregó. La cuestión no debe ser menor, ya que Granma confiesa que “los números realmente resultan alarmantes y suponen una alerta a la que no siempre se presta toda la atención”, pese a lo cual, no se dignan a facilitarlos.

También indica la nota que hay 9.321 productores, de los que 7.299 tienen contratos con el Estado. Un 36% de estos, es decir, 2.623, no cumplen con lo pactado actualmente

Uno de los datos aportados es que casi mil productores contratados por el Estado –993, para ser precisos– no han entregado “ni un vaso de leche” en lo que va de año, lo que supone, reprocha la nota, que “296.473 litros no llegaron a la industria ni a los niños, los enfermos, o, de modo general, al pueblo”. Santa Cruz, Minas y Nuevitas son los municipios que más “incumplidores” concentran, más de la mitad. En Najasa, Jimaguayú, Guáimaro, Sibanicú, Camagüey y Vertientes, donde los volúmenes de entrega son mayores, cerca del 30% de productores tampoco llegan a lo acordado.

Poco sorprenden las razones que dieron los campesinos al diario oficialista: son las que llevan ofreciendo varios años, agravadas en los últimos tiempos. Aunque hay alguna novedad: los cambios que el Estado introduce siguen sin conducir a una mejora, e, incluso, empeoran las cosas. 

La nota explica que, tras varios años siguiendo un fracasado modelo de contratación directa con el productor, se decidió cambiar a otro. Ahora, la Empresa Láctea firma un contrato con la base productiva –hay 210 en la provincia– y es ella la que acuerda con el guajiro, cuya aportación, eso sí, se consigna individualmente. En el documento se hace constar la entrega mensual, en función de las vacas, y el pago por lo cumplido y “sobrecumplido”. 

“Sin embargo, hay bases que firman con el Lácteo a ciegas, sin conocer la realidad de sus campesinos, los nacimientos, las vacas gestantes, y luego vienen los incumplimientos”, reprocha ahora Granma, que también traslada a las bases los problemas de facturación. Como ejemplo, explica que una de ellas, Batalla de Jimaguayú, facturó enero y febrero el pasado 8 de abril. 

Según Mola Valera, el problema está en ese eslabón porque, sostiene, el Lácteo tiene 30 días para pagar y “muy pocas veces” se sale de lo establecido. “Se hace un gran esfuerzo, hoy esta industria tiene un crédito por pagar de 900 millones de pesos, que era de 600 hasta que comenzó la última contingencia energética, en la que perdimos miles de litros de leche. Tampoco había sal fundente para procesarla y hacerla queso, y nos atrasamos 20 días en el pago, por lo que hubo que pedir otros 300 millones al banco”, lamenta, ya que esas deudas lastran la economía de la empresa, los salarios y los pagos por utilidades.

"Tampoco había sal fundente para procesarla y hacerla queso, y nos atrasamos 20 días en el pago, por lo que hubo que pedir otros 300 millones al banco”

El decrecimiento de los planes queda en evidencia, ya que Mola Valera explica que tanto Jimaguayú como Najasa –que está entre los que entregan medio litro en vez de uno– sobrecumplen, a pesar de que aportan entre 15.000 y 69.000 menos que el pasado año. El diario se pregunta cómo son posibles “esos sobrecumplimientos excesivos” si se recoge mucho menos que en 2024, aunque la respuesta debe estar, por lógica, en las exigencias de la empresa, que a estas alturas sabe que los 90 millones de litros –y hasta 140, según algunos registros– que recogía en los años 80 son una quimera. 

En 2023, de hecho, tenía planificados 69 millones, que se quedaron en apenas 42. Se desconocen las cifras de cierre del pasado año, pero el Lácteo reveló en septiembre que los primeros siete meses del año habían sido ya nefastos. De enero a julio debieron alcanzarse los 26.311.900 litros y solo se acopiaron 22.124.000. Se sabe, por una nota publicada a principios de este año en la prensa oficial, que la aspiración para este año era de acopiar al menos 60 millones de litros, y este primer capítulo de hoy deja entrever que la cosa ya se avecina imposible.

Para ilustrar los problemas, Granma habló con un productor de Nuevitas, Omar Carrasco Palomino, que habla de las repercusiones de la sequía el pasado año. “Los animales no contaron con abundante agua. Había que buscarla y dependían de la que podíamos dar; para eso tampoco hubo suficiente combustible”, señala, aunque otra de las voces invitadas para el reportaje, la del presidente de una cooperativa del mismo municipio, afirma que se organiza el diésel para los que tienen mejores perspectivas de cumplimiento.

La bancarización también está en el punto de mira del guajiro. “A nosotros nos molestan mucho los impagos, a veces no tenemos de qué vivir y esta es nuestra forma de vida. No estamos en desacuerdo con lo moderno, pero el pago por tarjeta no es factible para nosotros”. Entre sus reproches, los del común de la población: buscar un banco, perder el día porque no hay efectivo o corriente.. “[En ocasiones] el viaje fue por gusto, pierdes el tiempo y el día de trabajo, y regreso sin el dinero para pagar a mis trabajadores. El campesino necesita efectivo”, reclama. 

”Estamos conscientes de la situación del país, cada vez que se nos pide un paso al frente lo damos, pero sin esas cosas resulta muy difícil”

Además, asegura, la tienda de Gelma, de donde los campesinos sacan los insumos necesarios para su trabajo, está vacía en su provincia. ”Estamos conscientes de la situación del país, cada vez que se nos pide un paso al frente lo damos, pero sin esas cosas resulta muy difícil”, lamenta.

Algunos de los directivos o cargos intermedios entrevistados para la ocasión dicen entender las dificultades e, incluso, al que acaba renunciando a ser productor porque el trabajo no le da para comer, perpetuando el problema del déficit de leche. 

Aunque también los hay que prefieren echar la culpa al guajiro, aunque sea con paternalismo. “También hubo muchos productores que no hicieron el diagnóstico mes a mes con las vacas, para conocer su masa y saber a cuánto podían llegar”, dice el presidente de otra cooperativa que, no obstante, reconoce que ha habido atrasos con los pagos, empeorando la situación. Granma, además, no duda en crear una categoría más, de la que no quiere ni ocuparse, al menos en este episodio y a la espera de lo que traiga el siguiente. “También están, desgraciadamente, los que prefieren no esforzarse para cambiar la realidad e incumplir, si, total, no pasa nada”. 

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