El subsidio de Moscú a las empresas rusas para invertir en Cuba puede alcanzar los 160 millones de dólares
Cuba
"No somos una carga para la Federación de Rusia", asegura el ministro cubano del Comercio Exterior
Madrid/El capítulo 29 del podcast de Miguel Díaz-Canel, Desde la presidencia, escondía una sorpresa en medio de 45 minutos de retórica prorrusa y soviética. Entre la lucha contra el fascismo en los años 40, el asedio de Leningrado y los tesoros del Hermitage, Oscar Pérez-Oliva Fraga, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera en Cuba, fue el responsable de revelar cómo se llevará a cabo el mecanismo mediante el cuál las empresas rusas invertirán más de mil millones de dólares, según anunció la pasada semana el vice primer ministro ruso Dmitri Chernishenko.
El miércoles 7, la prensa oficial interceptó brevemente al alto funcionario ruso, hombre de Vladímir Putin para las relaciones con la Isla, quien anunció que se había acordado “subsidiar las tasas de interés” a los empresarios del país para estimular la financiación de proyectos en Cuba “en las esferas que más necesita, ante todo el suministro de energía eléctrica, la agricultura y el alumbrado”.
Las empresas rusas deben pagar un 21% de tipo de interés a los bancos por los créditos que les conceden, pero si lo solicitan para invertir en Cuba solo deberán pagar un 5%. El 16% restante, lo asumirá el Gobierno ruso, según explicó Pérez-Oliva en su intervención. Aunque no es posible saber cuánto de los supuestos mil millones comprometidos se materializarán, ni los plazos, ni las amortizaciones, con esa cifra se puede hacer un cálculo somero. En caso de que se invirtiera el dinero prometido a devolver en un año, el Kremlin estaría aportando 160 millones de dólares.
El ministro quiso, no obstante, subrayar que esto no supondrá un menoscabo para los rusos. “Nosotros no somos una carga para la Federación de Rusia, nosotros vamos a desarrollar acciones conjuntas, de beneficio mutuo, que sean sostenibles en el tiempo y que no incrementen los niveles de la deuda que hoy tenemos con la Federación de Rusia, que además, dicho sea de paso, todas estas acciones que se han realizado en los últimos años permitieron reordenar esa deuda y establecer puntos de partida para continuar una relación económica fluida”.
Pérez-Oliva contó la génesis del proyecto, fruto de un intenso trabajo de los últimos ocho años, pero concretado hace dos
Pérez-Oliva contó la génesis del proyecto, fruto –según Díaz-Canel- de un intenso trabajo de los últimos ocho años, pero concretado hace dos. “En el año 2023 se suscribieron cuatro documentos fundamentales, que crean las bases para el desarrollo de esta cooperación de manera más intensiva; y me refiero en particular al Convenio Marco para el desarrollo de las inversiones de empresas rusas en nuestro país, que tiene también una hoja de ruta para su implementación, la Agenda Económica Bilateral, y un plan al que se refirió el vicepresidente Chernishenko en su intervención, que se le llama Plan de las Líneas Clave de la Cooperación ruso-cubana hasta el año 2030”.
En su reciente visita a Moscú, donde asistió al desfile de la Victoria con el que Rusia conmemora el fin de la Segunda Guerra Mundial, Díaz-Canel tuvo un encuentro con Putin en el que se concretó el procedimiento especial para subsidiar las inversiones. “A partir de esa decisión, los proyectos conjuntos que están identificados tienen un monto estimado de mil millones de dólares”, sostuvo Pérez-Oliva, que afirmó que se espera agilidad en la concreción de los proyectos, sobre todo por la parte cubana, puntualizó. Los sectores en que se anunció la prometida inversión son el energético, el transporte, el turismo, el comercio, la agricultura y la agroindustria azucarera.
Más presente para lo retórico que para lo práctico, Díaz-Canel, aplaudió el “valor de ese gesto amigo” para fomentar que las empresas vayan a hacer negocios a Cuba, en medio de la “situación que también enfrenta la Federación de Rusia”, dijo, en evidente referencia a la invasión de Moscú a Ucrania. “Eso demuestra la voluntad y la disposición que hay para trabajar de conjunto con Cuba”.
Entre los muchos ejemplos que surgieron en el programa, se citó el interés ruso por apoyar en la reparación de las termoeléctricas, instalar más parques solares, seguir con la modernización de Antillana de Acero, avanzar en el ensamblaje de autos en la Isla y otras medidas, como financiación y donativos de medicamentos, combustibles e insumos y piezas para la industria. También se mencionó la empresa mixta de taxis Moskvitch en La Habana, la comercialización de productos de BioCubaFarma o los intercambios educativos, culturales y tecnológicos. Además, se anunció asesoría “en temas de administración tributaria y tesorería”, así como capacitación en “sistemas desarrollados por la Federación de Rusia, que son muy eficientes”, dijo el mandatario.
"Hoy podemos decir que el Gobierno ruso conoce y está sensibilizado con la situación de Cuba"
“Hoy podemos decir que el Gobierno ruso conoce y está sensibilizado con la situación de Cuba y nuestro diálogo fluyó en torno a ese tema en particular”, dijo Díaz-Canel, que pidió calma. “Hay muchas expectativas positivas y que realmente son altas, pero que hay que ponerlas en contexto y explicarlas bien porque, como el propio Chernischenko comentó, no existen los milagros, y está la voluntad política, está el deseo, está el compromiso, pero todo esto demanda tiempo y trabajo”.
El largo historial de acuerdos fracasados con Cuba en los últimos años pone en entredicho la concreción de todo lo anunciado y está por ver si los empresarios apuestan realmente por esas inversiones incluso con el 15% del crédito bonificado. Los incumplimientos, las deudas y la mentalidad anclada en el pasado han sido constatados por los propios rusos, pero Díaz-Canel reivindicó todo lo contrario. “Hay un reconocimiento de Cuba como un socio confiable, con capacidad de cumplir sus compromisos y obligaciones financieras. Se reconoce que existen firmados todos los documentos y la base legal que garantiza la voluntad y la disposición confirmada del empresariado ruso, para poder invertir en Cuba”.
Antes de finalizar el programa, y para evitar los posibles celos de Xi Jinping, el presidente dedicó un apartado a China, con la que Cuba mantiene, dijo, “una amistad de hierro”. Díaz-Canel agradeció la aportación del gigante asiático en energía y alimentos, reordenación de la deuda estatal y bancaria, oportunidades para el turismo, el transporte y la industria biofarmacéutica. “Xi Jinping mostró una sensibilidad, una comprensión de la compleja situación económica que atraviesa nuestro país, y la disposición de ayudar en la medida de las posibilidades de China”, agregó el mandatario, que no podía estar más feliz con el viaje.
“No se trató de un paseo: fue, sin dudas, un viaje a la memoria, al respeto, a las tradiciones de los amigos, y un viaje a las potencialidades más reales, desde las cuales consolidar vínculos de cooperación y solidaridad, esos que tanto necesita el mundo de hoy”, cerró.