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El cubano Lester Lescay, exiliado en España, se prepara para "ir con todo" al Mundial de salto

Deporte

El santiaguero aspira a superar su marca personal de 8,35 metros y ponerse a la altura de otros cubanos que han representado al país europeo

Este año, el deportista obtuvo la nacionalidad española tras casarse con su pareja. / EFE
14ymedio

05 de julio 2025 - 13:44

La Habana/El saltador de longitud cubano Lester Lescay tuvo que esperar tres años para que, después de abandonar una delegación de la Isla en Belgrado y casarse con su novia en España, el país europeo le otorgara la nacionalidad. “A mí no me dieron la nacionalidad por el deporte, como ha pasado en otros casos. El camino ha sido diferente, pero al final he conseguido integrarme bien”, cuenta a OnCuba en una entrevista en la que su determinación de migrar figura como el parteaguas definitivo de su carrera.

“Me fui de Cuba porque no quería pasar mi juventud ahí”, empieza diciendo el atleta y la frase da título a la entrevista. Su trayectoria juvenil no es nada desdeñable: a los 15 años obtuvo el segundo lugar en el mundial sub-18 de salto de longitud, un año después ya saltaba más de ocho metros y a los 17 se coronó campeón de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. “Fue muy rápido, casi no tuve tiempo de asimilarlo, solo saltaba tratando de que una competencia fuera mejor que la anterior”, recuerda.

Pese a estar entre los mejores de la plantilla cubana, otros nombres destacaban por acumular mejores resultados, algo que el santiaguero de 23 años adjudica a la rapidez con la que algunos muchachos logran mejorar su técnica mientras otros van a un paso más lento. “No todos vamos al mismo ritmo, unos explotan antes que otros. A veces se pierde la paciencia muy rápido con los jóvenes, pero uno no puede desesperarse”, explica. Aun así, clasificó para los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020.

Lescay explicó que había sido justo después de los juegos en Japón que había determinado que su futuro no estaba en Cuba

En una entrevista concedida a Runners World dos años después y tras su fuga, Lescay explicó que había sido justo después de los juegos en Japón que había determinado que su futuro no estaba en Cuba. “Decidí que en cuanto hubiera un viaje, me iría de la Isla”, dijo. El mal estado del deporte cubano y la historia de su tía, Mabel Gay Tamayo –subcampeona mundial de triple salto en Berlín 2009 y bronce en el Mundial indoor de Estambul 2012– lo ayudaron a decidirse. “Fue buena deportista y vi que prácticamente desde que terminó no era nada”, añadió entonces sobre Tamayo, quien llegó a saltar 14,67 metros.

Integrarse en el deporte español no ha sido fácil para el saltador. Inicialmente, alega OnCuba, “no lo veía como una potencial incorporación a su selección nacional” y que no le concedieran la nacionalidad por ser deportista lo demuestra. No fue hasta el pasado enero que, pasaporte rojo en mano, Lescay fue avalado por el World Athletics para entrar al deporte profesional en España.

No obstante, el atleta no se queja. “Me quedé en una familia española súper buena que me acogió como uno más”, dice en referencia a la familia de su esposa. También recibió apoyo del club Playas de Castellón, del que ha formado parte desde que llegó a España. “Su ayuda ha sido crucial, porque cuando uno emigra no sabe cómo va a vivir. Es mucha incertidumbre y ellos siempre estuvieron ahí para mí”, valora.

Poco a poco, Lescay ha comenzado a sumar títulos representando los colores amarillo y rojo. Este año obtuvo el bronce en el Europeo de pista cubierta celebrado en Países Bajos. “Ese fue mi debut oficial con España, inolvidable, tanto por la medalla como por haber competido lesionado, casi sin poder correr. Tuve que infiltrarme para saltar. Lo más duro fue no poder disfrutar el evento, pero es un recuerdo feliz por el resultado”, estima.   

La marca Puma, que patrocina eventos y profesionales del deporte, también se interesó en el santiaguero, con el que firmó recientemente un contrato. 

Su primera decepción llegó con el Campeonato Europeo por Naciones, celebrado en la capital española, en el que quedó fuera de la primera división

Su primera decepción llegó con el Campeonato Europeo por Naciones, celebrado en la capital española, en el que quedó fuera de la primera división. “Es una lástima que aquí en Madrid no haya logrado dar el salto que los fanáticos estaban esperando. No fue un buen día, pero no por falta de piernas: simplemente no salió”, lamenta, pero sin perder el ímpetu: “Lo importante era aportarle puntos al equipo. No estoy triste, pero sé que podía haber hecho más”.

Sus planes también son ambiciosos para las próximas competiciones. “Si me cuido, mis límites están lejos”, dijo al medio, al que describió su plan para el evento más próximo en su agenda. “Está el Mundial de septiembre próximo en Japón, donde iré con todo. Ahí sí no habrá equipo de por medio: seré solo yo compitiendo, y si fallo, el daño será exclusivamente para mí”, explica.

No obstante, la prioridad del cubano, que ha logrado colarse en la escena deportiva española, es superar su marca personal de 8,35 metros, un salto que logró en 2024 en Guadalajara con Luis Felipe Méliz, otro de los exponentes cubanos del deporte que actualmente es su entrenador. Cuando dejó Belgrado en 2022, su máximo era de 8,28 metros al aire libre. 

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