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“Me siento como un reportero de guerra”

Lázaro Yuri Valle Roca. (14ymedio)
Luz Escobar

20 de junio 2015 - 16:36

La Habana/Hace un par de semanas, los vecinos se aglomeraron en los bajos de un edificio de doce plantas próximo a la calle Tulipán. “Se suicidó… Dicen que se ahorcó con su propio cinto”, corría el rumor entre ellos, a la vez que señalaban hacia el apartamento marcado con el 1ª. La presencia policial en la zona y las patrullas que rodeaban el lugar confirmaban que algo había ocurrido.

Algunos hombres vestidos de civil, que pertenecían al operativo, le detallaron a los curiosos: “fue el sobrino de Vladimiro Roca”. La información tardaría horas en ser desmentida y muchos aún no han comprendido que detrás del falso suicidio sólo se escondía una redada para impedirle a Lázaro Yuri Valle Roca salir a hacer su trabajo de periodista independiente. El mal gusto con que la policía política manejó el tema, mintiendo sobre la muerte de un hombre, compite en este caso con el atropello de sus derechos.

El pasado sábado, el reportero y activista remitió una carta a los representantes de Sociedad Interamericana de Prensa y Reporteros Sin Fronteras. En ella no sólo denuncia la represión sufrida por él, sino también lo que acontece contra “las Damas de Blanco, activistas opositores, periodistas, blogueros, foto reporteros y comunicadores independientes comprometidos con la lucha por los derechos ciudadanos”.

Este viernes, 14ymedio dialogó con Valle Roca en su casa para conocer los detalles de su situación y los motivos que lo llevaron a escribir esta misiva.

Pregunta. ¿Cuándo comenzó el hostigamiento con su persona?

Respuesta. A partir de que empiezo a cubrir las noticias sobre las Damas de Blanco y que capto en video las detenciones y las golpizas que reciben cada domingo. A partir de ese momento he sido objeto de golpizas. Me han golpeado en las piernas y una vez me fracturaron una costilla. Los oficiales de la seguridad me han dicho por lo claro “no queremos que vayas más a la Iglesia de Santa Rita, no queremos que salgan más imágenes ni grabaciones con el nombre ese de YuriTv que tú pones, no queremos que pongas nada más en tu canal de Youtube”.

P. ¿El peor momento?

R. El 9 de mayo me lanzaron un carro encima aquí en la avenida 26 y 41. Eran de más o menos las diez de la noche. Yo había ido a comprar cigarros. Luego fue el octavo domingo de represión de las damas que amaneció mi apartamento rodeado. Desde las dos de la mañana estaba la policía aquí y justificaron su presencia diciéndole a los vecinos que yo me había ahorcado. En realidad, yo estaba dentro de la casa con dos Damas de Blanco, a las que desde aquí les era más fácil llegar a Santa Rita. Así que íbamos a salir juntos.

P. ¿Fue muy fuerte conocer por boca de otros la noticia de su “propia muerte”?

R. Eso lo veo como la historia de “una muerte anunciada”. Me enteré porque me llamó el periodista Reinaldo Escobar a contarme lo que está pasando. Me dijo que estaba preocupado porque le había llegado la noticia de alguien que pasó y preguntó. Después de las declaraciones que le di, entonces me llamó también Radio Martí y una infinidad de personas, pero todo era falso.

P. ¿Y el domingo 7 de junio volvió a ser víctima usted de la represión?

R. La policía política me interceptó en la calle 28 entre 7ª y 9ª, en Playa. Fue un arresto muy aparatoso; sin explicarme los motivos, me inmovilizaron, esposaron y y me tiraron hacia la parte de atrás del carro. Después de varias vueltas me sacaron en el Parque Coyula y trasladaron a otro carro con cuatro hombres más. Cuando vine a darme cuenta estaba en Villa Marista. Donde fui advertido por un alto oficial y finalmente me llevaron en un auto hasta un herbazal desierto.

Me puso la pistola en la cabeza y entonces me dio una patada por el costado y me dijo “ya sabes lo que te va a pasar”

El que estaba a mi derecha salió, abrió la puerta y sacó su arma. Me puso la pistola en la cabeza y entonces me dio una patada por el costado y me dijo “ya sabes lo que te va a pasar”. Se montaron en el carro y desde ahí fue que me tiraron mi mochila y mi celular. Salí y traté de ubicarme hasta que alcancé a llegar a la Vía Blanca donde gracias a Dios me paró un camión. El chofer me preguntó si si estaba botao y tuve que hacerle un cuento de que me habían asaltado no fuera a ser que si le decía la verdad le diera miedo. Me dejó cerca de la Ciudad Deportiva.

P. ¿Cómos surgió la idea de hacer la carta?

R. No la hago por mí, sino por todos los colegas periodistas que están sufriendo lo mismo. Por ejemplo, por Enrique Díaz y Vladimir Turró Páez, que también están siendo amenazados de muerte. Queremos documentar todas esas denuncias de amenazas en video, un video con todos los periodistas que están peligro. En ese caso se encuentran además Agustín López Canino, Juan González Febles, Luis Serafín, Rubén Darío García y Ángel Moya, que hace los videos y saca también mucha información sobre las Damas de Blanco. Es por todos ellos que hago la carta.

P. ¿La represión ha limitado el trabajo de los periodistas independientes?

R. Para nada, seguimos trabajando. Ellos creen que nos ha anulado un poco, pero nosotros seguimos denunciando. Cuando no puedo salir de mi casa, reporto por teléfono, y está también Antonio González Rodiles recogiendo testimonios. Eso sí, a veces nos afectan porque toman nuestras cámaras de fotos o los teléfonos y nos borran todo el contenido grabado, pero seguimos trabajando.

Ellos creen que nos ha anulado un poco, pero nosotros seguimos denunciando

P. ¿Qué técnicas periodísticas utiliza en su trabajo?

R. Especialmente la fotografía y el video. Filmo y tiro fotos con mi celular. Luego tengo que editarlos y convertirlos para subirlos. Los edito en Adobe Premier.

P. ¿Cuál espera que sea la reacción ante esta carta?

R. Que se incremente la solidaridad con los reporteros y que haya un pronunciamiento para que nos ayuden a seguir dando a conocer lo que está sucediendo y que se logre un compromiso de parte del gobierno. Me siento como si fuera un reportero de guerra, en una amenaza constante.

P. ¿Ya todos sus vecinos saben que lo del suicidio era mentira?

R. Han sido muy solidarios. Con ese humor que tenemos los cubanos, que le sacamos risa a cualquier cosa, ahora en el barrio me dicen “el ahorcado”. Ese domingo en la bolita clandestina que se juega en la zona, salieron los números 79 que es precisamente “ahorcado” y el 7 que es “mierda y policía”.

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