Oda urgente al Desfile del Primero de Mayo
Las décimas de esta semana, dedicadas a la cancelación de los festejos por la falta de combustible
Nueva Jersey/Ya no tienen gasolina
ni para armar esa farsa
del desfile y la comparsa
del ganado que camina
con resignación bovina
paso a paso al matadero.
Para el carro patrullero,
¡para eso sí hay combustible!
Cuba es un dolor tangible.
Cuba es un estercolero.
Se acabaron los recursos
para el Primero de Mayo.
¡Adiós, desfile y desmayo!
¡Adiós, consignas, discursos!
El devenir de los cursos
escolares del futuro
ya no será ese pan duro,
desabrido y repugnante
que celebra al Comandante
Todo el mundo está en su casa.
Y ese régimen que arrasa
con la quinta y su valía
se acerca más cada día
a un final estrepitoso.
Tras seis décadas de acoso,
de hambre, miedo y de apagón,
se avecina un sueño hermoso.
El General está triste.
¿Qué le pasa al General?
le vuelve a reír el chiste,
pero en Cuba no hay ni alpiste,
y ese régimen que ayer
encarceló a una mujer
por abrazar la bandera
es odiado en la isla entera,
y pronto se va a caer.
En la cola del mercado
hay más gente que en la Plaza:
ya sin distinción de raza,
ya sin distinción de estado
civil (soltera, casado...),
toca a todos por igual.
El del cuerpo de tamal
dice que no hay gasolina,
y la nación se calcina
por culpa del General.
Ay, qué triste esa violencia
que vimos en Internet:
en la isla de la indigencia.
El castrismo y su indolencia
a Cuba han desamparado.
Qué triste el terror de Estado
que escondió la calabaza.
Ya no hay desfile en la Plaza
del pueblo desencantado.
Ya el pueblo no ha de marchar
con el paso del cordero
que va rumbo al matadero,
pues la junta militar
no ha sabido administrar
–aunque parezca increíble–
ni tonfas ni combustible,
y la gente está cansada
de sentirse maniatada
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